xxxvi. batalla de hogwarts

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«BATALLA DE HOGWARTS»


Cada vez que Anastasia oía las historias de cómo sus padres sobrevivieron a la Primera Guerra Mágica, nunca imaginó experimentarlo ella misma. La cantidad de frustración y adrenalina que sentía ese momento era demasiado grande, tan grande que sentía que iba a colapsar.

Hechizos y maleficios eran lanzados de izquierda a derecha mientras intentaba defenderse a sí misma de sus antes colegas, los Mortífagos. Cada vez que podía, tomaba ventaja de sus habilidades en los hechizos sin varita, deshaciéndose de los magos oscuros que se interponían en su camino.

—¡Anastasia! —Su cabeza giró hacia la derecha, donde oyó a la voz de Ron gritar su nombre—. ¡Annie!

—¡Ron! ¡Detrás de ti! —La castaña gritó mientras apuntaba con su varita al carroñero detrás de Ron—. ¡Stupefy! —Hermione se encogió mientras el hombre salió volando lejos de ellos, e impactó contra el piso con un ruidoso golpe seco.

—Vamos a encontrar a Voldemort —Harry rápidamente explicó mientras se alejaban de la guerra.

—Voy con ustedes, entonces —exclamó Anastasia a través de los gritos y el caos.

—No. Tú quédate aquí y ayuda a los otros —ordenó Ron, presionando sus labios juntos—. Ten cuidado, Annie —gritó mientras corrían lejos de ella.

La chica de ojos esmeraldas asintió rápidamente y se dio la vuelta para correr al otro lado del ya destrozado campo. Sus ojos intentaron desesperadamente encontrar un par de ojos grises, y su corazón amenazó dejar su caja torácica mientras se defendía de los maleficios que eran tirados en su dirección.

Un ruidoso grito escapó de sus labios tan pronto como sintió una fuerza colisionar con su cuerpo, tirándola hacia la pared más cercana y haciéndola caer al suelo. Ella tosió y buscó su varita desesperadamente en el piso polvoriento, pero un pie deteniendo su mano la hizo gritar con dolor.

—Vaya, vaya, vaya. Finalmente te veo de nuevo, hermanita.

Anastasia frunció el ceño e intentó mover el pie de su mano, pero no tenía caso. William sonrió maliciosamente mientras bajaba la mirada a su una vez feliz hermana, la cual odiaba profundamente con cada fibra de su ser.

—Me estás obligando a hacerlo —murmuró y alzó su mano libre, apuntando al loco chico de pie frente a ella—. ¡Stupefy! —El chico voló lejos de ella, y Anastasia se levantó inmediatamente con una pequeña sonrisa empezando a crecer en sus rasgos—. ¡Accio varita!

—Te vas a arrepentir, hermanita —su cabeza se alzó para encontrarse con la mirada de William. Frunció el ceño y sostuvo su varita con fuerza—. ¡Cru!

¡Expelliarmus! —Gritó Anastasia, el chico jadeó tan pronto como si varita salió volando fuera de su agarre y cayó en la mano de la castaña—. ¿No eres tan valiente sin tu varita, hermano mayor?

—No necesito una varita para matarte, sucia traidora a la sangre.

—Yo tampoco necesito una varita —ella sonrió, tirando ambas varitas al suelo—. Verás, cuando estabas ocupado torturando a nuestros padres y siendo un villano, yo sí usé mi tiempo libre para hacer algo útil. Oppugno —de repente, un par de rocas comenzaron a volar hacia el chico, y él jadeó con dolor.

—Te crees muy lista, ¿verdad, hermanita? —William sonrió maliciosamente—. No eres la única capaz de hacer magia sin varita. ¿Sabías? Corre en nuestra sangre —él sonrió—. Ahora, es momento de hacerte pagar por todo lo que has hecho. ¡Avada Kedrava!

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Where stories live. Discover now