Prohibido Enamorarte. ✔

Capítulo 26.

Ellen.

Había pasado una semana entera desde que Harold me había pedido que mantuviera distancia con él, mejor dicho, que no me volviera meter en su vida. Había pensado que sería una pelea que duraría muy poco, que podríamos solucionarlo como en ocasiones anteriores, pero esto era serio, él ya no quería saber nada sobre mí.

La semana había sido una verdadera tortura, cuando me lo encontraba en los pasillos de la universidad él me sacaba la vuelta o simplemente actuaba como si nunca nos hubiéramos conocido. Me dolía, me dolía demasiado.

Pensé por un momento que el peor dolor que pude haber sentido fue al saber que Jess estaba muerta, pero estaba demasiado equivocada, el peor dolor que he sentido dentro de mí fue haber perdido a Harold, porque él tenía razón, había sido la única persona que estuvo para mí y yo, yo fui una maldita egocéntrica que solo pensó en sí misma. ¿Cómo nunca pude darme cuenta de lo que él sentía hacia mí? Tuvimos conexiones, sí, pero nunca fue capaz de sentir que él realmente estaba interesado en mí.

Él lo había estado desde hace más de un año. ¡Un jodido año! Todo lo que Harold me había dicho tenía demasiado sentido para mí: era una ciega, una ciega que no quiere admitir la realidad y si no hubiera sido tan ciega, quizá la realidad fuera la más maravillosa que hubiera tenido en toda mi vida.

Oficialmente, me había convertido en la nueva compañera de habitación de Summer. Mi madre se había enterado de tal cosa y cuando se enteró, no le causo mucha gracia que digamos, por suerte termino accediendo. Estaba en una semana de exámenes, la cual muy apenas me dejaba respirar, pero por suerte la semana había terminado, y este fin de semana no tenía planes más que quedarme en los dormitorios junto con Summer, rentando películas y comiendo cualquier porquería barata que vendieran en la universidad.

Había salido a correr, eran más de las cuatro de la tarde, pero quería despegar mis pensamientos. Toda la semana había estado pensando en una sola persona: Harold.

Por más que no quería pensar en él y cumplir mi palabra de que guardaría distancia entre ambos, era algo imposible. Desde que él me confesó que sentía algo por mí, tengo los sentimientos revueltos y mi corazón no está cooperando. Una gran parte de mi me está gritando a gritos que debería hacerle caso a él y no volverle a hablar en mi vida, pero otra me está diciendo que vaya a buscarlo e intentan arreglar las cosas, pero tampoco sé si voy a poder arreglar su corazón.

También, había guardado un poco de distancia con Drake. Era lo que menos quería, ya que él ha estado muy pendiente en mí, me pregunta constantemente si estoy bien o si necesito algo, pero lo único que quiero es que me deje en paz, que me deje estar sola por un tiempo, de aquella manera podría solucionar las dudas que estaban sumergiendo desde muy fondo de mi corazón.

Era la primera vez que no tenía ni idea de que hacer, no sabía realmente que era lo que quería. No era justo que me dieran aquella opción a mí. Harold me puso en medio de algo demasiado comprometedor. Si dejo a Drake, Harold regresara a mí, pero si sigo con Drake, jamás arreglare las cosas con Harold. Era un verdadera y estúpido dilema que tenía que resolver desde ya, de lo contrario el problema solo ira empeorando y no sé si tendré el valor suficiente de resolverlo.

También quería pedir ayuda a una persona, que alguien demasiado sabio me diera un consejo que podría salvarme el trasero. Summer no sabía que decirme, su mayor idea es que me aleje de ambos, y también es el pensamiento que tenía en mente desde el primer momento en el que conocí a Drake y a Harold, alejarme de ellos. Tristemente, no sé si seré capaz de hacerlo. Ambos son un complemento hacia mi persona, pero tampoco quiero ser egoísta y no quiero pensar en solo en mí, sino que tengo que pensar en solo ellos dos. No soy nadie para elegir, no soy nadie para volverlos a separarlos ni soy nadie para que la rivalidad que está naciendo nuevamente entre ambos exista.