21. La promesa.

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Capítulo 21.

Narra Pavon.

No tenía que elegir yo la película? -me quejo-
Ya sé, pero tardás dos días hermano! Cuánto tiempo más tengo que esperar? -se cruza de brazos-

Estoy ubicado en el descanso de la cama y él en frente mío, sobre un borde.

Che, no me vas a felicitar por ésto que conseguí? -se mueve de un lado a otro-
Que cosa? -digo sin entender-

No dice nada mientras sigue buscando qué película mirar. Finalmente se da vuelta y me mira pesimista.

Ah pero vos sos un desconsiderado de mierda! Colchón de agua, servicio a la habitación, total confidencialidad, Netflix -señala la tv- El sueño del pibe, o no?
La verdad te pasaste, si... Sinceramente pensé que nos íbamos a volver a quedar encerrados en ese hotel -me río-

Hoy fué un día particular. Ya por la mañana el desayuno fué distinto. Que se reduzca la gente de casi 50 personas a menos de 10 es un cambio importante, sumado a que llovió todo el día. Hicimos cosas en grupo y ni Paulo ni yo pudimos escaparnos ésta vez. Se hicieron las 9 de la noche y me resigné a dormir temprano, y para mi sorpresa él llega a mi habitación y me propone el escape. Todo salió de lujo, caminamos unas cuantas cuadras y tomamos un taxi que nos llevó a este especie de hotel alojamiento con total discreción. Ni siquiera nos vieron entrar, y qué alivio. Ni me quiero imaginar el escándalo que se armaría. Ahora estamos esperando que llegue la cena para poder comer algo, mirar una película y quién sabe qué más.

Todavía no encontrás nada? -me quejo-
Bueno señor, baje dos cambios -deja el control en la cama- Te acordas qué pasó la última vez que puse la primer película que elegí? Era una mierda... Bueno, paciencia -vuelve a lo suyo-
Gracias a eso casi nos besamos -digo por lo bajo-

Lentamente vuelve a mirarme y sus finos labios forman una sonrisa cómplice.

Bendita sea esa película... -se levanta-

Me abraza débilmente mientras nos tambaleamos al mismo ritmo. Escucho que suena su celular, pero él no le da importancia.

Por qué no miras? -despego mi rostro del suyo sin dejar de abrazarlo-
Debe ser una pelotudez -vuelve a acercarse mas-
Por qué pelotudez? Puede ser importante -digo despreocupado-

Me mira de mala gana y va hasta su celular que se encontraba sobre una mesa pequeña, contra una de las paredes de la habitación. Yo solo miro expectante.

Y? -consulto-
Te dije, una pelotudez -tira el teléfono sobre el colchón-

No termino de entender qué pasa y me acerco nuevamente.

Estás bien? -poso una mano en su hombro-
Si, si... Estoy bien, disfrutemos esto, vení -forza una sonrisa-

Hago caso omiso y me siento en su regazo mientras nos hacemos "cariños", por así decirlo. De repente me levanto.

Paulo no estás bien, decime que te pasa... Ya te conozco lo suficiente -quedo a unos pasos suyo-

No me mira. Juega con sus manos nervioso.

Era mi mamá, pregunta cuando voy... -dice triste-
Y? Qué hay con eso? -me agacho frente a él-
Tenemos un día Kichan, un día... Solo ésta noche más, y un día... -solloza-

No sé qué decir. Será que no lo pienso mucho, por eso me cuesta caer en la realidad, pero recordarlo me moviliza.

No me quiero separar de vos -dice mientras una lágrima cae por su mejilla-
Yo tampoco, ey -agarro su mano-
Soy un idiota porque aunque pensé en ésto todo el día, me juré que no iba a decir nada -niega decepcionado-

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora