NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)

viii. amortentia

«AMORTENTIA»

Anastasia se enrojeció en el momento en el que entró al aula de Pociones con bolsas debajo de sus ojos y una sonrisa triste. Cuando sus ojos se encontraron con otro par de color gris, sus mejillas se sonrojaron por completo.

Como el otro día, la tensión entre el par era realmente palpable. Draco la admiró en el momento en el que ella pasó por su lado y se sentó en el otro lado del aula, sin mirarlo.

La noche anterior, Anastasia había enloquecido ante el pensamiento de tener sentimientos hacia el rubio. En su cabeza, Draco Malfoy era prohibido y se lo había repetido a sí misma desde el momento en el que la Marca Tenebrosa había sido puesta en su brazo. Quizás era por la idea incoherente de culparlo por lo que le estaba pasando, pero ella no le podía decir a nadie al respecto: porque una pequeña parte de su corazón sospechaba que el chico le había dicho a Voldemort lo inteligente que ella era, de otro modo, ¿cómo lo hubiese sabido?

Por supuesto, Draco estaba molesto por sus acusaciones, y tenía el derecho. Por varios minutos, él le repitió a Anastasia que no tenía nada que ver con cómo el Señor Tenebroso se había enterado de ella. Pero Anastasia no lo escuchó ni una vez, estaba muy consumida en tirarle insultos que ni siquiera procesó lo que le había dicho.

Eventualmente, él se cansó y empezó a gritar también. Ambos se ganaron un sermón de McGonagall, quien les dijo que la Torre de Astronomía no era para que las parejas se besuquearan y pelearan. Eso causó que una ola enorme de chismes invadiera el Gran Comedor la mañana siguiente, pero en ese momento Draco y Anastasia no podían mirarse sin lanzarse dagas.

—En este día en particular, aprenderemos a hacer la perfecta poción de Amortentia —Slughorn exclamó felizmente.

Los estudiantes gruñeron ante la mención de la poción de amor, pero nadie fue lo suficientemente valiente para decirle al profesor Slughorn que no estaban interesados en aprender eso; él estaba tan emocionando explicando el proceso que toda la clase se quedó en silencio.

—Esto es basura —Anastasia puso un mechón de cabello detrás de su oreja mientras bajaba la vista a su libro de pociones.

—¿Qué es basura? —Preguntó Ron, mirándola con los labios fruncidos.

—Esto —dijo ella, señalando el capítulo de Amortentia en su libro—. Realmente dudo que vayamos a usar esto —Harry rio quedamente, sus ojos pegados a su libro.

—Ahora, pueden empezar —Anastasia estaba de pronto muy nerviosa por no haber prestado atención a lo que Slughorn había dicho.

—Toma, sé que no estabas escuchando así que te traje tus ingredientes —Hermione le sonrió. Anastasia le agradeció y empezó a trabajar.

Ocasionalmente, Draco levantaba la vista de su caldero para ver a la chica frente a él. Estaba molesto, pero eso no lo detenía de preocuparse por el bienestar de Anastasia, más ahora que ella lo había perdido prácticamente todo.

Sorprendentemente, los estudiantes empezaron a trabajar en silencio. El único sonido que podían oír era el susurro distante de cierto grupo de amigos, pero Anastasia estaba agradecida de poder trabajar en silencio sin nada molestándola, lo que le ayudaba a preparar bien la poción. Después de todo, tenía el corazón roto por la carta que sus padres le habían enviado el día anterior.

Esa mañana, tomó todo de ella para dejar la cama. Ella sintió como si esa pequeña vida dentro de ella le rogaba seguir viviendo hasta que fuera demasiado tarde, pero esa pequeña voz en su mente le recordaba los hechos sucedidos la otra noche y lo mucho que sus padres la odiaban por lo que había hecho.