xxxv. fenrir greyback

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«FENRIR GREYBACK» 


—No puedo seguir haciendo esto —declaró Anastasia, levantándose del sofá rojo oscuro en la acogedora sala de estar.

—Pero querida, será extremadamente peligroso —dijo Andromeda Tonks, sosteniendo al bebé dormido en sus delgados brazos.

—Esta sensación dentro de mi estómago me está matando. ¿Cómo me puedo quedar aquí mientras mis amigos están allá arriesgando sus vidas? —Preguntó la castaña, caminando por el lugar con movimientos ansiosos y desesperadamente intentando encontrar su varita.

—Pero... —la mujer mayor comenzó, pero en el momento en que sus ojos se encontraron con los de Anastasia, dudó de sus palabras—. ¿Pero qué pasa si no vuelves?

—Ese es un riesgo que estoy dispuesta a tomar.

Andromeda suspiró, claramente derrotada. —Cuídate, entonces —abrazó a la castaña fuertemente con su brazo libre.

—Tú también —murmuró mientras presionaba un beso en la cabeza de Ted—. Prometo que volveré, y también lo harán Remus y Tonks —declaró, dándole a la mujer un apretón de ánimo.

—Confío en ti —Andromeda asintió.

La Slytherin exhaló profundamente y se dio la vuelta para salir de la casa. Presionó sus finos labios juntos mientras sus ojos esmeralda escanearon el cielo lleno de estrellas, sus dedos tomaron temblorosamente su varita y la metió en sus viejos jeans negros. Había pasado por su mente que, como Draco había dicho, se estaba tirando a una misión suicida, no tenía la seguridad de volver viva, mucho menos de traer a Remus y Tonks con ella sin un solo rasguño.

Tenía que tomar el riesgo.


...


El momento en que Anastasia cayó en suelo sólido, sintió a las galletas caseras de Andromeda urgiendo dejar su sistema. Cayó sobre sus rodillas en algún lugar del sitio en donde estaba y soltó lo que sea que estuviese dentro de su estómago. Sostuvo su estómago mientras tenía arcadas en el piso, y sostenía su varita contra su pecho mientras evacuaba la comida de su cuerpo. Su cabeza se alzó tan pronto como una voz adicional hizo eco en el bosque en el que se encontraba, con el dorso de su mano, limpió su boca y se levantó con la varita alzada frente a ella.

Lumos —susurró. Una brillante luz emergió de la punta de su varita mientras caminaba con cautela en el lugar en el que estaba, y buscó el enorme castillo que una vez llamó escuela—. Nox —murmuró rápidamente tan pronto como sintió pasos acercarse a ella.

Su mandíbula cayó al suelo ante la vista de la enorme cantidad de Mortífagos que había frente a ella, casi instantáneamente, el horrible ardor comenzó a invadir su brazo y se encontró luchando por permanecer en silencio, en su escondite. Miró con cautela mientras su cerebro se apresuraba en formular un plan para entrar en Hogwarts sin ser notada por el grupo.

Un suspiro de alivio dejó sus labios cuando sus ojos esmeraldas vieron el puente a un par de pasos de distancia de ella. Sin quitar sus ojos de la vista, intentó silenciosamente tomar pasos rápidos pero silenciosos hacia el puente que parecía estar más cerca con cada segundo que pasaba.

La chica jadeó tan pronto como sintió un brazo alrededor de su cuello. —¿Vas a algún sitio? —La voz le dio piel de gallina. Fenrir Greyback sonrió con sus horribles dientes—. Estoy seguro de que el Señor Tenebroso va a estar complacido de que su sirviente favorita está de regreso.

—Suéltame si quieres vivir —Anastasia gruñó mientras intentaba suprimir el dolor en su brazo.

—¿Dónde está tu novio Draco? Apuesto que estará estático al ver cómo mordí el cuello de su novia traidora a la sangre —susurró en su oído.

—¡Greyback! —Ambos se dieron la vuelta mientras otra voz se acercaba—. ¡El Señor Tenebroso nos dio la orden de atacar desde una de las torres!

El hombrelobo rugió con ira mientras apretaba su agarre sobre el cuello de Anastasia, ella jadeó mientras presionaba los labios juntos.

—Esto no ha acabado, traidora a la sangre —gruñó él—. No he acabado contigo. Vienes con nosotros.

La Slytherin intentó luchar contra el fuerte agarre del hombre a su alrededor, pero ella ya estaba volando y la horrible sensación de vomitar la invadió de nuevo. Cerró los ojos en un intento en vano por olvidarse de los sentimientos mezclados que tenía en ese momento, hasta que oyó a alguien decir su nombre.

—Miren a quién tenemos aquí —Greyback sonrió maliciosamente tan pronto como llegaron. Su agarre sobre ella se apretó, causando que la chica gruñera ruidosament—. ¿No es este tu amigo hombrelobo, traidora a la sangre?

—Esto es entre tú y yo, Greyback. Déjala en paz —Remus advirtió, apuntando con su varita al hombre, si así es como le dirías.

—¿Por qué lo haría? —El hombrelobo rio agriamente—. Ella merece morir, el Señor Tenebroso nos ordenó a todos matar a la traidora si la veíamos.

Remus miró a la chica, quien sacudió la cabeza rápidamente. La mano del hombre tembló incontrolablemente mientras alzaba su varita hacia el hombrelobo, pero Greyback fue más rápido. Soltó a la chica, pero tomó su antebrazo instantáneamente con fuerza, haciéndola gritar ruidosamente por el horroroso dolor. El hombrelobo sonrió tan pronto como tomó su varita y presionó su punta contra la piel de la chica, haciendo que Remus diera un paso adelante.

Anastasia sintió su cuerpo en llamas tan pronto como el objeto mágico hizo contacto con su piel, ahora ensangrentada. Los gritos hicieron eco en la pequeña torre mientras el hombrelobo aullaba triunfante. El horrenda Marca Tenebrosa empezó a ser más visible a cada segundo y las lágrimas bajaban en cascada por las mejillas de la chica.

¡Stupefy!

La chica cayó al piso con un ruidoso golpe seco tan pronto como sintió a Greyback soltarla de su fuerte agarre. Sintió un par de brazos alzarla rápidamente, pero todo lo que podía ver a través de su visión borrosa era una guerra de luces verdes y rojas colisionando juntas, gritos y explosiones por todas partes. Alzó la mirada, solo para encontrar a Remus exclamando su nombre y llamándola, pero sus palabras eran vacías, ella estaba demasiado conmocionada asimilando todo lo que estaba sucediendo de una vez.

—¡Anastasia! —Finalmente salió de golpe de sus pensamientos, sus ojos esmeraldas se encontraron con la mirada del hombre—. ¿Por qué estás aquí? ¡No deberías estar aquí!

—¡Q-Quiero ayudar! —La chica exclamó también, su agarre en su varita se apretó—. ¡Petrificus Totalus! —Apuntó con su varita al Mortífago que venía en su dirección.

—¡Ve, ve! —Gritó Tonks, batiéndose a duelo con un carroñero—. ¡Estaremos bien!

—¡Ve a ayudar a Neville y los otros! —Ordenó Remus.

Ignorando la batalla a su alrededor, Anastasia saltó a los brazos del hombre y le dio un fuerte abrazo. El acto atrapó a Remus desprevenido, pero eso no lo detuvo de devolver el gesto, porque después de todo, la chica ahora era como una hija para él y Tonks.

—Prométeme que saldremos de esto y seremos una familia como dijiste —exclamó ella.

—Lo prometo, ¡ahora ve! —Gritó él, y Anastasia asintió rigorosamente antes de correr por las escaleras hacia la batalla mayor.

Muy poco sabía ella que el momento en el que se fue, Remus rompió su promesa. Y todo por Fenrir Greyback.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora