や FAKE LOVE ↛kth 𖥨

Parte 33

«Estoy tan enfermo de este
falso amor. »

«Pero me di cuenta...»

•••

Taehyung.

Sentía que iba a morir.

¡Yo la estaba besando! No podía siquiera creer en todo lo que estaba pasando, ella no me dió una bofetada, al contrario, me correspondió.

Amaba como posaba mis labios con los de ella, cálidamente sin tener apresura, teniendo todo el tiempo del mundo.

Mis labios acariciaban los suyos en un acto tierno y lleno de amor, porque sí, ese beso demostraba todo mi amor a ella, porque la amaba incondicionalmente. Y no tengo ninguna duda. Ella, es mi salvación, ella es mi esperanza.

Ella es la mujer a la que amo con el alma y que me hace sentir como un niño pequeño a su lado. Avergonzado y nervioso, haciéndome olvidar todos mis malos pensamientos, ella me hacía sentir en el cielo.

Sentía que sólo ella podía hacerme sentir así. Como un bobo y estando totalmente a su merced.

Después de varios segundos, nos alejamos un poco para poder respirar y sin dejarla hablar volví a besarla tiernamente.

No hacía falta besarla rápidamente para demostrarle todos mis sentimientos. Adoro besarla de esta forma, sin interrupciones, creando un campo entre nosotros dos, el cual, nadie podía romper.

Me alejé de ella pensando en lo mal que había hecho. No podía besarla. No, cuando ya no somos nada. Por un momento, me sentí como antes, cuando estábamos juntos, pero la realidad me cayó de golpe como una bofetada haciéndome recapacitar.

No podía besarla, no cuando yo he sido la causa de todos sus llantos. No podemos besarnos cuando ni siquiera sé si somos  siquiera amigos.

—L-Lo siento. —musité. —Yo... No me pude resistir. Prometo no volver hacerlo. —hablé tan rápido que ni yo me entendí pero creo que ella sí.

—No hay problema —balbuceó. —, yo también me dejé llevar. —dijo en voz baja.

Ambos suspiramos al mismo tiempo.

Mierda, mentiría si digo que no quiero volver a besarla, acariciarla, abrazarla. Sus labios seguían teniendo ese agradable sabor a cerezas. Iba a hablar pero ella se adelantó.

—Extrañaba besarte. —confesó en un tono bajo y melancólico.

¿Qué había dicho?

Ella dijo... ¿Que extrañaba mis besos?Maldita sea, no puedo creerlo. ¡Ella extraña mis besos! Creo que moriré. Creo que me dará un ataque. ¡Mierda!

No esperé a que dijera eso, sinceramente, creí que iba a decir, no sé: «fue el peor beso de mi vida» o «no sé como me gustaban tus besos, Kim».

Pero no. No dijo nada de eso, al contrario dijo algo que me hizo quedar estático. Y por dentro, aquello me hizo saltar de alegría.

—¿Q-Qué? —murmuré sorprendido, ¿y quién no lo estaría?

—Que extrañaba tus besos. —volvió a decir en un murmullo.

¿Es una broma tal vez?

—Yo igual. —dije más tranquilo, aunque por dentro, mi corazón latía desbocado como si una jauría de perros me hubiese perseguido antes.

Ella se aclaró la garganta y sonrió con pena.

—Bien, uhm, ¿quieres algo de cenar? —preguntó cambiando de tema drásticamente. Tan típico de ella.