NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)

iv. katie bell

«KATIE BELL»

Anastasia envolvió la bufanda verde alrededor de su cuello para darse calidez a sí misma mientras caminaba en la blanca nieve de Hogsmeade. Era el primer viaje a Hogsmeade y el trío le había pedido que los acompañara a Las Tres Escobas. Anastasia pensó que era una buena excusa para escapar de Malfoy, del colegio y de la tarea malvada que tenía que hacer para que el Señor Tenebroso esté feliz.

—¡Anastasia, aquí! —Hermione saludó desde la mesa cerca de la chimenea. La castaña sonrió y caminó lentamente hasta ellos.

—Hola, chicos —dijo, sentándose en una silla vacía al lado de Hermione—. ¿Cómo están?

—Me gustaría irme —Ron dijo duramente, mirando detrás del hombro de Anastasia.

—¿Perdona? —frunció el ceño, sin esperar esa respuesta. ¿Era por su culpa?

—No lo escuches. Solo está incómodo porque Ginny tiene novio —todo lo que Anastasia pudo hacer fue asentir.

—Esa resulta ser mi hermana —Ron argumentó, inclinándose más cerca. Harry y Anastasia se miraron el uno al otro con confusión.

—¿Y? —Hermione atacó de vuelta, frunciendo el ceño—. ¿Qué pasa si Ginny volteara y te viera besuqueándome, esperarías que se levante y se fuera? —los otros tres adolescentes la miraron sorprendidos. Especialmente Ron, que no podía creer que esas palabras habían salido de sus labios.

Anastasia entonces se perdió en sus pensamientos, mientras una cerveza de mantequilla fue puesta frente a ella. La tomó en sus manos y le dio un sorbo, completamente ignorando a Slughorn que venía en su dirección porque Harry lo había saludado.

—Es maravilloso verlo, señor —Harry sonrió, ya poniéndose de pie para estrechar su mano—. ¿Qué lo trae por aquí? —preguntó con amabilidad, Anastasia no podía dejar de pensar que se traía algo entre manos.

—Las Tres Escobas y yo tenemos historia, más de lo que me gustaría admitir —chirrió, mirando al grupo con una sonrisa—. Usualmente doy una fiesta de cena, de manera ocasional, ¿te gustaría venir? —miró a Harry con una sonrisa.

—Lo consideraría un honor, señor —dijo Harry, y Anastasia lo miró cautelosamente en busca de preguntas sobre lo que estaba planeando.

—¿Qué hay de usted, señorita Granger? —Slughorn se giró para ver a la chica.

—Estaría encantada, señor —Hermione le sonrió.

—Espléndido —justo cuando ella pensó que estaba a punto de irse, se volteó a ver a la castaña junto a él—. ¿Y usted, señorita Rosier? —sonrió. Anastasia estaba completamente confundida con respecto a por qué le pidió unirse, pero sonrió.

—Me encantaría, señor —sonrió, mirando al viejo hombre.

—¡Esperen mi lechuza! —y con eso, él se marchó.

—¿A qué estás jugando? —preguntó Ron con los brazos cruzados y voz baja. Es como si hubiera leído la mente de Anastasia.

—Dumbledore me pidió que lo conociera mejor. No sé por qué, pero debe ser importante, porque si no lo fuera, Dumbledore no lo hubiera pedido —Anastasia miró al chico con un pequeño ceño, de pronto sus sospechas fueron respondidas.

Desde la parte posterior de la habitación, vio a Draco salir del baño con una expresión seria y mirando a todos lados para ver si alguien lo había visto. Lucía sospechoso, y Harry también se dio cuenta.

...

Le pidieron a Anastasia si los podía acompañar en el camino de vuelta a Hogwarts, y como la persona educada que es, no pudo negarse. Así que ahí estaba, caminando junto a Harry, perdida en sus pensamientos pero al mismo tiempo, tratando lo mejor que podía de escuchar su conversación.