Capítulo 21.

854 82 20
                                    

Ellen.

La peor persona. Es de aquella manera en la que me sentía. Me sentía una maldita falsa, inclusive me sentía tal y como Helen había actuado cuando le puso los cuernos a Harold, ¿cuál es la diferencia entre las dos? Que yo realmente siento algo por ambos, en cambio Helen solo se acostó con Drake por el momento y no estaba enamorada de Harold.

Quería pensar que cuando sea el momento en el que él se entere en lo que está sucediendo entre Drake y yo, no se lo tomara personal, que al contario se va a alegrar, pero la otra parte, la parte que es más realista me está diciendo que me vaya despidiendo de aquella amistad que tengo con él. Harold era la persona que más me importa en el mundo y me duele con toda el alma la sola idea de poder lastimarlo, de poder herir sus sentimientos.

Le había mentido y con solo esa maldita mentira, me siento una traidora, me siento una basura de persona y lo peor: nunca quise mentirle y ahora es lo que estoy haciendo día tras día.

La mansión de sus abuelos era enorme. Mucho más que la mansión de los padres de Harold y Drake. La decoración de esta era solo una pequeña parte de todo lo que hay allá adentro, a decir verdad ahora mismo me siento más que fuera de lugar por estar aquí. Era ridículo intentar relacionarme con este tipo de personas, sin embargo no pude resistirme, ni siquiera estaba en mis planes estar relacionada con la familia Stuart. Harold y yo habíamos adelantado demasiado el paso, dejando hasta atrás a Drake, el cual no hacía más que intentar seguirnos, pero por su bien era mejor que ni siquiera intentara llamar la atención, por el momento no quiero estar pensando en él ni en la charla que tuvimos en el estacionamiento, quiero pensar que soy la Ellen de hace menos de un mes, la chica que no tenía problemas amorosos. Quiero fingir que todavía esa chica existe, pero no. La antigua Ellen que era tan ingenua ya había desaparecido desde que conocí a estos dos hermanos.

—Si mi padre intenta saludarte, no lo mires a los ojos. No le gusta —Harold me susurró al oído.

Cada vez que íbamos entrando más y más a la mansión, me aterraba la idea de conocer a los padres de Harold y de Drake. ¿Y si no les agrado? ¿Y si fue una pésima idea haber asistido a la fiesta? Quiero convencerme de que todo saldrá bien, por Dios, ya había tenido esto con los padres de Elliot, ¿por qué ahora me aterra? Habíamos salido al jardín, en donde había una mesa llena de bolsas de regalos, había trabadores cargando cosas de aquí para allá, quizá exagere al decir que inclusive había un chef personal, pero lo había. Por más ridículo que suene, lo había. La pequeña hermanita de Harold se encontraba sentada junto con una mujer rubia, la cual vestía con un traje de ama de llaves, la pequeña al ver a Harold salió corriendo hasta nuestra dirección, haciendo que su hermano también corriera para cogerla entre sus brazos. La escena que había visto, hizo que se me encogiera el corazón de solo ternura. Nunca había visto a Harold ser tan dulce y cariñoso, que inclusive me agrado verlo de aquella manera.

Marieta tenía el mismo color de ojos que su hermano: verdes esmeraldas, tan intensos como un verdadero diamante. Su cabello era mucho más rizado y ondulado que el mío, haciendo que su melena color caramelo golpeara constantemente a su hermano en el rostro. La pequeña era morena, y muy baja, aunque le faltaba un diente, era una niña muy linda. Igual que sus dos hermanos.

Drake se había colocado a mi lado, mirando la escena con una sonrisa dibujada en sus labios, Drake respiró con dificultad y me echo una mirada rápida, yo en cambio seguí mirando a sus dos hermanos, los cuales seguían abrazados.

Marieta nos echó una mirada rápida, pidiéndole a Harold que le bajara para saludarnos.

—¡Has venido! —Marieta me dijo, abrazándome de la cintura—. Harold me ha hablado mucho sobre ti, ¡por fin tengo una cuñada que me caiga bien!

Prohibido Enamorarte. ✔Where stories live. Discover now