Capítulo 2.

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Ellen.

Helen y yo habíamos subido las escaleras hasta el segundo piso, en donde estaba nuestra habitación. Era una habitación simple, algo pequeña pero era más que suficiente para ambas. Desde que dejamos el auto en el estacionamiento, Helen me contó la desagradable experiencia que tuvo con su antigua compañera de habitación, al parecer la chica era bisexual y no dejaba de acosar a Helen, no culpo a aquella chica, mi hermana es hermosa.

Nuestra habitación era la quinta puerta a la derecha, todos nuestros compañeros apenas iban llegando u otros estaban conviviendo con los vecinos de las demás puertas.

—Debería darte la llave de aquella chica, solo espero que tú en este año no te hayas hecho bisexual, eh —Helen bromeó al mismo tiempo en el que insertó la llave en la perilla de la puerta.

La puerta se abrió tras varios intentos de Helen por abrirla. Mi hermana se hizo a un lado para que yo fuera la primera en entrar en mi nueva habitación, en donde estaré por más de cuatro años, o hasta que encuentre un trabajo y compré un departamento junto con Helen. El cuarto era más amplio de lo que había imaginado, las paredes estaban pintadas de un color amarillo, hay unos cuantos cuadros artísticos colocados en las cuatro paredes del cuarto. Las luces eran un poco opacas, pero si iluminaban perfectamente bien; había dos camas pequeñas en el centro de la habitación, cada una de ella estaba separada gracias a una mesita de noche con una lámpara como decoración. En la pared de mi costado derecho, hay un armario y a un lado una puerta y a mi otro costado, hay una simple ventana que da la vista a la playa, desde aquí se ve el muelle y Pacific Park. Admito que no es mucho, pero al menos es acogedor.

—Cuando encontremos un trabajo digno, nos compraremos un departamento y viviremos como unas reinas, te lo prometo.

Miré a Helen y asentí orgullosa, al menos todavía guardábamos la esperanza. Mi hermana arrastró la maleta hacia la cama de mi lado derecho y la dejó encima de esta. Helen se sentó en su cama y me miró fijamente.

—¿Qué haces para no aburrirte? Digo, no hay una televisión.

—Salgo con Harold, y con mis amigos.

¿Harold? ¿Quién es Harold?

Al parecer mi hermana se percató de mi confusión, por lo que agregó rápidamente:

—Mi novio, debería decirle que salgamos esta noche. Llama a Elliot y dile que vayamos a la playa.

No sonaba una mala idea, de hecho, me parecía genial. Quiero estar con Elliot, hemos estado separados por muchos meses, que la verdad temo que ya no me vea con los mismos ojos que hace más de ocho meses. Hablamos seguido, muy seguido, incluso todos los días hacemos videollamadas por Skype, por lo que tengo la esperanza de que nuestra relación este a flote.

Helen abrió la puerta que estaba en mi lado del cuarto, como lo había supuesto, era el baño. Al menos esa era una buena noticia, tener baños propios. He escuchado que varias escuelas todo el instituto tiene que compartir regaderas, eso es desagradable.

—Sabes lo que necesito, Ellen —Helen asomó su cabeza por la puerta y sonrió—. Una cerveza, súper helada, solo así voy a poder estar bien para esta noche —mi hermana salió del baño con una playera distinta a la que ya traía puesta. Ahora era una un poco más grande que la anterior y esta era negra. Tenía un estilo varonil, o quizás sea yo quien piensa que esa camisa es de hombre—. Yo invito.

Arrugué la nariz y negué con la cabeza rápidamente, pienso estar sobria el resto de mi vida. Desde que tuve la amnesia en aquella noche, no he tomado ni una gota de alcohol.

Prohibido Enamorarte. ✔Where stories live. Discover now