24. Te soñé.

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Capítulo 24.

Narra Pavon.

Abrí los ojos asustado. Con mi mano derecha tanteo el colchon, y con la otra enciendo el velador para iluminar un poco el ambiente.

Paulo... -digo por lo bajo-

Miro la hora y son las 6:15. Golpeo el colchón con fuerza lamentándome.

Y no le dí la sorpresa. -me llevo las manos a la cara-

Me levanto y voy a buscar mi celular.

Por qué? Por qué no le dije que quiero verlo en Argentina? Soy un pelotudo -me quejo- Bueno... No tengo que sonar tan desesperado -sonrío-

Narra Paulo.

Me moví un poco porque sentía que me faltaba sábana. Estiro mi brazo todavía semi dormido, y no siento nada a mi lado. Me levanto de golpe.

Kichan? -digo saliendo de la cama-

Voy hasta el baño y no lo encuentro. Me visto, y salgo de la habitación. Me encuentro en una vereda. Doy unos pasos y la gente me choca al pasar. Nadie me reconoce? Sigo mirando los semáforos cambiar de color a velocidades extrañas. Qué raro todo.

La ciudad caliente y el asfalto gris
El semáforo que corta, estás allí

Veo a Kichan del otro lado, así que intento cruzar.

Uno más o tan distinto, un sueño, una visión

La bocina de un colectivo me hace retroceder de golpe, hasta que en el proceso choco con alguien.

El colectivo me toca la pasión

Paulo? Qué hacés acá? -me agarra del brazo-
Kichan! Vos no estabas allá? -apunto al otro lado- Dónde estamos? -digo precavido mirando a los costados-
Qué? Qué fumaste? En Córdoba bola, que te pasa? -me toca el rostro-
Y... Eso? -apunto al suelo-

Él se ríe.

Vamos, vení conmigo... -me lleva de la mano-

Volemos a la habitación y sigo tan sorprendido como cuando me desperté. Me siento en una silla.

En la calle y con pantuflas...Tu dueño es un indigente, viste Joya? -dice acariciando a un perro-
Y eso de dónde salió? -digo asustado-
Cómo que eso? Es una perrita hermosa -le da un beso- Vos la trajiste, no te acordas?
Eh? Cuándo? -me rasco la cabeza-
La rescataste de la calle... Quedamos en criarla los dos, y le pusimos Joya -dice alzándola-

No digo nada y mantengo mis ojos abiertos como platos.

Seguis durmiendo parece... -dice burlón- Andá a jugar por ahí -vuelve a soltar al animal-

Me levanto y voy hasta la cama. Agarro mi celular.

Qué fecha es hoy? No viajo mañana para Argentina? -digo encendiendo el teléfono-
-se ríe- Te quedaste en Rusia? Eso fue hace meses Paulo, seguro estás bien? -se acerca-

Sin dejar de fruncir el ceño recibo sus labios sobre los míos, y me siento más calmado.

No entiendo nada -le devuelvo el beso-
Hace falta entender todo? Yo digo que no... Solo hace falta vivirlo. -sonríe-

Caemos en la cama y me río solo. Estoy saliendo con el mismísimo Paulo Coelho y recién me doy cuenta.

En éstas dos horas que tardé en salir a pasear a Joya no sabes cómo te extrañé... -me besa-
La paseás de madrugada? -me separo no entendiendo nada-

Vuelve a reírse y me suplica al oído que deje de preguntar y disfrute. Cuando menos me doy cuenta, estamos ambos sin ropa sobre nuestra piel. Nos besamos y lo abrazo dejándolo debajo del peso de mi cuerpo.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora