Capítulo 10: Visitas inesperadas.

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-¡No, no, no! ¡No es cierto! – Le grité a mi madre – ¡No puede ser verdad!

-Mi nena, calma – dijo ella colocando su mano dulcemente sobre mi mejilla – Ahora sabes que las intenciones de ese tipejo no eran buenas… Mi princesa hermosa, tranquilízate, él no pudo hacerte nada, no encontró nada para robarte – me dijo, parecía aliviada.

-Vacié mi fideicomiso – solté, llevándome mis manos a mi boca – Vacié mi fideicomiso y le di el dinero a Luke.

-¡Eres una estúpida! – me gritó, dejando todo el alivio de lado, cambiándolo por enojo, o furia.

-¡No, mamá! – grité – Luke nunca sería capaz de aprovecharse de mí – sentencié y salí corriendo hasta mi cuarto.

Mi mundo giraba a mil por hora y no me importo golpearme el hombro con el marco de la puerta, todo estaba pasando demasiado rápido, demasiado. ¿Dónde estaba Luke? Necesitaba verlo. No podía creerlo, no podía. Me tiré o más bien me desplomé en el sillón y justo detrás de mí entro mi madre.

-Mi amor, tranquila – me pedía – Yo traté de advertirte… Por algo tengo más años que tú, por algo tengo más experiencia de vida…

-No, mamá – negaba – No me digas nada… Luke no es así, es bueno… Y me ama, de verdad me ama…

-Y sin embargo te envolvió para que le dieras todo ese dinero – me acusó.

-Él no me lo pidió, mamá, yo se lo di – dije.

-¿Y para qué? – Preguntó, pero no espero mi respuesta - ¡No, ni me digas! Seguro te dijo que iban a necesitar ese dinero para escaparse en caso de que tu padre y yo no aceptáramos su relación.

¿Cómo lo sabía? ¿Cómo era posible que ella supiera lo que había pasado con Luke? ¿Y si de verdad era un plan que él y todos los hombres utilizan para engañar a las chicas? Dios, me dolía el pecho, sentía como se rompía algo dentro de mí.

-Valery, ¿Cuándo vas a entenderlo? – preguntó, pero yo no tenía idea de lo que hablaba – ¡No eres cualquier chica! No puedes ir por ahí y meterte con el primer chico lindo que se te pare en frente ¡Entiéndelo de una buena vez! Tú necesitas a alguien de tu clase, de tu altura… ¡Ya hablamos de eso! ¡No puedes seguir haciendo estupideces! Necesitas a alguien… ¡Alguien como Harry Styles!

-¡Por Dios! ¡No estamos hablando de eso! – le grité – ¡Deja de intentar sacar siempre tus intereses a costa mía! Luke me ama, ¡Entiéndelo!

-Princesa, si ese hombre hubiera tenido buenas intenciones… Si te quisiera enserio… Él hubiera intentado hablar con tu padre.

-¡Es que él lo intentó! – Traté de explicar – Te juro que lo intentó, pero por una u otra cosa nunca logró hacerlo…

-Pues sí, tal vez es como dices… Pero quizá eran excusas de él, pues nunca tuvo intenciones de hacerlo… Mi amor, debes tratar de comprender, aunque te duela… Que quizá ese hombre nunca te amo.

Mi madre me atrajo hasta sus brazos y me permitió que sollozara por un rato demasiado largo, me permitió llorar en su regazo hasta que me quedé dormida.

Cuando desperté estaba sola en mi cuarto, acompañada únicamente por el dolor en mi pecho que se había incluso vuelto aún más fuerte.

Comencé a desesperarme, a ponerme ansiosa… Tenía únicamente un pensamiento en mi cabeza, Luke. Luke, vendría, tal y como lo habíamos prometido la noche anterior. Necesitaba salir, necesitaba salir en ese momento. Me importó muy poco mi apariencia en ese instante, que por lo que pude ver de reojo en el espejo dejaba mucho que desear, pero él me amaba, él me amaba de cualquier manera.

-¿A dónde vas? – me preguntó Bridgett cuando vio mis intenciones de salir.

-Necesito tomar un poco de aire, no tardaré – mentí .

-Es muy tarde para que salgas al jardín – dijo – Si necesitas calmarte puedo prepararte un té.

-Deja a la princesa que salga – ordenó mi madre desde la sala – Sólo tomará un poco de aire…

Tomé sin dudarlo la oferta de mi madre y salí inmediatamente al jardín.

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Narrador.

-Creí que había dicho que no tenía permitido ni siquiera salir sola al jardín – le recordó Bridgett a Serena – Que tal si lo que va a hacer es encontrarse con ese muchacho.

-Tranquilizate – respondió Serena – Tengo absolutamente todo controlado, ella no va a volver a encontrarse con ese muchacho.

Y sí, por supuesto ella ya se había encargado.

Fin Narrador.

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Recorrí el jardín por completo buscándolo, pero no podía encontrarlo por ningún lado, ya era la hora… él prometió venir… ¿Dónde estaba? Me senté debajo del árbol donde nos habíamos besado la noche anterior, no pude evitar que las lagrimas comenzaran a rodar por mis mejillas, ¿Dónde estaba? ¿Y si era verdad? Él tenía mi dinero y había tomado todo lo que yo podía ofrecerle… ¿Dónde estaba?

No pude resistir más la presión y entonces decidí que tenía que ir a buscarlo. Como era ya una costumbre mía últimamente, me salí sin que nadie se diera cuenta, caminé hasta una avenida más transitada que en la que vivía y esperé por un taxi para que me llevara, el haber sacado mi auto hubiera sido demasiado escandaloso. Le indiqué al taxista la dirección de Luke y él inmediatamente se puso en marcha, seguramente le trasmití mi nerviosismo y necesidad de llegar pronto a mi destino, pues me pareció que condujo un poco más rápido de lo que la ley permitía.

Me bajé tan rápido que casi me tropiezo con la banqueta.

-Necesito hablar con Luke Hemmings – le dije a la mujer que se encontraba detrás del mostrador.

Luke vivía en un edificio lleno de departamentos, los cuales eran usados más que nada por estudiantes que venían del extranjero. Aunque más que departamentos, eran pequeños cuartos, los cuales compartían lugares en común, como la sala de estar, el comedor, la cocina. Era más bien una especie de pensión o casa de huéspedes.

-¿No crees que es algo tarde para hacer visitas? – me preguntó la señora.

-Por favor… - le pedí – Necesito hablar con él…

-Aunque te permitiera pasar, me temó que no vas a encontrarlo – me dijo – Salió por la tarde muy apurado, llevaba unas maletas con él.

-¿Se fue? – pregunté, pero no le hablaba a ella, era más bien para mí misma - ¿Se fue sin decirme nada? – las lágrimas y un nudo en la garganta comenzaban a formarse – Disculpe, ¿Sabe a dónde fue? ¿O cuándo volverá?

-Lo siento, niña, no tengo esa información conmigo – se disculpó – ¿Quieres que te pida un taxi que te lleve a tu casa?

-N-no, gracias – logré decir antes de abandonar el vestíbulo del edificio de Luke.

Logré llegar al taxi que había dejado esperándome sin estallar en un mar de lágrimas, el taxista intentó averiguar si necesitaba algo o podía hacer algo por mí, pero maleducadamente le indiqué que me llevara de regreso a casa. Los modales, mi buen comportamiento y mi clase se habían desvanecido en ese momento, sólo para abrirle paso al dolor que se formaba en mi pecho, justo en el lugar en el que se supone debe estar mi corazón. Luke me había abandonado.

-¿¡Dónde demonios estabas!? – gritó mi madre cuando atravesé la puerta, la ignoré – ¡Fuiste a buscarlo! ¿No es así? ¡Fuiste a humillarte una vez más! ¿Qué demonios te dijo? ¡Seguro te lo negó todo!

Dejé a mi madre gritando y haciendo suposiciones al pie de la escalera. Y una vez más, lloré hasta que me quedé dormida. 

Bodas de OdioWhere stories live. Discover now