xviii. confrontación

7.5K 770 224
                                    

«CONFRONTACIÓN»


El día siguiente, Anastasia se despertó sintiendo una angustia en su pecho y una extraña sensación en su cuerpo. Miró alrededor de la habitación y rápidamente se cambió a su túnica color esmeralda para empezar el día. En silencio, tomó su bolso y metió su varita de espino dentro de su túnica, haciendo su camino fuera de la sala de estar con una mirada de determinación en sus ojos.

Era un poco temprano, pero encontró a sus amigos hablando en el Gran Comedor con una copia de El Profeta en medio de la mesa, Anastasia puso su bolso en el banco y se sentó junto a Hermione.

—Buenos días —dijo con voz rasposa.

—Buenos días, Annie —los tres respondieron casi al mismo tiempo. Anastasia se estiró hacia adelante para tomar una manzana, y miró al trío con ojos curiosos.

—¿Qué está mal? —Su cara cambió drásticamente ante la vista de sus ceños preocupados.

—Malfoy vino hace unos cuantos minutos —comenzó Ron, inclinándose hacia adelante—. Él preguntó por ti —eso hizo a Anastasia fruncir las cejas.

—¿Por mí? —Preguntó, mirando a sus amigos—. ¿Por qué?

—No lo sabemos —Harry respondió simplemente, encogiéndose de hombros—. ¿Qué sucedió en la casa de los Malfoy, Annie? —El aire pareció atascarse en su garganta, mientras sus ojos viajaban hacia sus amigos.

Los besos, los fuegos artificiales y todo lo que pasó en la Mansión Malfoy apareció frente a sus ojos. El fuego se encendió en cada centímetro de su cuerpo, allí donde los dedos de Draco tocaron su piel.

—Nada —dijo después de una pequeña pausa, sus ojos encontrándose con los de Harry—. Él probablemente querría preguntarme la contraseña de la Sala Común —ella mintió, pero sonó lo suficientemente convincente para el trío, así que dejaron el tema.

Fue una larga conversación antes de que se dieran cuenta de que debían ir a sus clases, en su caso siendo la de Pociones, con el profesor Slughorn. El hombre saludó a todos con una amplia sonrisa, y empezó a explicar la poción en la que estaría trabajando por ese día. Los ojos de Draco nunca dejaron a Anastasia mientras ella preparaba su poción en silencio, su mirada yendo de su caldero hacia su libro. Nunca alzó la mirada para conectarla con la de él, aunque sentía sus ojos por todo su cuerpo.

Para Anastasia, se sintió como si el día durara una eternidad. Cuando salió de su última clase del día, un fuerte suspiro de alivio dejó sus labios. Caminó en silencio hacia la biblioteca, en donde sabía que pasaría todo el día hasta que fuera hora de la cena en el Gran Comedor.

En silencio, caminó hacia la biblioteca y empezó a trabajar en un ensayo que McGonagall les pidió hacer. Sabía que tenía mucho tiempo para hacerlo, pero su mente necesitaba una distracción, y el ensayo parecía la perfecta excusa para una.

—Hola —alzó la mirada ante el sonido de una voz tímida, pero dulce. Una sonrisa apareció en los rasgos de Anastasia cuando vio a Luna de pie frente a ella.

—Hola, Luna —dijo calladamente la chica de ojos esmeraldas—. Siéntate —con su pluma, apunto la silla frente a ella en la mesa. La chica rubia se sentó en ella y puso los libros en la mesa.

—Te ves diferente, Annie —señaló la chica, frunciendo los labios en una sonrisa dulce—. Debes estar cansada de que Draco te siga a todos lados.

—¿Disculpa? —Anastasia quitó la vista de su pergamino, viendo a la chica.

—Lo vi mirándote desde los estantes de por allá —Luna apuntó hacia los estantes al fondo del lugar. Donde ahora no había nadie, pero la rubia vio al Slytherin admirando a la castaña—. Le gustas —añadió.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Where stories live. Discover now