40. Cumpleaños de Magnus

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Capítulo especial por el cumpleaños de Magnus 😻💙🎉 (8-dic)
¿Qué aman de Magnus?

* * *

No había pasado todavía un mes desde su visita anterior, cuando Alec se dio cuenta que su reacción hacía la cercanía –o ausencia– de Magnus le afectaba cada vez más. Ya no era como cuando cuando niño que lo extrañaba mucho mucho mucho, ya no era sólo sentirse triste y solo hasta que Magnus venía y lo abrazaba o le contaba un cuento, ahora había una sensación de vacío –y de euforia al tenerlo cerca– y un dolor que comenzaba a aumentar conforme el tiempo pasaba.

Para el final de mes Alec ya comenzaba a padecer dolores de cabeza o punzadas extrañas en el pecho.

"Tal vez me estoy enfermando" Alec pensaba y siempre se decía que iba a comentárselo a Magnus cuando llegara a la SAOIRSE, porque sabía que ellos tenían curas especiales e incluso mágicas, pero como el malestar siempre se le pasaba en cuanto estaba cerca de él, Alec olvidaba mencionárselo.

Era un fin de semana. Esperanza había pedido un par de días de descanso y Alec sabía la razón: era por el Aniversario de la SAOIRSE.

¡Y Alec quería ir!

Él amaba las fiestas, los colores, ver a Magnus tan feliz –aunque también, conforme iba creciendo, había otras sensaciones; de niño, él sonreía porque Magnus sonreía y reía con otras personas, ahora había una acidez extraña en su estómago cuando algún liberto o liberta lo veía con más que sólo admiración–, escuchar la música, ver los bailes y las representaciones que se hacían en honor a las fundadoras de la Comunidad Libre.

Pero Magnus había dicho no. E incluso ahora Alec sentía su puchero.




—No, Alexander. Esta vez no puedes estar aquí porque es fin de semana y la fiesta durará más y Esperanza estará fuera de la mansión Lightwood dos días completos, tú no puedes ausentarte todo ese tiempo. Lo siento, mi niño. Pero ten –Magnus le había dado una diminuta flor azul, otra flor de cielo a la colección–. Puedes hablarme.

Y Alec tan molesto le había tirado la flor e ignorado la expresión sorprendida y adolorida de Magnus.





Y ahora se arrepentía tanto.

Y era por eso que iba disfrazado, como alguien de clase social un poco más baja, ya no el príncipe más importante del FOIRFE. Iba con una capucha, caminando rápidamente para llegar a la frontera entre su reino y la comunidad de Magnus..

Él le había pedido el favor a Jace, del único modo que sabía que funcionaría: —Jace, necesito que digas que estoy contigo. Es muy importante. Yo...conocí a alguien y no quiero que mi papá sepa todavía de...ella.

Ese ella –incluso cuando se supone que así debía ser– se había sentido tan incorrecto.

Pero había funcionado. Jace se alegró porque "¡Por fin una chica, Alec! Yo te cubro. Si no es digna, al menos ten diversión con ella mientras dure", mientras que Robert asintió en aprobación: "Es muy bueno que convivas con él. Aprende algo de Jonathan, Alexander".

Alec gruñó mientras aceleraba sus pasos, ya estaba cerca. Había tenido que tomar un transporte que lo acercara, pero ya podía sentirlo, la magia, la presencia de Magnus y, aunque nadie más parecía notarlo, la música.

El corazón de Alec saltó, su piel se erizó, hubo una imagen fugaz tras sus párpados que casi lo hace tropezar: Magnus, con sombras brillantes en tonos naranjas y dorados, sus labios rojos, su piel acaramelada con destellos dorados, su cabello con mechones escarlatas. Magnus se movía, sus caderas se agitaban, sus abdominales estaban visibles porque su camisa estaba abierta, sus brazos ondulaban y las pulseras en sus muñecas sonaban con cada movimiento, sus pies estaban desnudos...

Gen H (Malec)Where stories live. Discover now