56. Destiempo.

1.2K 86 176
                                    

Capítulo 56.

Todo llega dicen y es verdad. El problema no es si llega, sino cuando llega.

Narra Paulo.

Hoy día de partido. Por qué estoy nervioso? No suelo ser así. Supongo que siento que tengo todo el peso encima. Tengo que demostrar ahora que puedo y la competencia no es tan fuerte que soy el indicado para ser una de las caras nuevas de ésta Selección 2.0. En otras noticias, soy pesado ya sé, pero toda ésta mañana me la pasé llamándolo a Kichan. Qué clase de profesor dejaría a su alumno en la primera clase?
Ah, quedamos en que le voy a enseñar a hablar italiano a distancia. Gratis. Bueno, gratis no. Ya veré cómo me va a pagar. Otra vez desaparece éste forro y van... Igual ya me estoy acostumbrando, no me molesta por suerte. Después de desayunar, camino al gimnasio a hacer un poco de cinta.

-.

Partido excelente. Disfruté muchísimo en la cancha y estoy entusiasmado por lo que se viene, faltó el gol y coronaba una noche ideal. Ah, y también faltó que Kichan respondiera mis mensajes, pero no sucedió. Me deja tranquilo saber que no estamos peleados por ende no lo está haciendo a propósito pero bueno, de extrañarlo lo extraño. Después de bañarme me tiro a hacer fiaca en la cama y veré si subo a la terraza a boludear en soledad o me prendo a un truco con los pibes.

Narra Tagliafico.

Una hora había pasado desde que subí hasta la terraza porque necesitaba tomar aire fresco, estaba solo y aproveché para pensar en Maxi; en mi; en nosotros.
Repasé en mi cabeza los dos años de nuestra relación, las discusiones que tuvimos y cuánto nos costó llegar hasta donde estábamos, cuánto nos costó acomodarnos a la distancia y al no tenernos cada noche. Aprendimos cómo dormir solos, pero acompañados. Aprendimos a querernos aún más con miles de kilómetros separándonos. Aprendimos a ser juntos sin estarlo.
Ambos teníamos nuestras propias relaciones antes de estar como ahora e incluso después, hasta que decidimos estar juntos verdaderamente por todo el amor que sentíamos. Ambos vivíamos con nuestras respectivas parejas, pero no estábamos juntos como tal; es decir, Caro y yo nos amamos como amigos, y así lo resolvimos después de que le contara sobre Maxi, y él, aún vivía con su esposa; de hecho, fruto de su relación nació Stefano. Aunque después de dos años, Maxi todavía no tomaba el envión que se necesitaba para confesarle a Mel que estaba en pareja conmigo. O sea, con un hombre. Apoyándome en una de las barandas de la terraza, suspiré.
No quería enojarme con él, me cuesta mucho. Maxi es una persona sencilla, noble y honesta, sin una pizca de maldad. Y por poner encima de él a los demás, se lastima. Sé cuánto le duele no poder ser franco con su ex mujer, más aún viviendo bajo el mismo techo, y sé cuánto le cuesta decirme cada vez que tocamos el tema que aún no pudo hacerlo. Escuché el ruido de la puerta abriéndose y miré por encima de mi hombro. Hablando de Roma.

Ey -lo saludé desanimado, pero con una leve sonrisa-
Hola, chuchi -sonrió abrazándome por la espalda y depositando un pequeño beso en uno de mis hombros-
Cómo estás? Te estuve buscando -dijo apoyando su cara en mi espalda-

Girando en mi lugar enfrenté su mirada curiosa.

Me estaba escondiendo de vos -sonreí de lado ante sus ojitos sorprendidos- Vos? -pregunté-
Por qué te escondías de mi? Querés que me vaya? -consultó con notada desilusión en su voz y tomando una distancia prudente de mi- Estás enojado? -insisitió-

Negando le acaricié una mejilla.

Por qué? –consulté-
Porque tu frente te delata arrugándose un poquito cuando estás molesto –respondió– Y así está ahora –sacó mi mano de su cara y la envolvió con las suyas, acariciándola-

Asentí dándole la razón y me alejé de él. Tenía que decirle cómo me sentía. No era justo para ninguno de los dos que me callara, tarde o temprano sabría el motivo de mi enojo y prefería que lo supiera de primera mano.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora