“Era tu primera vez, es comprensible,” le dijo Lauren.

Camila agitó la cabeza. “No, no fue el momento. No fue siquiera temor o nerviosismo. Simplemente no le deseaba. En absoluto. Al menos debería sentir algo, ¿verdad?” Levantó la vista a los ojos verdes, que Camila estaba segura había destellado con algo. ¿Qué? ¿Qué estás pensando, Lauren? “¿Crees que me pasa algo malo?”

“No,” contestó Lauren. “Simplemente no le deseabas.”

Camila asintió. “Exacto,” concordó. Era normal. Estaba bien. “Pero tampoco deseé a Wesley,” admitió. “Quizá soy asexual.”

“Sí, probablemente es eso,” concordó Lauren con una sonrisa. “Vete al convento.”

Camila también sonrió. Recordó lo que había venido a decir y lo dijo. “Realmente siento lo de la última semana. Fui cretina.” Se quedó mirando el suelo incapaz de encontrar la mirada de Lauren; sabiendo que no importaba lo que dijese, sería mentira. “No estaba pensando claramente.”

“Tenías mucho en mente,” dijo Lauren. “Con Michael y todo. Está bien.”

Las palabras de Lauren llenaron a Camila de culpa. Deseaba, más que nada, admitir la verdad. Pero haría las cosas embarazosas e incómodas y aún no estaba segura de si lo que sentía era real.

“Te herí.”

“Viviré,” le aseguró Lauren. “Lo entiendo.”

Camila quería llorar estando allí, sintiéndose dividida y confusa, odiando su incertidumbre y aún así aferrándose a ella por su misma vida. Se tragó las lágrimas no deseando explicar sus emociones. “Estoy hecha un lío,” admitió a su pesar.

Lauren se acercó y puso sus brazos alrededor de Camila, abrazándola fuertemente.

Camila cerró los ojos relajándose en el cuerpo de Lauren. Podía oler la dulzura de la vainilla del perfume de Lauren. O quizá era el olor natural de su piel. Todo en Lauren era suave y cálido.

Camila quería que el abrazo durase para siempre. Pero fue Lauren quien rompió primero el contacto. “Si crees que estás hecha un lío, debieras haberme visto antes,” dijo con una leve sonrisa. Cabeceó hacia el vaso en el suelo.

“Estoy segura que fuiste encantadoramente torpe.” Camila sonrió.

Lauren se rió. “No estoy segura de poder asumir serlo.”

“¿Torpe?”

“No, encantadora,” respondió Lauren pareciendo tímida.

“Entonces sólo torpe,” bromeó Camila. Hizo una seña hacia la cocina. “Venga, limpiemos este desastre.”

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En mitad del insomnio le llegaban los pensamientos en fragmentos: esquirlas del vaso roto esparcidas por el suelo… labios suaves moviéndose contra los de ella… el golpe a la puerta.

Lauren abrió los ojos y se quedó mirando la ventana del dormitorio. El sol se filtraba a través de las persianas lanzando vagas sombras sobre el suelo. Las miró un rato, concentrándose en las formas indescifrables que invadían su alfombra. Escuchó el silencio intentando distinguir otras señales de vida.

Pero todo era silencio en su apartamento del ático. El resto del mundo era inexistente desde su trono. Era en esos momentos cuando nada parecía real. ¿Cómo había llegado allí? ¿Cómo algo de esto era suyo?

A los veintitrés años había logrado más que la mayoría en una vida. Al menos eso se decía siempre. Ahora no estaba tan segura. Después de todo, ¿qué era un logro?

Dulce Destino - Camren FanficWhere stories live. Discover now