20. A la luna de miel.

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Capítulo 20.

Narra Pavon.

No sé cómo terminamos acá. Ni me acuerdo qué excusa pusimos, ni qué dijo él para salvarse de tener que masajearle los pies a Masche, Rojo y Biglia. Cómo siempre, siendo humillado en el truco. Yo por eso preferí no jugar y encargarme de cebar mate. En fin, lo importante es que estamos en mi cama, tirados los dos, pegados el uno al otro.

Mové tu codo! Me estás apuñalando -se queja-
Que exagerado! -me muevo-
Ahí está mejor... -cierra los ojos-
No te duermas boludo, que no estamos en el telo -me burlo-
Te gustó la idea del telo eh, no dejás de repetirlo -me acaricia-
Seee, seee -digo despreocupado-
Che... Y si no dormimos que hacemos entonces? -cambia la tonalidad de su voz-

Esos ojos tan expresivos. Esa mirada provocativa, que me genera un cosquilleo intenso en todo el cuerpo.

No podemos... -acaricio la parte media de su remera-
Cómo que no? Dale hagamos la chanchada -se ríe- Un rapidito...

Me río exageradamente de lo que acaba de decir y le sigo el juego. Quizás intento ocultar las ganas de hacer todo lo que él quiere, porque yo también quiero. Nos acomodamos mejor en la cama y nuestras bocas juegan la una sobre la otra. Mis manos no aguantan y bajan recorriendo todo su cuerpo. Inconscientemente, retiro el diminuto short que llevaba puesto de un solo tirón.

Viste que vos también querés -dice provocativo-
Pero mira lo que sos, como no voy a querer -beso su cuello-
Mira lo que sos vos también... -lleva sus manos a mi espalda-

Lentamente empieza a retirar mi remera. No muestro resistencia. Es más, lo imito. En pocos minutos él se queda acostado frente a mi solo con el bóxer ocultando sus partes, mientras yo todavía conservo mi pantalón deportivo.

Quedemos en igualdad de condiciones, dale -dice llevando sus manos a mi-

Solo asiento y lo ayudo a desvestirme. Beso va, beso viene, me ubico encima suyo.

Haceme tuyo, Kichanchito -me dice sonriendo-

No aguanto y comienzo a revolcarme de risa, casi que me caigo de la cama. Quedo acostado sobre su pecho.

Sos un pelotudo, cortaste toda la inspiración... -doy pequeños golpes en su hombro-
Ah si? A ver te inspiro -dice suavemente-

Comienza a mover sus caderas lentamente, de adelante hacia atrás sin parar, mientras me lame la oreja. Por el amor de Dios Paulo, estoy por colapsar de excitación.

Eso te gusta? -repite una y otra vez-

La mínima separación de las finas telas de nuestra ropa interior vuelve agónico el momento. Nuestros miembros apoyados el uno sobre el otro, mientras aumentan de tamaño, piden ser liberados. Sin muchas vueltas, vuelvo a besarlo. Siento su mano bajar por mi parte trasera mientras deja al descubierto mis nalgas. Mis manos recorren su costado, presionando levemente dejando marcas en su cuerpo.

Me volves loco -dice-
Vos a mi -gimo en su cuello-

Golpean la puerta.

Ey! Escuchaste eso? -se separa-
No, no... Seguro estás delirando como yo esa vez -río-

Vuelvo a taparle la boca de un beso y ésta vez escucho también los golpes en la puerta. Giro mirando hacia ahí.

Viste boludo! -me advierte-

A velocidad sobrehumana salgo de ahí y busco mi ropa para vestirme, no sin antes gritar un "ya voy" lo más centrado posible. Le pido a Paulo que se termine de vestir en el baño, por las dudas. Voy y abro la puerta.

Si? -me paso una mano por el rostro-

Ansa. Bendito Ansa y la que te re parió.

Peque! Venia a ver si estaba todo bien, qué tal tu estómago? -consulta preocupado-

Pienso para adentro y recuerdo que dije que me sentía mal, y tenía que subir de emergencia a evacuar. Que vergüenza.

Bien, eh... Si bien... Enseguida bajo, dale? -intento disimular-
Dale, cualquier cosa avísame... Tengo unas pastillas de carbón que hacen magia -apoya una mano sobre mi-
Si, si claro que si -digo algo nervioso frunciendo el ceño intentando sonar como si me importara lo que me dice-
Bueno, te dejo... Tirá la cadena por favor. -yo asiento- Y apurá, que estamos por despedirnos todos los pibes... Te acordas que mañana nos vamos?

Cierto. Ahora me acuerdo que querían hacer una cena y decir cada uno unas palabras. Despido a mi compañero y vuelvo al baño.

Qué haces? -me cruzo de brazos-
Un baño juntos! Que decis? -ríe como nene con juguete nuevo-

Está sentado en la bañera, todavía vestido por suerte, esperando que entré con él.

Casi nos descubren, no te da cagazo? -me siento sobre la tapa del inodoro-
Ya te dije Kichan -se levanta- Estoy con vos, lo demás me importa una mierda.

Viene hasta mi y nos besamos, él parado frente a mi y yo sigo en mi misma posición, ahí sentado. Lo tomo de las manos.

No queres bajar? Vamos a despedirnos de los chicos... Ya mañana vamos a tener todo el tiempo que queramos para nosotros... -digo tranquilo-

Él solo me mira pensativo.

Te amo, te lo dije hoy? -lleva una mano a mi rostro-
Yo te amo, novio -me rio-
Cierto, cierto que somos novios -se burla- Te dejo solo un rato? Escuché que tenes problemas estomacales -se lleva las manos al abdomen mientras sale-
Andaaaa -digo tirándole una toalla pequeña-
Che, no te habré embarazado? -vuelve y se apoya contra el marco de la puerta-

Su seriedad me causa el doble de risa.

Hablando en serio, si te pudiera hacer hijos te los haría -se acerca-
Anda a cagar! -levanto la voz-

Mientras me rio lo empujo, pero me atrapa en sus brazos y nos volvemos a besar. Salimos del baño y mientras me alisto, charlamos.

Y sí, está bien que quieras ir, es el último día que vamos a estar todos juntos... Mañana se va la mayoría. -dice mirando su celular-
Por eso, hoy aprovechamos eso y mañana aprovechamos para seguir lo que empezamos acá, querés? -señalo la cama-
Quiero, y siempre voy a querer -sonríe-
Te voy a llevar a cenar y el postre voy a ser yo.
-me río- Estás con todas las pilas eh!

Ya con los muchachos, Masche toma la palabra y nos regala un grato momento. Cuando termina de hablar, nos levantamos a saludarnos. Paulo me mira de reojo y mis mejillas se ruborizan. Vibra mi celular.

"Ahora si empieza nuestra luna de miel"

Sonrío a la pantalla y guardo el teléfono, mientras sigo despidiendo a mis compañeros.

Continuará.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora