Capítulo 30.

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Ellen.

Dos semanas.

Habían pasado dos semanas desde que me separé de Harold y Drake.

Habían sido las semanas más difíciles para mí.

Las pesadillas que pensé que habían desaparecido, volvieron de la nada, atormentándome poco a poco. Era el mismo sueño noche tras noche. Jess está gritando y yo lo único que estoy haciendo es mirarla. No puedo acercarme, no puedo ayudarla. No sabía por qué. Estaba asustada. ¿Cuánto tiempo durarían las pesadillas? ¿Cuánto?

La única persona que había tenido contacto conmigo estas últimas dos semanas, había sido Summer; yo no hacia el mayor esfuerzo por hablar con alguien más que no sea con ella. Había estado evitando a los hermanos Stuart. Tanto a Harold como a Drake. Incluso en clase de biología tuve que cambiarme de lugar solo para no estar cerca de Drake.

Estaba matándome por dentro no poder seguir hablándoles, pero era mi culpa en primer lugar que su rivalidad haya nacido nuevamente, y eso es lo que menos quería, que volvieran a competir por una mujer. No valgo la pena ni para pelear ni mucho menos para ellos. Mi vida había cambiado de la noche a la mañana, desde que Harold y Drake aparecieron en mi vida, no sabía exactamente si solo conocerlos hicieron que mi vida se volviera un infierno, pero si fue así, pues fue un placer haber estado allí.

Era sábado por la mañana. Tendría la habitación para mi sola, ya que Summer iría de paseo con su padre, el cual había viajado de San Francisco hasta Los Ángeles para visitarla y pasar un agradable sábado en familia; en una cierta parte me alegre que Summer me haya dejado sola, así podría pensar en lo que haría después de hoy. Eso de pensar entre a quien debería elegir, lo había dejado a un lado, porque no era mi enfoque ahora mismo, y ni siquiera quiero elegir a uno de los dos. Estaba tan cansada de seguir escuchando que la historia se estuviera repitiendo. No lo estaba haciendo, o al menos no para mí.

También, gracias a la salida de Summer, pude darle una gran limpieza profunda a la habitación. Había polvo y telarañas por todas partes. Como Summer había ingresado a un equipo de natación, muy apenas tenía tiempo para ella misma, por lo que menos puedo hacer por ella. Mientras estaba limpiando, me puse a imaginar que sería si Helen y yo cumpliéramos ese sueño de mudarnos cerca de la playa...lejos de este sitio. No podía negar que extrañaba demasiado a mi hermana, extrañaba sus comentarios sarcásticos y extrañaba sin duda alguna uno de sus consejos.

Aunque todavía estaba lastimada por la manera en la que había actuado, creo que todo el mundo merecía una segunda oportunidad, y quizás Helen también merezca una; mamá es lo que querría y papá igual. A ambos no les agradó mucho cuando se enteraron que ya no estábamos viviendo juntas ni mucho menos cuando escucharon que habíamos discutido. Había perdido contacto con Helen después de la pelea en la cafetería, desde entonces no volvimos a establecer una conversación.

Pero tenía que confesar que hubo algo de beneficio en todo esto y es que, pensaba que no podría vivir sin los consejos de mi hermana, que mi vida no sería la misma sin Helen, pero estaba muy equivocada. Quizás actué de la peor manera en haber lastimado a Harold y a Drake, pero estaba siguiendo mi corazón, cosa que nunca antes había hecho.

Me había hecho responsable de mis propios problemas y de alguna manera, encontraba por mí misma una manera de resolverlos sin acudir a ella. Me había cuidado yo sola, sin su ayuda, pero ahora no sabía que es lo que estaba sintiendo por dentro. Solo sentía un agujero que perforaba cada vez más mi pecho: necesitaba a mi hermana, la necesitaba ahora mismo.

Había salido de la regadera, con una toalla de baño rodeando mi cuerpo semi-desnudo y otra alrededor de mi cabello; eran más de las dos de la tarde, y no tenía nada planeado por hacer más que terminar las tareas pendientes que tenía o estudiar para futuros exámenes, pero era algo que no me apetecía en sí, era un sábado por la tarde, ¿qué chica normal hace tareas y estudia en un sábado? Al quitarme la toalla del cabello, pude escuchar como tocan la puerta tres veces, haciendo que mi corazón se encogiera por un nanosegundo. Miré con curiosidad hacia la puerta, sabía que no sería Summer, ya que ella tenía sus propias llaves y nunca las olvidaba.

Prohibido Enamorarte. ✔Where stories live. Discover now