5. Predestinados

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Magnus soltó otra risita y asintió, aunque Alec aferrado a él no lo veía. -Mi pedazo de cielo, mi pequeño niño perfecto de mirada de...

Alec estaba sonriendo ampliamente, contra el cuello de Magnus, cuando dijo "¡De cielo!".

Alec no dejó de rodear con sus bracitos a Magnus, pero se hizo un poco para atrás para verlo. Ya no llevaba un parche de pirata ni estaba ocultando su ojito. El niño de ojos bonitos dejó un beso en su frente y uno sobre su párpado izquierdo antes de asentir. -Mirada de cielo.

Alec volvió a abrazarlo fuerte, enterrando su carita en el pecho de su Magus. -¿Soy un ángel, entonces?

Magnus fue a sentarse, todavía con el pequeño príncipe en brazos. -Sí, eres mi pequeño ángel, mi niño. Mío.

Sólo entonces recordó a Esperanza, todavía de pie frente a ellos, los ojos y la boca muy abiertos.

Magnus casi esperaba que empezara a gritar. Esperanza abrió y cerró la boca varias veces, pero no supo qué decir. Sabía que la gente del SAOIRSE era buena, todos eran nobles, ningún acto de maldad se cometía en su pequeña comunidad, pero no se esperaba esto. Quiso tomar al pequeño Alec de brazos de Magnus, pero ni el liberto ni el niño lo permitieron.

-Alec, ven, por favor.

Alec empezó a llorar, aferrándose más a Magnus. A su Magus. No lo conocía, sólo lo había soñado una vez, pero era suyo, su corazoncito se lo decía, o tal vez su alma, aunque el pequeño príncipe no lo sabía.

-No -Magnus aferró al niño y levantó una de sus manos.

Esperanza no entendía nada. -No puedes quedártelo. Es un príncipe de la FOIRFE, el primogénito Lightwood. No ha sido expulsado, Magnus. Yo vine aquí porque...

-Sé a que vienes.

-¿Cómo lo sabes? -los ojos de Esperanza se entrecerraron.

-Sabes que la magia está presente aquí, aunque tu residencia sea con ellos. En algunos más que otros. Yo soy nacido aquí, no fui expulsado ni soy portador del Gen H, yo soy... diferente. La magia es más fuerte en mí. A veces veo el futuro...

Esperanza lo sabía. Pero seguía sin entender qué tenía que ver con el pequeño príncipe.

-Hace tres años -explicó Magnus, arrullando al niño en sus brazos- nació mi alma gemela, hoy pude sentir que el Gen H se activaba en él. Yo salí para ir por él y vi al rey golpearlo, entendí que no era el momento. Esperé y lo visité en sueños...

Alec salió de su escondite en los brazos de su Magus, sólo para decir, con sus ojitos muy abiertos, "¡Yo lo soñé, Espe! !Lo soñé!". Una de sus manitas subió para acariciar el rostro de Magnus. Magnus le sonrió y puso su mano sobre la de él.

-Pero... E-está prohibido...

Magnus hizo una mueca. -Lo sé. En algún momento, esto se sabrá y empezará una guerra, la relativa paz entre las dos comunidades va a terminar entonces.

-¿En algún momento? ¿Quieres decir que no se quedará contigo?

-Tú no vienes a dejarlo, ¿o sí? Acabas de decir que no fue expulsado.

-No, vengo por unos lentes para ocultar el Gen H, sé que sólo tú los harías para alguien de su edad. Yo no sabía...

-Yo sé. Y es mejor que nadie lo sepa, no por ahora, no hasta que pueda conservarlo... -Alec se acurrucó contra él, ya quedándose dormido en brazos de su predestinado.

-¿Por qué no ahora?

Magnus suspiró. -Es un niño. Creo que ni siquiera aquí entenderían nuestro vínculo y su padre comenzaría una guerra si mi niño se queda aquí. Voy a esperar hasta que tenga edad para decidir él mismo...

Esperanza sabía que muy pocos tenían la suerte de conocer a su alma gemela, ¿y Magnus lo estaba dejando ir?

Magnus se rió, como si leyera su mente. -Por supuesto que no. Tú vas a traerlo dos veces al mes para cambiar los lentes. Y yo puedo visitarlo, sabes que puedo cruzar sin ser notado. Ahora, ¿por qué no vas a visitar a tus padres esta noche? Deben estar ansiando verte.

Esperanza negó. -Debo volver antes de que el rey lo noté.

Magnus sonrió, mientras se ponía de pie y llevaba al niño a su propia cama. -No los tengo hechos. Y sabes que el tiempo pasa diferente aquí. Tenemos un par de días. Ve con tu familia. Yo cuidaré de mi niño.

Esperanza dudó, era su responsabilidad. Entonces vio como Alec, incluso dormido, se aferró a Magnus cuando lo dejó en la cama y empezó a alejarse. No pudo evitar sonreír.

-Volveré al amanecer. Cuídalo, por favor.

Magnus miraba al niño dormir. -Siempre. Nací para cuidarlo y amarlo. Nací para él y él para mí.




CONTINUARÁ...

Tengo que decirlo porque me sorprendió, la historia va empezando y la pidieron tanto que estuvo a punto de ganar maratón 😱
Muchas gracias 😭 tan lindos ustedes ❤

Gen H (Malec)Where stories live. Discover now