41. Te amo

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—Eres un idiota.
—¿Por eso no me has llamado? ¿Porque soy un idiota?
—No. No te he llamado porque estoy cansado de que sólo me quieras ver cuando necesitas algo. Estoy cansado de verte enamorado de otra persona...de alguien, por cierto, que jamás de devolverá ese amor. No como yo te amo.
—¿Me amas?
—Nefilim estúpido.
(Ciudad de cristal)

Gracias RebeFernandez5 por pensar en esta historia con esa imagen 👆💙

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* * *

Alec se había quedado entre la gente, mirando a Magnus tomar de su bebida púrpura, y él había deseado más que nada, más que nunca, correr y abrazar a Magnus, aferrarse a él. Literalmente algo se encogía y dolía en su interior por la pura necesidad física del contacto...y algo más.

Algo que Alec no podía explicar, que no podía nombrar, pero que definitivamente era real, tan real como él mismo. Como su estómago revuelto ahora, como sus manos hormigueando por tocar a Magnus, como sus piernas temblando al verse obligadas a contenerse cuando ellas claramente querían correr hacia el hombre que en ese momento –como si supiera exactamente donde estaba Alec– volteó a mirarlo.

Alec estaba entre un pequeño grupo que personas que reía, cantaba y bailaba alrededor del fuego. Había colores brillantes que resaltaban rojizos por el reflejo, estaba el sonido de pies descalzos al golpear la tierra, los cascabeles y pulseras tintineando...

Los ojos de Alec ardieron, todavía con los lentes de contacto puestos, cuando se encontraron con los de Magnus, pero no era por el fuego. Y no eran del todo lágrimas de coraje, sí estaba molesto porque Magnus no lo había dejado venir, aun cuando era su cumpleaños y obviamente era especial, pero también se sentía herido.

Dolía, dolía, de nuevo físicamente. Alec quería llorar por tanto que dolía su pecho en este momento.

Alec no gritó, no lloró, ni corrió hacia Magnus como tanto deseaba a pesar del enojo. Él sólo dijo "Feliz cumpleaños" y cuando Magnus cerró los ojos, obviamente sin importarle que Alec lo sabía, sin molestarse en explicarle por qué no lo había querido aquí, corrió lejos cuando la primera lágrima cayó.

Chocó con unos cuantos, escuchó su nombre, sintió manos tratando de detenerlo, hubo algunos "¿Alec?" y "Oye, ¿estás bien?" "¿Qué pasa?", pero él no se detuvo.

No. No. No. ¡NO estaba bien!

Algo dentro de él se estaba rompiendo.

Algo dolía tanto.

Tal vez estaba enfermo...

Tal vez debería detenerse y quedarse ahí...

Tal vez él moriría justo donde las fundadoras de la SAOIRSE.

Gen H (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora