59. Deseos.

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Capítulo 59.

Narra Paulo.

No sé por qué me despedí de Maxi y vine a mi habitación. Estoy cagado de hambre, tan difícil era aprovechar el momento y caminar un toque más a buscar algo para comer? Con toda la paja del mundo bajo por las escaleras porque para mi mala suerte el ascensor está ocupado. Entro a la cocina y coincido con un par de compañeros.

Ey... Qué onda? -digo acercándome a la mesa donde hay alimentos para servirnos-
Qué tal Paulito? Todo tranqui -dice el Mudo pelando una banana-

Lo miro abriendo los ojos de par en par. Me aclaro la garganta y no puedo dejar de mirarlo.

Qué? Querés? -me ofrece-

Reacciono un poco tarde pero me niego.

No, no! Cometela vos, la comés re bien -digo mirándolo embobado-
Qué? -frunce el ceño-
Nada, nada... -digo sacando una manzana de un cesto-

Camino y antes de salir por la puerta, veo a Gero Rulli atándose los cordones, agachado. Me quedo observando y puedo ver sobresalir un bóxer blanco a un costado, trago saliva y sigo caminando. Qué me pasa, por favor. Me siento en la sala de estar a comer mi manzana y llega Icardi, transpirado a más no poder.

Buena, chico fitness -ríe quedándose parado frente a mí-
No hay más que frutas para comer ahí -digo apuntando a la cocina-
Esperá a la cena entonces -dice levantándose la remera y limpiándose el rostro- Goloso -se ríe-

Observo algo incómodo la situación y me levanto y me voy; antes de pecar con los ojos.

Estás bien Paulo? -grita-

Sin dejar de caminar y de espaldas, levanto una mano en señal de que todo está bien. Claro que está todo bien, el problema es que la abstinencia me está carcomiendo el cerebro. Necesito activar, y voy directo a llamar a Kichan.

Narra Meza.

CONTENIDO EXPLÍCITO.

Envolví mis piernas en su cintura pegándolo a mi cuerpo mientras nos besábamos, las manos de Nico recorrían mi espalda suavemente y de un solo movimiento me bajé de la camilla, arrodillándome en el piso y mirándolo con una sonrisa traviesa apoderada de mi cara.

Tome, señor paciente, se va a lastimar las rodillas -rió levemente dándome una almohada, la cual puse en el piso apoyándome sobre ella-

Jugué con el elástico de su bóxer varias veces, amagando a quitárselo y dejándolo volver a su posición original, provocando algunos quejidos en él.

Cuénteme más sobre mi lesión, doctor -murmuré besando la piel debajo de su ombligo, rozando con mis dientes la tela de su ropa interior-
Es una lesión que se presenta al realizar actividades deportivas diarias -sonrió al ver que deslizaba la última prenda por sus piernas- Se produce generalmente por el desequilibrio entre abductores y abdominales -jadeó suavemente al sentir mis manos tomando su miembro- Suele pasar que los jugadores como usted al no tener el tiempo necesario para una recuperación adecuada sufren sobrecargas en la zona más de una vez -añadió largando una bocanada de aire reprimida al sentir la humedad de mi lengua en la punta-

Introduje parte de su miembro en mi boca y comencé moviéndola lentamente, mientras con una mano presionaba su pierna evitando perder la estabilidad, al mismo tiempo que con la otra estimulaba sus testículos. Él jadeó acariciando mi pelo y haciendo que algunos mechones se escurran de sus manos.

Extrañaba ésto -expresó jadeando sonoramente-

Lo miré y sonreí retomando lo que estaba haciendo, pronto sentí sus manos a los costados de mi cabeza y dejé de moverla, permitiéndole tomar el control como sabía que le gustaba. Alejó su cadera provocando que su miembro abandone el interior de mi cavidad bucal y pasó dos de sus dedos por mis labios separándolos e introduciéndolos en ella. Pasé mi lengua por ellos y él sonrió remojándose los propios.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora