i. el señor tenebroso

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«EL SEÑOR TENEBROSO.» 

El sol brilló con todo su poder cuando Anastasia despertó, sintiéndose entumecida. Willow, el elfo doméstico, tímidamente dejándole saber que sus padres la estaban esperando para tomar el desayuno juntos.

—Diles que ya voy —murmuró, pero no se movió de la cama.

—Willow se pregunta si algo va mal con la señorita Rosier —preguntó la pequeña criatura, esperando un grito de la enojadiza chica, pero para sorpresa del elfo, Anastasia solo sonrió a medias.

—Estoy bien, Willow. Estaré abajo en un segundo —esta vez se sentó en el borde de la cama.

El silencio abrazó a Anastasia como un viejo amigo. Se dio la vuelta y miró fuera de su balcón, admirando el campo frente a ella. El sentimiento de vacío se la estaba comiendo viva, y no había nada que ella pudiera hacer para que se detuviera, no importa lo mucho que intentara.

Ella se quitó la ropa y se alistó para encontrarse con sus padres y hermano en el inmenso comedor. Anastasia realmente quería dejar ir sus pensamientos, pero su mente la engañaba, haciéndola pensar que no había salida para los pensamientos oscuros que estaba teniendo recientemente.

—Buenos días, Anastasia —su madre sonrió, sentada justo al lado de su esposo—. ¿Dormiste bien?

¿Durmió ella bien? Anastasia no podía responder eso con honestidad, no había dormido en lo absoluto. Aun así, respondió: —Sí, madre. Dormí bien.

Los Rosier eran una de las veintocho sagradas familias de sangre pura, por ello Anastasia nació rodeada de lujos que sus padres le dieron. Ahora los Rosier eran una familia con pensamientos de igualdad de la sangre y habían borrado la idea de unirse al Lado Oscuro. Algunos podrían llamarlos los buenos, pero a ellos les gustaba decir que eran una familia normal que estaba contra la idea de matar familias muggles.

—Luces terrible, querida —su padre soltó, causando que ella levantara la vista para ver al hombre de sonrisa brillante y bonitos ojos.

—¡Steffan! —su madre exclamó, dándole a la chica una razón para reír entre dientes ligeramente—. Ella luce tan hermosa como siempre, no lo escuches, cariño —Anastasia asintió y continuó comiendo su desayuno.

—Buenos días a todos —William, su hermano mayor, entró al comedor con una sonrisa brillante y juguetona.

—William, veo que no te molestaste en ponerte ropa apropiada —por esto, Anastasia sonrió—. Toma asiento, te estábamos esperando.

El desayuno transcurrió rápido y con un poco de prisa, desde el punto de vista de Anastasia. Se forzó a sí misma a terminar tan rápido como pudo porque el ver a su familia tan feliz y ella estar tan triste la hizo sentir intoxicada.

—El correo está aquí —murmuró William.

El corazón de Anastasia se aceleró ante las palabras de William. Ella sabía perfectamente que el Señor Tenebroso le había enviado una carta pidiéndole que se uniera al lado oscuro, y no quería que sus padres supieran nada al respecto.

—Me siento enferma, ¿pueden disculparme? —preguntó quedamente, su corazón latiendo rápido haciendo que sus manos temblaran.

—¿Quieres que llame a un Sanador? —su padre preguntó, con la preocupación invadiendo sus rasgos.

—No, padre. Solo estoy mareada —sonrió a medias, viendo a su familia.

—Bueno, puedes ser disculpada —su padre asintió, y ella se marchó del comedor.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz