8. El príncipe Alec

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Había un gran comedor para todos. Ahí es a dónde Magnus había llevado al pequeño Alec. Le había dicho a Esperanza que era mejor que no se supiera que el primogénito de los Lightwood era su predestinado. Sabía que los libertos lo entenderían, al menos la parte del vínculo entre ellos, el significado, la fuerza de la conexión entre almas gemelas, pero sería difícil comprender esta relación entre un jovencito liberto -uno de los más poderosos- y el príncipe de los "Perfectos".

Tal vez dentro de unos años, cuando Alec fuera un poco mayor, cuando pudiera decir permanecer aquí, cuando eligiera a Magnus sobre su familia, tal vez entonces la gente de la SAOIRSE apoyaría a Magnus cuando Robert Lightwood quisiera enfrentarse a él.

Magnus se quedó mirando a la nada, pensando en eso, mientras Alec comía una manzana. O eso había estado haciendo antes de que Magnus se perdiera en sus pensamientos. Sus manitas tomando la enorme manzana frente a su rostro, sus ojitos mirando felices el rojo brillante de la fruta. Una enorme sonrisa como si planeara nunca morderla y sólo mirarla. Magnus había sonreído ante la reacción de su niño sólo por una manzana.

Le hizo agradecer al Gen H por activarse tan pronto. Tal vez sí, sería difícil, pero tendría más tiempo para conocer a su pequeño predestinado, para verlo sonreír como ahora, para darle una infancia feliz que en el FOIRFE no habría tenido nunca.

Entonces, eso había estado haciendo Alec antes de que Magnus se distrajera con sus pensamientos. Sentado a su lado. En algún momento se había subido al regazo de Magnus, la manzana yacía en el de Alec. Una de sus manitas cubría parte de su rostro, entre sus deditos se entreveían sus ojos azules. Con la otra tiraba de la manga de Magnus, atrayendo su atención.

Magnus mordió sus labios para no sonreír. Una de sus cejas se alzó con curiosidad. -¿Qué pasa, mi niño? -preguntó, mientras lo envolvía con sus brazos.

Alec se acurrucó más contra él, su rostro en su pecho, una sus manos aferraba la tela de la ropa de Magnus y la otra abrazó su manzana. Parecía que murmuró algo como "De cielo", antes de alzar esos ojitos azules hacia Magnus y decir: -Todos me ven.

Magnus no podía dejar de sonreír. Su niño era tan perfecto, realmente perfecto y adorable. Quitó unos mechones de su frente y luego dio unos golpecitos en su nariz. -Es porque eres hermoso -le susurró, como si fuera un secreto.

Alec volvió a ocultarse detrás de su manita, mirando entre sus dedos. La gente los miraba, con simple curiosidad nada más. -¿No es por mis ojos? A papi no le gustan. Papi me pegó -los ojitos de Alec se llenaron de lágrimas mientras frotaba su mejilla-. Papi dijo que no podía salir -sus ojitos y su boca se abrieron demasiado. Con voz mucho más baja dijo "Pero sí salí".

Y Magnus no pudo más. Tuvo que reírse. Todos lo miraron sorprendidos. Los libertos eran felices, Magnus siempre era amable y sonreía a todos, pero esa risa era diferente.

Se puso de pie, con el pequeño Alec en brazos. -¿Ya terminaste de comer?

El pequeño príncipe asintió varias veces. Todo excepto la manzana, porque, "Es brillante, Magus, muy roja y grande, es como...mágica". Una de sus manitas aferraba la fruta y la otra hizo un gesto como abarcando un gran espacio. -Mágica.

Magnus dejó un beso en su frente mientras salían del comedor y se encaminaban a uno de los jardines. -Tú eres mágico, mi niño.

Alec sonrió, feliz. -Y un ángel. Y cielo. ¡Ojos de cielo!

-Ojos de cielo -asintió Magnus-. Voy a contarte un cuento, Alec. ¿Quieres?

Alec asintió varias veces. -Sí, Magus. ¿Había una vez...? -preguntó, recordando los cuentos que a veces su mamá o Esperanza le contaban a Izzy y él se sentaba cerca para escuchar.

Magnus se sentó en una zona llena de flores, azules para poder explicárselo a Alec. Dejó a Alec a unos pasos de él, pero el niño gateó rápidamente hacia él de nuevo.

-Sí, Alec, había una vez un príncipe...

La manzana de Alec había quedado olvidada, porque Magnus era más mágico.

-¿Cómo se llamaba?

-¿Tú cómo crees?

-¿Magus?

Magnus sonrió y negó. -No. El príncipe se llamaba Alec.





CONTINUARÁ...

Ya se imaginaran el cuento 😻

Gen H (Malec)Where stories live. Discover now