xxx. bosque de dean

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«BOSQUE DE DEAN»


Era la mañana después de navidad cuando Anastasia se despertó decidida a encontrar a sus amigos. Se sentó derecha en el piso, donde estaba durmiendo en la Sala de Menesteres. Un ruidoso suspiro se escapó de sus labios mientras tiraba la sábana lejos de su cuerpo y se levantaba para encontrar su baúl.

Sus ojos esmeraldas escanearon el lugar antes de abrir el baúl con manos temblorosas, tomó instantáneamente un bolso de allí y empacó todo lo que necesitaría para el largo viaje para encontrar a sus amigos. Miró a sus amigos durmiendo en una esquina de la Sala y exhaló profundamente, después se escondió al otro lado de la Sala para cambiarse a ropa apropiada para encontrar al trío.

Instantáneamente se puso la ropa y se colgó el bolso del hombro, tomó la varita del interior del baúl y metió el mapa dentro del bolso. Viendo a su alrededor, se encontró a sí misma llorando silenciosamente al pensar en lo mucho que extrañaría a sus amigos más queridos. Las preocupaciones por dejarlos invadieron su mente mientras se debatía seriamente el quedarse y protegerlos, pero su corazón le gritaba que encontrase a Harry, Ron y Hermione. Ellos la necesitaban más.

—¿Annie? —Se dio la vuelta, sus ojos verdes encontrándose con los de Ginny—. ¿A dónde vas? —Preguntó soñolientamente, sentándose derecha en el piso.

—Ginny, tengo que... —Anastasia susurró, mirando a los otros estudiantes—. Tengo que irme ahora. Ustedes quédense aquí.

—Pero... —la pelirroja comenzó, pero la morena caminó hacia ella para envolverla en un fuerte abrazo.

—Sé que quieres venir, pero no puedo traerte conmigo. Eso pondría terriblemente nerviosos a tus padres, sabiendo que su hijo está desaparecido y ahora su hija... no. Tú quédate aquí —titubeante, Ginny asintió.

—Cuídate, por favor —susurró, abrazando a la Slytherin una vez más—. En serio espero que los encuentres.

—Lo haré —Anastasia asintió—. Quiero que tengas esto —su mano viajó hacia el hermoso brazalete en su muñeca y se lo quitó. Ginny vio sus movimientos con confusión. La chica tomó su mano y colocó el brazalete verde en su muñeca.

—No puedo aceptar esto, Annie—

—Quiero que lo tengas —declaró Anastasia, sujetando a Ginny de los hombros—. Significa demasiado para mí, así como tú. Por favor, cuídate —abrazó a la pelirroja una vez más—. Te quiero, Ginny.

—También te quiero, Annie —susurró.

Anastasia le envió una sonrisa tranquilizadora y salió de la Sala de Menesteres en silencio. Sus ojos viajaron por el pasillo desierto y caminó cautelosamente por los pasillos y escaleras que se movían para hacer su camino fuera del colegio. De vez en cuando, detenía sus pasos cuando su brazo comenzaba a arder, pero nadie la atrapó.

—Señorita Rosier... —la chica tragó ante el sonido de una voz detrás de ella—. ¿Qué está haciendo fuera tan temprano en la mañana?

—Profesora McGonagall —la Slytherin se dio la vuelta lentamente, viendo directamente a los ojos de la mujer—. Yo iba a—

—Encontrar a Potter y sus amigos —declaró, viendo a la chica con una mirada expectante en sus ojos claros.

—Yo —uh —Anastasia tartamudeó, mirando a sus alrededores—. Sí, yo iba —de hecho, yo—

—Puede irse —McGonagall le sonrió, causando que la chica frunciera el ceño—. Pero por favor, tenga cuidado, los Mortífagos están custodiando el castillo. Debe ir con Hagrid, él la ayudará.

—Sí, profesora —Anastasia asintió rigurosamente y se dio la vuelta.

—Tenga cuidado allá afuera, señorita Rosier —McGonagall dijo silenciosamente y la chica huyó del castillo.

Así como también del dolor y la oscuridad.

...

Cuando Anastasia estuvo completamente segura de que no había nadie cerca de ella, sacó el mapa y su varita. Sus ojos esmeraldas escanearon el oscuro y solitario bosque, ya que la única cosa que podía oír era su respiración pesada y el vaho saliendo de sus labios resecos. Frotó sus manos para intentar encontrar calidez a pesar de sus fríos alrededores, e intentó desesperadamente encontrar la cabaña de Hagrid.

Sus ojos esmeraldas escanearon el pedazo de pergamino viejo con nerviosismo y lo desdobló, susurró el encantamiento que necesitaba para encontrarlos y escaneó el mapa frente a ella. Tinta marrón empezó a aparecer en el lado oeste de Inglaterra, los nombres de sus amigos aparecieron ante ella y las esquinas de sus labios ahora morados formaron una pequeña sonrisa.

Antes de aparecerse a dónde estaban ellos, Anastasia se dio la vuelta para darle al enorme castillo una última mirada. Un ruidoso y profundo suspiro se escapó de sus labios mientras cerró los ojos y pensó en el bosque de Dean, donde Hermione le contó que solía ir con sus padres todo el tiempo.

Lo siguiente que supo, fue que empezó a dar vueltas y gritar en el proceso. Sintió su estómago dar varios giros antes de chocar con el piso sólido, cubierto de nieve blanca. Un gruñido dejó sus labios mientras apoyaba su cuerpo sobre sus codos, sus ojos escanearon el bosque y buscó ansiosamente cualquier vista de los chicos.

La desesperación comenzó a aumentar mientras caminaba sin rumbo por el frío y nevado bosque, sin ver a nadie. Anastasia quería gritar y llamarlos, ver si el mapa funcionaba, pero no podía.

—¿Qué sucede ahí? —Se detuvo en seco cuando oyó la voz de Hermione cerca de ella.

—¿Hermione? —Preguntó en respuesta, siguiendo su voz.

Frunció el ceño e hizo su camino hacia una tienda a mitad de varios árboles. Sus ojos esmeraldas escanearon el lugar mientras fruncía los labios y sostenía su varita con fuerza frente a ella, lista para pelear si debía hacerlo. Anastasia exhaló temblorosamente mientras hacía su camino con lentitud dentro de la tienda, un jadeo se escapó de sus labios cuando vio a sus tres amigos mirándola con los ojos muy abiertos.

—¿Annie? —Preguntó Harry, frunciendo el ceño. Caminó titubeante hacia ella, sus ojos viéndola con sospecha—. ¿Cómo sé que eres tú?

Anastasia no dijo nada y buscó algo dentro de su bolso, una pequeña sonrisa apareció en sus labios cuando tomó el pequeño libro al fondo. Miró a Harry y le tendió una pequeña copia de Quidditch a través de los tiempos, estaba firmado en una página en específico. El chico de cabello azabache la buscó y cuando la encontró, sonrió y envolvió a la chica en un fuerte abrazo.

—¿Cómo nos encontraste? —Preguntó, mientras Hermione la abrazaba fuertemente.

—Creo que se los contaré más tarde —la chica sonrió ampliamente mientras ponía su bolso en el suelo de madera—. ¿Cuál es el plan? —Entrelazó sus manos, mirando al trío con expectación.

—Vamos a ver a Xenophilius Lovegood.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Where stories live. Discover now