xvii. bellatrix lestrange

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«BELLATRIX LESTRANGE»


Anastasia la estaba pasando de maravilla en la Madriguera. Los gemelos se propusieron hacer que la chica tuviera la mejor navidad y que riera hasta que su estómago doliese. Funcionó, y todos estaban fascinados con lo fuerte y contagiosa que era su risa.

El profesor Lupin y su esposa llegaron en la tarde con regalos y una pequeña tarta, él estaba sorprendido de encontrar a la chica en la casa, pero la saludó de todos modos. Ella se sentía como si pudiera explotar de felicidad ante el hecho de que Draco estaba muy al fondo de su mente, inalcanzable.

—Espero que la estés pasando muy bien, cariño —la señora Weasley habló, mientras le tendía un plato con pastel a la castaña.

—Así es, señora Weasley. Todo es perfecto —Anastasia asintió rigurosamente, tomando el plato en sus manos—. Gracias por todo —susurró poco después, bajando la mirada hacia su cómodo suéter.

—Oh, no es nada, querida —la mujer sonrió, palmeando suavemente el hombro de la chica—. Es un placer para nosotros tenerte aquí —antes de unirse a sus hijos en la sala de estar, la mujer puso un suave beso sobre el cabeza de Anastasia.

La chica de ojos esmeralda se quedó en la cocina, con una sonrisa tonta en los labios. Mirando a la familiar charlar y parlotear felizmente, le trajo alegría ser aceptada en una familia tan increíble como la de los Weasley.

—Gracias, Anastasia —ella se dio la vuelta cuando una voz hizo eco en la cocina. Sus ojos se encontraron con los de Remus Lupin, y una pequeña sonrisa apareció en sus rasgos—. Por no matarme.

—El pensamiento de matarlo nunca pasó por mi mente, Profesor —Anastasia murmuró, dejando el plato vacío en el fregadero.

—Y estoy agradecido por eso —él asintió, inclinándose en la mesa—. Eres una chica muy, muy amable. La más inteligente que conozco, debo añadir. No deberías gastar tu tiempo en algo tan estúpido como las Artes Oscuras.

—Y no estoy planeando hacerlo —habló claramente, mirando al hombre frente a ella. Él solo sonrió y salió de la cocina.

Con el pensamiento de dormir, Anastasia hizo su camino hacia las escaleras y las subió en silencio. Sus ojos viajaron por sus alrededores con una sonrisa, pero se detuvo abruptamente cuando vio a Ginny y Harry hablando, una sonrisa formándose en sus labios mientras veía a la pelirroja acercarse más al chico.

—Feliz navidad, Harry —la chica dijo quedamente.

—Feliz navidad —Harry respondió casi de inmediato, causando que Anastasia bufara.

—Oh, Dios —susurró ella, sus ojos muy abiertos—. Siento interrumpir —la castaña rápidamente hizo su camino hacia el siguiente conjunto de escaleras, antes de que algo en la ventana atrapara su atención.

El trío se giró para ver a la ventana con ojos curiosos y cejas fruncidas. Pronto, un gran círculo de fuego rodeaba la casa, iluminándola más que la luna sobre ellos. Anastasia jadeó y sacó su varita de su bota, al igual que Harry mientras el par bajaba las escaleras con miradas determinadas.

Los adolescentes hicieron su camino a través del grupo de adultos, mientras estos gritaban sus nombres. Ambos estaban cegados por la venganza y el coraje de la muerte de sus seres amados mientras saltaban el círculo de fuego, desapareciendo de la vista de los adultos.

—¡Niños! ¡Vuelvan! —Gritó Arthur Weasley—. ¡Harry! ¡Anastasia! —Gritó, pero pronto fue interrumpido por su propia hija corriendo hacia las llamas—. ¡Ginny! —Esta vez, él siguió a su hija.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Where stories live. Discover now