27. La decisión.

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Capítulo 27.

Narra Paulo.

Caminé y caminé sin pensar en donde me estaba metiendo. A veces me pinta ésto de salir a correr y dar vueltas completamente camuflado. Supongo que necesito soledad y de paso poder desconectarme. Bah, digo desconectarme pero traigo el celular conmigo. En fin, lo importante es la intención de estar en un lugar tranquilo y meditar. Creo que lo que más necesito es ésto, estar solo y pensar. Últimamente me rodeé de tanta gente que me olvido de pensar en mi. De pensar en qué me pasa. Para ser un domingo a las 9 de la mañana, ésta enorme plaza está bastante deshabitada. Me deja más tranquilo el estar así. Para recuperar un poco, tomo asiento y bebo agua. Miro a mi alrededor y una suave brisa mueve los árboles a mi alrededor. Mi celular suena y miro la pantalla. Es mi hermano. Me mandó una foto.

Bloqueo el teléfono y lo dejo a un costado

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Bloqueo el teléfono y lo dejo a un costado. Me limpio la transpiración de la frente y cierro los ojos con fuerza.

Leer el primer nombre de los delanteros me hizo sentir un cosquilleo intenso.

Flashback.

Al final nos despedimos como yo quería -digo acariciando su pelo-
Vos siempre te salís con la tuya -se acomoda-

Podría parecer muy incómodo estar desnudos en el asiento de atrás del auto, tapándonos los dos sólo con una toalla que de causalidad tenía ahí. Pero no. Podría quedarme así toda la vida.

Vos querías... -le digo al oído-

Él solo asiente y se mueve para juntar su ropa. Yo solo lo miro sonriendo. Cuando se percata de esto, me reclama.

Qué? Qué pasa? -se toca la cara- Tengo algo? -dice corriéndose mientras se viste-
Sos muy lindo -digo ignorando sus palabras-

Se sonroja y me corre la cara.

No me crees? -busco su mirada-
Vos sos el lindo acá, y más con ese platinado Susana Giménez que te queda pintado... Yo soy el simpático -se pone el pantalón como puede-
-lo empujo- Te gusta? -me señalo la cabeza-

De arriba, claro.

Si, dejatelo para siempre -dice tocándome el pelo-

De arriba, claro. Bueno, igual no tengo pelo abajo.

Por vos me lo dejo hasta la tumba... Besame -me acerco-

Deja de vestirse y me hace caso. Mi cuerpo empieza a enfriarse y él se da cuenta de eso. Se separa.

Vestite Pau, estás temblando -dice pasándome mi remera-
Pau? Que lindo -me burlo mientras me pongo el bóxer-
Bueno Paulo entonces -se queja-
Vos decime como quieras -rio-

Me termino de vestir y agarro mi celular.

Bueno, mejor me voy -dice palmeando mi pierna-
Esperá, esperá -agarro su mano- Una foto -digo sonriendo-
Eh? -me mira confundido-
Inmortalicemos el momento... Una foto para no olvidarnos de ésto -me acerco-

Cruzo mi brazo por su espalda, abrazándolo y juntando su cuerpo con el mío. Al primer intento, no puedo conseguir sacar la foto porque la risa después de escucharlo decirme lo dramático que soy no me lo permitió. En el segundo intento, sale la foto perfecta. Ni bien capturado el momento, giro el rostro y lo beso tomándolo de sorpresa. Nos separamos.

Gracias por ser como sos conmigo -me dice-
Gracias? A vos, por perdonarme... todavía me duele lo que te hice, te lo juro -expreso sincero-
Ya está, pasado pisado... -sonríe- Bueno, está aclarando -mira por la ventana- Me tomo el palo -abre la puerta-
Éste palo no querés? De recuerdo -le tocó la espalda-

Nos reímos y le aclaro repetidas veces que es joda. Cuando sale del auto, lo sigo y nos damos un último abrazo. Cuando lo veo irse, entro a mi auto y mi celular suena. Me llaman y después de pensarlo unos instantes, atiendo.

.-

Me levanto del banco en el que estaba sentado y vuelvo a correr. Corro con fuerza, como escapando de algo. Y no es una simple idea, quisiera que fuera así: ojalá correr así de rápido me alejara de él. De lo inevitable que va a ser volver a vernos. En todo éste tiempo pasó lo que yo tanto temía: cambié.

Cambié porque nuestra realidad nunca va a dejarnos estar juntos.

Siempre pienso que ver las cosas a distancia abre los ojos. Para bien o para mal. Y me tocó a mi. Las semanas después de la última vez que nos vimos fueron un martirio. Seguí mi vida, lo más normal posible. Empecé una relación que más que algo que esperé, fue algo que forcé.

Porque para olvidarte voy a hacer lo que sea necesario.

Te extrañé. Y te extrañé tanto que te escribí. Más de una vez. Y no tuve respuestas. Ese fue el destino diciéndome que no busque algo imposible. En parte se lo agradezco, porque si hubiéramos seguido en contacto, iba a recordar a cada segundo el por qué me enamoré de vos.

Tengo miedo de que eso se repita cuando nos volvamos a ver.

Y me decidí y finalmente te bloqueé. Y borré nuestras fotos. Todas. Las de Rusia, la de Córdoba. Me dolió. Pero fué la forma de cerrar una etapa.

La mejor etapa de mi vida.

Creo que volver a teñirme el pelo formó parte de todo el proceso. Porque sabía cuánto te gustaba como me quedaba, y a pesar de que en ese momento seguía pensando en vos, volví a mi color original igual. Y ni te me pasaste por la mente.

Porque ahora ya no te pienso tanto como antes.

O quizás si. Pero estoy decidido a que no vamos a volver a estar juntos. Aunque me duela ésto va a ser así. Tengo que tener la fortaleza de compartir cosas con vos y que seamos solo amigos. Voy a ponerme a prueba. Y yo siempre logro lo que me propongo.

Yo solo espero que olvidarme de vos no sea la excepción.

Llego a un árbol enorme que me regala una sombra hermosa. Me siento a sus pies y vuelvo a mirar mi celular. Ni sé por qué vuelvo a mirar la foto de la lista. Pareciera que estoy deseando que tu nombre desaparezca de ahí. Tu nombre o el mío. Mirando con más detalle veo que está convocado también un viejo conocido. Franco Vázquez. El mudo. Sonrío a la pantalla asintiendo.

Mi distracción perfecta -digo tocando la pantalla-

Continuará.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora