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Parte 6

Hyungwon escuchaba atento todo lo que le decía su amiga pelicastaña.

Estaba más que emocionado con ver a su mejor amiga así de feliz.
¿Quién no lo estaría? El sabía bien que Soomin siempre soñaba con algo así y a pesar de que parezca sospechoso lo ignora porque tal vez y sólo sea producto de su imaginación.

Gran error de Chae Hyungwon.

Él quería demasiado a Soomin que no querría verla mal, siempre trataría de verla feliz, no le importa qué tenga que hacer él.

Verla feliz era una prioridad para Hyungwon, pero no podía evitar sentir un ligero atisbo de preocupación.

Puede que considere que sus sospechas sean productos de su imaginación pero ¿Y si no es así? No podía comprobar nada, tampoco podía decirle a Soomin.

Estaba muy entusiasmada contando todo lo sucedido un día anterior a su amigo, que éste se sintió presionado al no decirle lo que estaba mal. Al menos, lo que a él o le parecía normal.

Sin darse cuenta Soomin había terminado de contar lo que sucedió y él se obligó a responder con emoción.

—Woh. —exclamó. —Que emoción, ¡te dijo «te quiero»! Que suerte tienes, castaña. —le sonrió.

—Lo sé. —respondió. —Estoy muy feliz. —esbozó una sonrisa.

—Entonces hoy saldrán ¿no? —quiso comprobar una vez más.

Aunque tratara de disimular, su actitud no era demasiado natural. Su expresión era serena, pero trató de actuar mejor.

—Sí, pasará por mi a las cinco.

—Bien, nos da tiempo ¿qué hora es? —indagó.

—Son las 10:30. —respondió viéndolo con confusión.

—Entonces podemos ir al centro comercial a comprarte ropa y que vayas a la estética para que arreglen tu cabello. —se apresuró a decir.

Soomin soltó una risa. —Hyungwonie, no hace falta todo eso, además tengo ropa en casa, demasiada. —alzó las cejas pensando en la pila de ropa que tenía en el armario.

—¿Y? Necesitas verte hermosa. —refutó.

—Solo compraremos ropa, la estética será luego, recuerda que tenemos que ir al instituto.

—Oh, cierto. —murmuró. —Casi olvido que tengo que ayudar a papá con esa junta que habrá con los profesores ¡lo bueno es que me acompañarás! —sonrió.

—Sí, porque sé como te aburres y que si te obligan a salir del aula donde esta la junta no tienes con quien hablar. —rodó los ojos.

—Tks, bueno. ¿A qué hora teníamos que estar ahí? —dijo despreocupado.

—A las dos. —contestó.

—Tenemos tiempo, terminando esto vamos directamente a las tiendas de ropa. —propuso.

Soomin asintió resignada. Por culpa de Hyungwon su armario estaba lleno de ropa.

Después de que los dos terminaran su desayuno en una pequeña pero acogedora cafetería vintage, se fueron a ver las tiendas de ropa.

Una vez tuvieron lo «perfecto» -según Hyungwon- para esta tarde aprovecharon a comprar más cosas y compraron helado.
Pasó el tiempo y Soomin tuvo que revisar la hora de su teléfono.

Ella era la que siempre estaba pendiente del horario, porque a Hyungwon no le importaba llegar tarde.

—Oh, squirtle, ya es tarde. —mostró la pantalla de su móvil a su amigo y éste abrió los ojos con sorpresa.