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Parte 28

Taehyung.

Francamente, no esperaba que Hyungsik se haya ofrecido a ayudarme. Es demasiado extraño. Creí que se trataba de una broma pero su reacción al escucharme decir «Gracias» me confirmó que realmente hablaba en serio porque incluso esbozó una sonrisa al aire mientras que yo rodaba los ojos.

—Oh Dios, debí grabar esto. No lo voy a olvidar —decía encantado. —. ¡Le contaré a Chenle de esto! Voy a divulgar que el gran Kim Taehyung me dijo «Gracias». —ahora comenzaba a arrepentirme de haberle dicho eso.

—Bien, ya deja de decirlo —grazné.

—Perdón, me emocioné —siseó. —. Quisiera presumir a todos que logré que Taehyung dijera un gracias. —a veces tiene ese carácter engreído.

Suspiré y vi hacia la ventana. Tenía frío. Claro, ¿cómo no iba a tener frío? Sigo con la ropa húmeda y estoy mojando el asiento y la mesa de la cafetería.

Creo que fueron muy notables mis escalofríos porque el castaño me vio con preocupación. Creo que realmente Park se golpeó en la cabeza o algo así. No podré acostumbrarme a esto.

—Uh, creo que deberías cambiarte —murmuró. —. Rayos, mi chófer quedó en la empresa. Le diré que traiga ropa. —agregó con rapidez.

Bien, no voy a poder superar esto.

—En serio, ¿fumaste algo? —pregunté.

No entendí la gracia a mi comentario como para que él se pusiera a reír.

—No, sólo que estoy siendo amable —¿conmigo? Eso era algo que nunca imaginé. —, acabo de leer un artículo que dice que hay que amar al prójimo y al enemigo. —suspiró. —Te escuchaste tan sincero en todo lo que decías que voy a ayudar a que no mueras de un resfriado.

Este chico es tan raro.

—Está bien —asentí con lentitud. —. ¿Cómo quieres ayudarme?

—No sé —se encogió de hombros. —. Supongo que hablaré con Soomin y eso.

Volví a sentir.

Tengo la certeza de que ella no escuchará a Hyungsik si hablan de mi. No sé qué haré, si ella no me quiere escuchar... Jamás podrá perdonarme. Necesito tener una idea para que ella pueda escucharme.

Aunque, ¿qué le diré?

—Soomin dijo que tú te metiste con Hye —su expresión cambio a una neutral. —¿Es cierto? —en vez de una pregunta, aquello sonó como una afirmación.

—Sí. —musité bajando la mirada.

—Kim, ¿eres imbécil? —sí, lo era. —¿Por qué hiciste eso?

—Porque soy un idiota —respondí con un leve temblor en la voz. —. En esos momentos no sé en qué pensaba, yo tenía furia contenida y sólo quería olvidarme de lo que estaba haciendo. —acoté.

Sé que esto no servía de justificación. Fui realmente un tonto por haber estado con Hye más de una vez. Quería distraerme y haber hecho eso no fue lo mejor. Maldita sea, yo nunca pensaba nada, sólo actuaba sin pensar y me odio por eso.

Todos me odian, y están en todo su derecho. Tal vez, las cosas no serían tan grandes si yo no me hubiese metido con Hye. Aunque, ¿en qué podía hacer la diferencia? Soomin aún así estaría furiosa conmigo y me seguiría odiando.

Solté un suspiro y me quedé en silencio. Hyungsik veía hacia la ventana hasta que decidió hablar.

—¿Sabes que eres un estúpido, no? —murmuró con sorna. Y sí, lo sabía perfectamente. —Será difícil esto, además, creo que Jungkook se está uniendo al juego. —añadió.