Capítulo 17.

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Ellen.

Después que Harold se marchó, sentí un nudo en la garganta. Era más que obvio que aquel beso que nos dimos anoche no significo nada para él. Me sentí como una tonta, ¿pues que esperaba? Era más que claro que Harold no me iba a recibir con un beso de buenos días ni mucho menos con un: Ellen, me gustas. Creo que es más que obvio que, Harold y yo, solo somos mejores amigos. Nada más y nada menos. Había aprovechado las horas que estuve sola desde que Harold se marchó para seguir con mi Thriller. Después de aquel beso, algo en mi despertó, haciendo que mi inspiración aumentara, quería compartir los nuevos capítulos con Harold, pero él decidió irse con la tal Vanessa. Eran las nueve de la noche, cuando termine más de tres capítulos, me sentí orgullosa de mi misma por ello, ya que, dentro de poco, quisiera publicarla en alguna red social, no me importaba en lo más mínimo si tuviera o no tuviera seguidores. Yo estaré feliz de todas maneras. Sentí como las tripas me empezaron a gruñir, lo único que había comido todo el día era el té de esta mañana y anoche, muy apenas me dio antojo de las papas que había comprado el mismo día en la universidad.

Entre a la cocina y abrí el refrigerador. No había nada. Me había olvidado decirle a Harold que necesitábamos ir de compras, nuevamente. Lo único que había eran huevos y tocino y ahora mismo no me apetece eso para cenar. Ni siquiera había fruta para hacerme un coctel. Pensé en ir a algún restaurante, pero a decir verdad no me apetecía salir de casa. Con el rabillo del ojo, vi unas llaves encima de la barra, en donde Harold y yo pones las llaves del Ford y del departamento. Me di una palmada en la frente, era más que obvio que se le habían olvidado. Ahora menos puedo irme, ¿y que si llega y yo no estoy? No, me niego a salir de casa.

También, podía pedir una pizza, todavía tengo efectivo. Miré mi celular y cuando lo iba a tomar, alguien toco a la puerta. Sentí cosquillas en el vientre, seguramente Harold ha llegado, si es así, podríamos ir a cenar algo. Solo espero que no haya cenado con la tal Vanessa. Rápidamente abrí la puerta, pero mi sonrisa desapareció cuando vi a la persona menos esperada.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—He traído pizza —Drake dijo, señalando la gran caja que tenía entre sus manos—. ¿Mi hermano?

—Salió —desvié la mirada de Drake—. ¿Has venido a ver a Harold?

Drake sonrió. Tuve que mirarlo por un momento. ¿Le creía? Hasta donde sé, Harold y Drake no se agradan y se me es extraño que haya venido de la nada. Y con pizza. Sin embargo, me moría de hambre así que lo más que pude hacer fue hacerme a un lado y dejarlo pasar.

—Pues claro, es mi hermano.

No le creí ni una sola de sus palabras, sabía que estaba mintiendo, pero si no había venido a ver a su hermano, ¿entonces a que vino? No quise cuestionarlo, me moría de ganas de comer y eso mismo hare.

—Vamos a la cocina —no espere una respuesta de su parte, ya que me eche a andar hacia la cocina. Drake me piso los talones y dejó la caja de pizza justo en medio de la mesa—. No tenemos cerveza porque ninguno de los dos bebe ahora, solo tenemos agua.

Drake asintió a la vez y se sentó.

—De hecho, no tengo hambre, pero puedes comer tú.

No pensaba negarle eso, me senté en la mesa y empecé a comer. Al principio me pareció extraño que él solo me estuviera mirando mientras que yo me metía pedazos de pizza sin parar. Cuando me quede satisfecha, me recargue en la silla y sonreí complacida.

—Ahora si —cruce mis brazos y lo miré con cara de póquer—. ¿Qué estás haciendo aquí? Porque no me creo que solo hayas venido para pasar una agradable noche con tu hermano.

Prohibido Enamorarte. ✔Where stories live. Discover now