NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)

xxvii. magia sin varita

«MAGIA SIN VARITA»

En silencio, Anastasia entró a zancadas en la librería con determinación en sus ojos. Caminó a través de las hileras de estantes en busca del libro que había estado leyendo durante un tiempo. Sus manos aflojaron su corbata mientras sus ojos escaneaba el estante, hasta que lo encontró.

La brillante idea de prepararse a sí misma para la guerra por venir permanecía dentro de su mente desde la última vez que vio a Draco, él mencionó que ella necesitaba más preparación para mantenerse a salvo de la magia oscura. Eso es lo que estaba haciendo, practicar para la guerra.

La navidad estaba casi a la vuelta de la esquina y casi estaba terminando el mapa. Estaba desesperada por saber dónde estaban sus amigos, ellos no respondían sus cartas y por más que intentaba forzarse a sí misma para no preocuparse, lograba sentir un hoyo en su pecho.

Draco visitándola tampoco estaba ayudando. Cada vez que aparecía en la habitación de ella, parecía más y más pálido, le preocupaba. Cada vez que ella le preguntaba qué estaba sucediendo en la mansión, él simplemente se encogía de hombros y cambiaba el tema como si no fuese importante. Pero lo era, para ella. Anastasia no podía dejar de pensar qué estaba pasando en la familia del chico.

—Hey, Annie —Neville interrumpió sus pensamientos de desbordarse—. ¿Te asusté? Lo siento —preguntó preocupadamente, retrocediendo.

—No, está bien —Anastasia rio entre dientes e hizo una señal a la silla frente a ella—. Solo estaba leyendo.

—Pero no tenemos un examen pronto —él rascó su sien, frunciendo el ceño.

—No, tonto —ella le sonrió juguetonamente—. Me estoy preparando. Para la guerra —Anastasia explicó cortamente, sus ojos volviendo al ver el viejo libro en sus manos.

—Ya veo —el chico asintió, viendo el libro—. Espera, ¿magia sin varita? Annie, ¡eso es casi imposible de lograr! —Exclamó, causando que Madame Pince les enviara miradas mortíferas.

—He estado practicando toda la semana, Nev —la Slytherin dijo calladamente—. Lentamente estoy consiguiéndolo —su cabeza se alzó para encontrarse con la confundida mirada del chico—. ¿Quieres ver qué he logrado hasta ahora? —Sonrió pícara.

—De acuerdo, adelante —él cruzó los brazos sobre su pecho, con una sonrisa en sus rasgos.

Anastasia le envió una sonrisa presumida y puso su varita frente al chico, para dejarle saber que no estaba haciendo trampa. Neville vio como ella exhalaba profundamente y susurró un encantamiento de levitación en voz baja, su dedo estaba apuntando al objeto en el cual sus ojos estaban concentrados. De repente, el gran libro comenzó a levitar en el aire y voló por el lugar. El Gryffindor jadeó ante la vista.

—Como dije, es difícil pero no imposible —la castaña sonrió y bajó el libro.

—Por las barbas de Merlín —Neville murmuró para sus adentros con una expresión de sorpresa en sus ojos avellana—. Annie, tú –oh Dios —la castaña sonrió.

—Puedo enseñarte, si quieres —le sugirió y el chico asintió rigurosamente—. Pero primero necesito terminar el mapa.

—¿Cómo vas con el mapa? —Preguntó Neville, cambiando de tema.

—Casi está terminado —Anastasia dijo con alegría, cerrando los libros y posando los brazos sobre la mesa de madera.

—¿Cuándo crees que estará listo? —Preguntó el chico, frunciendo el ceño.

—Probablemente después de las fiestas. Necesito hacerle algunas mejoras —la Slytherin dijo cortamente—. Honestamente, he estado atascada desde la última vez que trabajé en él —explicó—. Lentamente me convierto en la alumna favorita de Carrow —dijo sarcásticamente, causando que el chico riera entre dientes.