xxxiii. 12 grimmauld place

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«12 GRIMMAULD PLACE»


Estaba lloviendo afuera; las nubes habían tomado el cielo y las calles estaban prácticamente desoladas. Draco exhaló profundamente mientras sus ojos grises se movieron de la gran ventana hacia la cama detrás de él, donde Anastasia estaba acostada durmiendo pacíficamente. El latido de su corazón era la única cosa que podía confortarlo mientras vio el pálido rostro de la chica con amor y preocupación, su mano buscó la de ella bajo las sábanas y se sentó en el borde de la cama king-size.

—Estás a salvo conmigo, Rosie —susurró.

Con su pálida y larga mano, acarició dulcemente la mejilla de ella en un intento de hacerla despertar de su pesado sueño. Ella presionó el costado de su rostro cerca a la palma de la mano del chico y él contuvo su aliento. De repente, sus ojos esmeraldas se abrieron y parpadeó varias veces para ajustarse a la escasa luz de la habitación.

Draco presionó sus labios juntos y tragó con nerviosismo. Su mano siguió acariciándole la mejilla mientras ella admiraba la habitación en la que estaba, hasta que sus hermosos y vacíos ojos cayeron en él. Él sonrió a medias mientras se inclinaba y presionaba un significativo beso en el tope de su cabeza. Anastasia alzó temblorosamente su mano libre y entrelazó sus temblorosos dedos con los de él.

—Buenos días —dijo el chico silenciosamente, examinando cada centímetro de su rostro—. Estás a salvo ahora.

—¿No era un sueño, entonces? —Su voz salió baja, pero él logró oír perfectamente sus palabras.

—No. No lo fue —el Slytherin suspiró profundamente—. Pero Harry y los otros están bien. Nos hemos estado comunicando durante los últimos días.

—¿Los últimos días? —Anastasia repitió, echándose a un lado para darle espacio—. ¿C-Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—Casi una semana —Draco sonrió a medias, yaciendo en la cama junto a ella. Ella buscó instantáneamente confort en el latido del corazón del chico y descansó su rostro en su pecho—. Tienes el sueño pesado, Rosie —el fantasma de una sonrisa invadió sus rasgos mientras admiraba sus dedos entrelazados—. Ellos están bien, por si te lo preguntas. Se están quedando en una casita cerca del mar.

—¿Qué hay de ti? —Preguntó ella, tomándolo desprevenido—. Has desobedecido a tus padres y...

—¿Voldemort? —Terminó él—. Lo sé —un suspiro dejó sus labios mientras cuidadosamente envolvió un brazo alrededor del pequeño cuerpo de ella—. Pensé que no tenía opción, ¿sabes?

Anastasia asintió, siguiendo sus ojos hacia la ventana. —Pero cuando vi a Bellatrix torturándote... y Hermione, pensé: ¿es esto lo que quiero ser? —Draco suspiró, de nuevo—. No tienes idea de lo mucho que dolió verte así. Sentí que me arrancaban un pedazo de alma y de corazón —él apretó su agarre sobre ella. Anastasia cerró los ojos, y se concentró en el sonido de su voz rasposa y las gotas de lluvia golpeando la ventana—. Tomé una decisión. Te elijo a ti.


...


Anastasia vio sus pálidas manos mientras Draco caminaba sin rumbo por la cocina. Ansiosamente, masticó su labio inferior mientras sus pensamientos nublaban su cabeza con diferentes escenarios sobre lo que pudo haberle pasado a Kreacher y por qué estaba tomándole tanto tiempo comprarles comida en el Callejón Diagon.

—¿Draco? —Dijo quedamente, ganándose su atención.

—¿Sí? —Él dejó de dar vueltas para darle su completa atención—. ¿Estás bien? ¿Te duele? —Sus ojos viajaron por el rostro de la chica. Anastasia rio entre dientes.

—No. Estoy bien —aseguró—. Yo solo... —la chica frunció el ceño, bajando la mirada de vuelta a sus manos. Draco tomó la silla más cercana y la colocó cerca de ella. Suspirando, se sentó en la misma y tomó las manos de ella para llamar su atención.

—Dijiste Harry en vez de Potter. Un par de momentos atrás.

El chico presionó sus labios juntos mientras entrelazaba sus dedos con los de ella. Su cálida mano voló hacia la mejilla de ella, mientras apartaba un mechón de cabello de su angelical rostro.

—Lo sé —sonrió—. Somos aliados ahora.

—¿Aliados? —Repitió Anastasia, frunciendo el ceño—. ¿Cómo así?

—Porque queremos la misma cosa —una vez más, ella frunció el ceño en confusión. Draco le sonrió dulcemente—. Tu bienestar —una sincera sonrisa se abrió paso en los rasgos de ella.

—Te amo —ella finalmente dijo las palabras que él había esperado oír por días. Él sonrió y se inclinó, presionando su frente con la de la chica.

—También te amo, Ro—

—Aléjate de ella, Malfoy.

Ambos saltaron lejos del otro mientras una nueva voz hacía eco en la habitación. Anastasia frunció el ceño mientras era arrastrada lejos de los brazos de Draco, y él se levantó instantáneamente de la silla vieja y maltratada.

—¡Remus! —Gritó Anastasia mientras veía al hombre que la sujetaba del hombro.

—Oh, Dios. Estás bien —el hombre instantáneamente envolvió a Anastasia en un fuerte abrazo—. Estaba aterrado, no tienes idea —suspiró—. Cuando Arthur me contó las noticias de que escapaste de Hogwarts, estaba tan molesto. No vuelvas a hacer eso jamás, Anastasia, ¿me oyes?

—Sí, lo siento por asustarte —dijo silenciosamente.

Remus suspiró y presionó un beso en el tope de su cabeza. Después, sus ojos fueron de ella hacia el chico de pie frente a ellos. Él exhaló bruscamente, caminando hacia el chico mientras Anastasia envolvía a Nymphadora y a su hijo en un fuerte abrazo.

—Tú —dijo severamente. Draco se estremeció mientras él se acercaba y ponía una mano sobre su hombro—. Gracias —el chico frunció el ceño—. Por cuidar de Anastasia. Nos has demostrado que nos equivocábamos, Draco. No eres malo después de todo —finalmente, envolvió al chico en un abrazo fuerte. Algo que tomó a Draco desprevenido, pero aceptó la acción ya que había pasado mucho tiempo desde que alguien lo abrazó de esa manera.

—Te dije que él no era malo, Remus —la castaña sonrió, jugando con el pequeño bebé en sus brazos.

—Solo lo dijiste porque es tu novio —bromeó el hombre.

Draco sonrió. Finalmente, sentía que pertenecía en alguna parte.

Pertenecía con Anastasia.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora