Capítulo 7: Explicaciones

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-¿Cómo? – insistí – Mamá… yo no me había dado cuenta de nada…

-Lo que pasa es que tú siempre estás distraída… - dijo – Además tu padre me prohibió preocuparte con esto….

-¿Por qué? Ya no soy una niña, es justo que yo me entere de todo – recriminé.

-Pues sí, nena, yo sé… - admitió – Pero eres el sol de tu padre, y es capaz de cualquier cosa con tal de tenerte feliz y tranquila…

-¿Qué puedo hacer yo? – pregunté - ¿Cómo ayudo?

-Mi nena, tu padre siempre te lo ha dado todo – comentó y yo asentí con la cabeza – Y ahora es tiempo de que tu hagas algo por él… Estás por terminar tus estudios, podrías ser la sucesora de tu padre… Pero necesitas mejores relaciones, una buena posición y un apoyo firme… Nena, ya sabes que es lo que tienes que hacer…

-No, no mamá… - negué de inmediato – No me pidas que me relacione con alguno de esos presunciosos hijos de esos amigos tuyos… No me voy a casar por dinero ni por un estatus, sabes que papá nunca aceptaría eso – advertí – No, no, necesito hablar con él de esto… es la única manera en la que yo podría aceptarlo…

-¡Siéntate! – gritó mi madre cuando me empujó sobre la cama para impedir que saliera - ¡Tú no vas a ningún lado! ¿Qué no te das cuenta de lo que podrías provocar? – preguntó – Sabes perfecto que tu padre padece del corazón, y sabes que las preocupaciones, el estrés y el enojo lo afecta aún más. Mi amor, estos problemas con el gobierno lo están acabando poco a poco… Tú  no puedes enfrentarlo de esta manera ¿O quieres que tu padre muera de un infarto?

-¡No! – grité inmediatamente - ¿Entonces qué hago? No puedo encontrar a alguien de repente con quien obligarme a tener una relación…

-Ay, linda… Yo en algún lugar leí que cuesta lo mismo enamorarse de un pobre que de un rico – comentó mi madre.

-¿Cómo dices eso? – pregunté ofendida – No es nada fácil… Y menos por interés…

-Afortunadamente, mi cielo, hay alguien que está muy interesado en ti…

-¿Quién? – pregunté incrédula.

-Es un partidazo… Millonario, joven, guapísimo y súper influyente – describió – Es Harry Styles.

-No, no voy a hacerlo – dije sin dudarlo.

-¡Eres una egoísta! – recriminó – ¡Una desconsiderada! ¡No te importa que nos quedemos sin nada!

-¡No, al contrario, me daría mucho gusto! ¡Así estaría un poquito más cerca de Luke! – respondí – ¡Estoy segura que mi papá me va a entender, me va a apoyar! ¡Y él nunca iba a permitir que… que me vendiera… y nada más para salvarlo de la ruina! Y es más, ahorita mismo se lo voy a preguntar… - dije, con intención nuevamente de salir de mi habitación.

-¡Tú no le vas a decir absolutamente nada! – me gritó, al mismo tiempo que trató de determe.

-¡Claro que sí! – insistí y salí de mi cuarto.

Pero cuando llegué hasta la puerta de su despacho no pude irrumpir en su paz, no pude agobiarlo con más preocupaciones, no podía agobiarlo con mis cosas, así que sin que mi madre tuviera que detenerme, yo sola volví hasta mi habitación, donde me encerré el resto del día.

A la mañana siguiente estaba lista para salir y encontrarme con Luke para poder volver a recuperar un poco de la paz que había perdido con todos los problemas que había en mi casa. Y al bajar me di cuenta que mis derechos de salida habían sido revocados.

-¿Cómo que no puedo salir? – grité enojada a Bridgett, nuestra ama de llaves, mi nana y a quien amaba como a mi tía.

-Lo siento, mi niña, pero tu madre dejo instrucciones precisas – me explicó – Y ya te dije, si puedes salir, pero necesitas una escolta…

-¿Una escolta? – pregunté, ofendida – Nunca he necesitado una, ni cuando era una niña… Me niego rotundamente a usarla ahora…

-Cariño, son instrucciones de tu madre… - repitió – Puedes esperarla y tratarlo con ella… Me imagino que sus razones habrá de tener… Pero por el momento, yo no puedo permitirte salir, al menos no sola.

-¡Ay, nana! – dije molesta y regresé a mi habitación.

No me iba a quedar allí de brazos cruzados. Para mí, las razones de mi madre para imponerme una escolta eran demasiado obvias, pero ella no iba a quitarme esos sagrados momentos de felicidad que Luke me proporcionaba, me escabullí en silencio hasta la biblioteca que estaba junto a la salida y espere pacientemente hasta que mi Brigett subió a buscarme, fue cuando salí corriendo lo más rápido que pude, para cuando los guardias se habían dado cuenta que yo había salido, el auto ya estaba encendido, haciendo imposible que pudieran seguirme.

-¡Luke! – grité llena de alegría cuando me abrazó y me levantó en el aire – No sabes cuan feliz soy en tu brazos.

-Te amo, muñeca – me dijo – Y hoy tengo planeado algo muy especial para ambos.

-¿Algo muy especial? – le pregunté emocionada -¿A dónde me llevas?

-Oh… ya verás… Pero necesito pedirte que tú nos lleves… - dijo, algo apenado.

-Claro que sí… - respondí al momento, yo sabía perfecto que Luke no tenía un auto ni mucho dinero para malgastarlo en taxis.

Nos subimos a mi auto y seguí las instrucciones de Luke, que pronto nos llevaron fuera de la ciudad, conduje por unos 20 minutos hasta una especie de hotel rustico de esos que encuentras a mitad de la carretera, detuve mi auto en el estacionamiento, pero Luke me llevó por un camino que no llevaba a la entrada de la divina casita, si no que avanzamos un poco más hasta un bello río en medio de una zona boscosa. Era sin duda un lugar precioso, era casi media tarde, por lo que los rayos del sol se colaban delicadamente entre las altas copas de los arboles, dándole un aspecto angelical y maravilloso, el agua era cristalina, podía ver claramente el fondo suave y delicado cubierto por una arenilla blanca.

-¿Te gusta? – me preguntó mientras besaba dulcemente mi cabeza.

-Me encanta, es precioso – admití, maravillada.

-Te traje aquí para olvidarnos de todo y de todos – susurró antes de besarme dulcemente – Quiero proponerte algo… Que aquí, hoy, solo seamos tú y yo… Así que vamos a olvidarnos de nuestros problemas…

-Así, así en tus brazos me siento la mujer más feliz del mundo… - dije – Me siento protegida…

-Entonces quédate en mis brazos para siempre – sugirió – Te voy a proteger, te voy a cuidar…

-Ere mi vida, Luke… - dije – Te amo tanto… - susurré antes de volver a besarlo.

-Me encantan tus labios… - susurró – Me encanta tu olor… Me fascinas, Valery, me fascinas.

-Soy tuya – respondí – Nunca dudes que soy completamente tuya… Para siempre.

-¿Para siempre? – repitió.

-Para siempre… - reiteré.

-¿Prometido? – me preguntó.

-Prometido – aseguré.

Y entonces sellamos nuestra promesa tomándonos de la mano, haciendo un juramento en el aire. Nos juramos amor eterno en esa burbuja que creamos allí, nos vimos a los ojos, vimos nuestra alma, nuestro corazón, mientras manteníamos esa promesa de amor.

Y entonces todo comenzó a fluir y a tomar un rumbo que al menos yo, no me esperaba. 

Bodas de OdioTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang