EPÍLOGO

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«EPÍLOGO»


Abril, 2002.

Mientras el sol salía, Anastasia ya se había levantado y estaba lista para comenzar su día. Sus calmados pasos hicieron eco por el pasillo mientras caminaba descalza hacia la cocina, y preparaba el té en silencio para ella y para Draco, quien continuaba roncando como un oso dentro de la habitación de ambos. Ella sonrió mientras colocaba el azúcar dentro de las tazas de porcelana, y las sostenía con cuidado para no quemarse.

Con ambas manos ocupadas, caminó de vuelta a la habitación en silencio y puso las tazas en la mesa de noche, sus ojos esmeraldas admiraron la espalda de su esposo y sus ronquidos la obligaron a reírse calladamente. Casi no lo despertó, verlo tan relajado y en paz hizo que su corazón se derritiera.

—Buenos días —arrulló, acostándose en la cama junto a él. Draco se removió. Ella sonrió amorosamente mientras acariciaba su mejilla suavemente—. Hey.

Lentamente, él abrió los ojos. —Hola —su mano se posó sobre la de ella y la trajo a sus labios para besar sus nudillos—. Realmente son buenos días —ambos sonrieron.

—Te traje té, no quiero que te pongas gruñón de nuevo.

—Yo nunca estoy gruñón.

—Draco, literalmente comienzas a gruñir cuando no tienes té en la mañana.

—Eso es porque tu té es genial —él tomó la taza que ella le tendió—. Gracias, amor.

La castaña se levantó y ató su bata de seda alrededor de su cuerpo. —Apresúrate. Tenemos un montón de cosas qué hacer esta mañana.

—¿Cómo cuáles? —El joven hombre frunció el ceño, dejando la taza en la mesa de noche.

—Es el cumpleaños de Teddy, ¿recuerdas? —La realización invadió sus rasgos mientras saltaba fuera de la cama.

—¡Por los pantalones de Merlín! ¿Cómo lo pude olvidar? He estado tan concentrado en...

—¡Sh! —Anastasia se apresuró en poner su mano sobre la boca de él—. ¡No hables tan fuerte! Lo vas a despertar.

—Cierto —él asintió, una sonrisa astuta invadió sus rasgos mientras envolvió perezosamente sus brazos alrededor de ella—. Tampoco queremos arruinar la sorpresa, ¿cierto?

La sonrisa de ella se ensanchó, y la necesidad de besarlo en los labios la hizo halarlo más cerca de ella y darle un rápido pero significativo beso en los labios. La sonrisa de Draco se ensanchó mientras envolvía a su esposa en un abrazo. Ella presionó su mejilla en el pecho de él y siguió sus movimientos mientras se balanceaban en su sitio en silencio, disfrutando del tacto del otro. Anastasia cerró los ojos y suspiró con alivio tan pronto como oyó los latidos del corazón de él, calmándola como siempre lo hacían.

—Te amo —susurró.

—También te amo —él rompió el abrazo y sonrió alegremente—. Y a este pequeño angelito de aquí —su mano viajó hasta el vientre de ella.

Anastasia sonrió y lo besó de nuevo antes de salir del lugar para caminar hacia la cocina. Draco la siguió un par de momentos después y reposó su cuerpo en el marco de la puerta. Sus ojos grises admirando a la mujer joven preparando las velas en el pequeño cupcake. El pequeño bulto se comenzaba a notar y ya era extremadamente difícil para ambos ocultarlo. Habían estado intentando por meses, y un día ella mágicamente quedó embarazada. Casi parecía un milagro.

Él no podía creer que estuviese casado con ella, que finalmente estaban viviendo la vida feliz que merecían. No más dolor, no más barreras entre ellos. Finalmente podían compartir una hermosa vida juntos, criando a Teddy y al futuro bebé que venía en camino. ¿Cómo podían mejorar sus vidas? ¿Acaso era posible? Draco lo encontraba difícil de creer a veces, que era tan afortunado de tener a su propia pequeña familia.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora