Capítulo 37.

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Harold.

Había llegado junto con Drake a mi departamento. Tuve que aguantar sus quejas y murmullos ofensivos hacia mi persona. Finalmente había logrado que se quedara dormido en el trayecto al departamento.

Ellen y yo habíamos estado mensajeando por más de una hora. No me gustaba mucho que Brandon fuera la persona que la traería de nuevo al departamento, pero de alguna manera ella confía demasiado en él. Yo ni siquiera soy capaz de verlo en pintura, Brandon me odia al igual que a mi hermano.

El chico todavía esta con la espina clavada en la espalda por pensar que fue nuestra culpa que la relación entre él y Jess no funcionara. No fue nuestra culpa, si no de la misma Jess.

Me quedé un momento sentado en el sofá, esperando un mensaje de Ellen, pero ella ya se había desconectado. No tenía nada mejor que hacer que estar cuidando a mi hermano para que no se ahogue con su propio vomito o llamar a Ellen y preguntarle si ya está reunida con Brandon Cooper. Evite ambas opciones y me fui directamente a la cocina para prepararme un emparedado. Debía de admitir que no había llenado nada con la cena italiana que había tenido, como fue mi madre quien ordenó, no comí como quería. Escuché que mi celular vibró una sola vez, pero no le preste demasiada importancia, tal, si Ellen confiaba en Brandon creo que puedo hacer lo mismo...solo por esta noche.

Con el emparedado en una mano y en la otra una lata de cerveza, regrese hasta la sala y cuando estaba a punto de sentarme y ver televisión, tocaron la puerta un par de veces, haciéndome cuestionar si se trataba de mi novia. Porque eso es lo que más estaba esperando.

Fui hasta la puerta con una sonrisa en los labios y abrí. Me lleve una sorpresa al no encontrarme con Ellen, pero si con otra mujer, alta como Ellen. Sus ojos eran de color azul, demasiados enmarcados para dirigirle la mirada por un largo tiempo. Su cabello negro estaba atado en una coleta baja e iba vestida de negro. La mujer miró hacia detrás de mis espaldas y su ceño se frunció.

—¿Eres el novio de Ellen?

Su pregunta me había dejado confundido.

¿Quién era esta tipa y como se le ocurre venir como si nada a mi departamento?

—¿Y tú eres...?

La mujer sacó de su abrigo de piel una plata policiaca, dejándome petrificado por un instante. Pensé en muchas cosas, en un millón de cosas que podía hacer o decir, pero ni siquiera sabía por qué una policía estaría buscando a mi novia.

—Soy la detective Martinez. Me gustaría a hablar con Ellen —me miró, levantando la barbilla a la vez—. Ahora.

—Ella no está aquí.

—Su compañera de piso me dijo que estaría contigo. Me dio tu dirección. Es importante que hable con Ellen.

¿Qué podía ser importante? Como su novio, necesitaba saber en qué estaba metida mi novia. Tenía aquel derecho de saberlo al menos.

—¿Se puede saber por qué?

La mujer no me daba confianza, pero ella era la que estaba a cargo del caso de Jess, así que lo que tenga que decirle a Ellen, puede decírmelo a mí.

—¿Usted conoce a Brandon Cooper?

Entonces, esto realmente me interesa.

Me aparté de la puerta y le hice un movimiento con la cabeza para que entrara. La detective Martinez entró sin dudarlo dos veces. Cuando ella entró, cerré la puerta a mis espaldas, mirándola con suma importancia.

—Me preguntó acerca de Brandon Cooper. ¿Se puede saber por qué? —pregunté con toda la calma que pude aparentar.

A decir verdad, no puedo fiarme de ese hombre. No sabía porque, pero siempre que sentía su presencia cerca de mí, sentía algo negativo. No sé qué carajo sea, pero simplemente no puedo fiarme de un tipo como él.

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