Capítulo 14.

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Ellen.

El brazo de Drake golpeada mi hombro constantemente, pero no quería decirle que se apartara o yo misma quería apartarme, era mejor estar así con él que irme hacia dirección en la que Helen se encontraba. El profesor de Lengua iba enfrente de nosotros, lanzándonos miradas para asegurarse que los tres lo estábamos siguiendo.

—Te dije que no te pelearas con Helen —me susurró Drake, inclinándose un poco hacia mí—. Ahora por su culpa nos van a suspender a los tres.

Lo miré con mala gana. Tenía un pésimo humor de perros, que lo menos que quería hacer es tener que hablar con este idiota. Ya tuve demasiado con la pelea con la supuesta chica que lleva mi misma sangre, como para tener que discutir con Drake.

—¿Vas a seguir ignorándome, Ellen? —Drake volvió a abrir su boca, sin dudarlo dos veces, miro hacia el techo y pongo mala cara—. ¡Por Dios!

—No fastidies, Drake —murmuré, mirando hacia otro sitio menos hacia él. Drake sonrió con ironía—. Prefiero que no me hables, ya que no te soporto...

—Se me callan o hago que ustedes vengan este fin de semana a limpiar la cafetería —el profesor me interrumpió, mirando a Drake y a mí.

Miré al profesor con la boca abierta. ¿Pues qué tiene el pobre?

Cuando salimos de la dirección cinco minutos atrás, el director nos dejó en detención por tres horas. Para nuestra pésima suerte, el mismo profesor de Lengua nos iba a estar checando cada hora para asegurarse de estar allí. Se me hizo algo estúpido que nos haya dado detención en vez de suspendernos. Todo será mejor que estar con los dos insoportables por tres horas. ¡Tres malditas horas! El salón de detención era el mismo salón de Química. Las clases habían finalizado hace más de media hora, por lo que solo quedábamos nosotros en la universidad; a decir verdad lo que más esperaba era irme de una buena vez. Ni siquiera me he topado con Harold para explicarle en el lío en el que me había metido sin querer.

Habíamos llegado al salón de química, pude escuchar adentro algunos murmuros, por lo que supuse que no estaremos del todo solos haya adentro. El profesor de Lengua abrió las puertas y mi mandíbula se abrió con incredulidad.

Harold se encontraba en el primer pupitre, tenía en sus manos una bolsa de hielos. La mitad de su cara estaba llena de moretones verdes, e incluso su ojo estaba hincado. Desvié la mirada de él para mirar al chico que se encontraba justo detrás de este. Elliot, él estaba peor, y por alguna razón, sonreí.

—Vaya, vaya —el profesor se rio al mirar nuestras reacciones—. ¿En qué lío se metieron? —preguntó este.

Esto era de lo más embarazoso, es como si estuviéramos tomando una estúpida cita de parejas.

—Señorita Colin —tanto Helen como yo, nos giramos hacia el profesor Swan, el cual sacudió la cabeza cuando ambas lo miramos—. Helen, siéntate hasta la última fila. Tú eres la más problemática, así que no quiero tener ningún problema con usted.

Mi hermana resopló y obedeció a lo que el profesor Swan le ordenó. Ella se fue en zancadas hasta su sitio, dejándose caer en el pupitre individual y nos miró con mala cara.

—Ustedes se pueden sentar en donde les plazca.

Hice caso de mi subconsciente y me senté enfrente de Harold, el cual levantó una ceja cuando hice aquello. Drake se había sentado en la fila que estaba a nuestro costado, levantando ambas cejas y cruzándose de brazos.

—Nada de celulares, si cuando regrese los veo con uno, se olvidan de ellos, ¿está claro?

Todos respondimos con un seco , luego el profesor se marchó. Esperé unos cuantos segundos después de que se marchara, así podría levantarme y sentarme justo a un lado de Harold, al cual lo tome de la barbilla y lo obligue a que me mirara.

Prohibido Enamorarte. ✔Where stories live. Discover now