xii. la mansión malfoy

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«LA MANSIÓN MALFOY»


Anastasia se tensó ante la vista del gran y oscuro edificio frente a ella. Juró nunca volver allí, pero mientras Draco la sostenía cerca de él, sintió el alivio tomar sus expresiones. Sus músculos se relajaron ante el toque y titubeantes, ambos caminaron hacia la mansión. Antes de que Draco pudiera poner su mano en el gran pomo, la puerta se abrió por nadie más que Bellatrix Lestrange.

—Draco, estás de vuelta —una sonrisa macabra tomó su oscura expresión—. Con Anastasia, ya veo —le echó una mirada cautelosa a la pequeña chica. Sus ojos negros viajaron hacia el brazo del chico y la mano de Anastasia sujetándolo, el par lo notó y por ello Anastasia intentó alejarse, pero él no la dejó.

—¿Vas a dejarnos aquí? —Preguntó él, alzando una de sus cejas.

—Entren —la malvada mujer se dio la vuelta y lentamente entró, los adolescentes caminando detrás de los elfos domésticos que llevaban su equipaje—. Cissy, Draco está aquí —se dio la vuelta para ver a Anastasia y volvió a hablar: —. Y no está solo.

La próxima cosa que supo, es que Narcissa Malfoy estaba frente a ella con una expresión fría. Draco estaba muy derecho mientras miraba a la mujer, pero los ojos negros de ésta estaban enfocados en la castaña de ojos asustados y labios temblorosos.

—Bienvenido de vuelta —ella habló, mirando brevemente a su hijo—. Le dije al elfo doméstico que pusiera tus pertenencias en tu dormitorio, Draco —se dio la vuelta para ver a Anastasia, cuya fría mirada se encontró con los ojos de la mujer—. En cuanto a ti-

—Ella dormirá conmigo en mi habitación —él la interrumpió rápidamente.

—No lo permitiré —de la nada, un hombre alto con ojos oscuros y rubio cabello entró. Miró a la chica mientras caminaba por el lugar en silencio.

—No estaba pidiendo tu permiso, Padre —dijo Draco, lo que hizo que Anastasia lo mirara confundida—. Ven aquí, Anastasia —él tomó su mano con gentileza y la haló hacia las lujosas escaleras.

El par caminó hacia el segundo piso en silencio, Anastasia estaba muy ocupada mirando donde pisaba como para notar al pequeño elfo doméstico caminando por su lado y mirándolos a ambos con ojos asustados.

Ella miró mientras Draco abría una puerta grande y entraba con el ceño fruncido, lo siguió dentro y analizó lo grande y oscura que era su habitación. Esta había cambiado drásticamente desde la última vez que había entrado cuando tenía once y Draco la había invitado para jugar Ajedrez Mágico.

—Ponte cómoda —dijo Draco, conjurando un hechizo de bloqueo en la puerta.

—Ellos me odian, ¿verdad? —Preguntó Anastasia, las puntas de sus dedos haciendo contacto con el brazo de Draco mientras estudiaba la habitación. Sus ojos verdes se detuvieron en un par gris mirándola con culpa.

—No lo tomes personal. Ellos son así con todos —él tomó cortos pasos hacia ella y la envolvió en un cálido abrazo—. Incluso conmigo —añadió un par de segundos después.

—Pienso que venir aquí fue una mala idea —Anastasia mantuvo sus ojos en los de él—. Claramente no me quieren aquí.

—Pero yo sí, y ellos no importan —sus dedos acariciaron la mejilla de ella, y pusieron un mechón de cabello rebelde detrás de su oreja—. Vamos a la cama, es tarde.

—¿Realmente voy a dormir aquí? —Anastasia lo miró con el ceño fruncido. Él se rio entre dientes y le dio un pequeño beso en los labios.

—No muerdo, Rosie —Draco pasó por su lado y caminó hacia el gran baño dentro de la masiva habitación. Le dio una mirada rápida antes de entrar y cerrar la puerta.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Where stories live. Discover now