Dulce Destino - Camren Fanfic

Capítulo 24

Querida Laur,

Starbucks aceptó mi solicitud. Supongo que estaré haciendo café los próximos meses. ¿Cómo te gusta el tuyo? ¿O siquiera te gusta el café? Adoro el café, aunque no con la magnitud que Dinah. Es un poco adicta, me temo. Me gusta una buena taza por la mañana. Es la única forma de empezar el día. ¿No crees?

Tu amiga,

Camila

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Querida Camila,

Generalmente tomo Coca-cola de desayuno. No sé por qué nunca me dio por el café, pero supongo que soy más bien chica de refrescos. A veces, bebo Sprite por las mañanas, lo que creo no tiene sentido en tanto a cafeína, pero de algún modo me hace pasar el día. Quizá sólo soy adicta al azúcar.

Tu amiga,

Laur

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Dijiste que tenías veintitrés años, ¿verdad? ;) Eh, ¿quieres chatear mañana por la noche? Dinah tiene que trabajar tarde, así que me aburriré cantidad y me vendría bien la compañía. ¿Qué dices?

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¡Uf! Desearía poder :( Pero tengo un compromiso anterior del que no puedo escaquearme. ¿Otro día?

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"No puedo creer que te permitiera convencerme de esto," se quejó Keaton, mirando su reflejo en el espejo de mano. Tenía que admitir que la señora que Lauren había contratado para la tarea había hecho un excelente trabajo haciéndole parecer completamente horroroso. Su nariz había sido alargada al modo de Cyrano de Bergerac. Bueno, quizás no tan exagerada pero todavía era bastante mala. Sus ojos claros estaban escondidos tras un par de lentillas marrones. Y para rematar, lucía también una peluca rubia por los hombros. Bajó el espejo para mirar a su ex mejor amiga. "Parezco un bicho raro."

Lauren tosió para mantener controlada la risa. El maquillaje de Keaton había sido un éxito completo. Realmente nunca había pretendido hacer parecer a su mejor amigo una Barbra Streisand masculina, pero de algún modo había resultado de esa forma. No estaba feo, sólo... diferente. La peluca no ayudaba nada.

Oh, ¿a quién engaño? Está completamente ridículo. Desde la ventana de la limusina, Lauren miraba la ciudad de Nueva York flotar en una serie de conversaciones mudas y transeúntes con rumbos desconocidos. Sí, no me importaría vivir aquí algún día. Se acomodó más en los confines de cuero del asiento y se concentró en el mundo más allá de la seguridad de su limusina. Inconscientemente, miraba cada cuerpo que podía, preguntándose si alguno de ellos sería Camila. Podría ser cualquiera.

"Gracias por hacer esto," dijo por fin, su mirada alejándose de la ajetreada metrópoli para fijarse en los vacilantes ojos castaños de Keaton.

"Realmente espero que esta chica merezca toda esta molestia," declaró Keaton, intentando rascarse la nariz a través de las extensiones de látex. Fracasando, se rindió. "¿Que pasa si estor nudo y la nariz se va volando entre la multitud."

Lauren se rió ante el pensamiento. "Entonces no estornudes," le instruyó, aunque su tono era ligero. La señora le había asegurado que nada inferior a un huracán arrancaría ese chisme.

"¿Estoy bien?" preguntó, cambiando de repente de tema. Se miró su vestimenta. A pesar de haber pagado más que demasiado dinero por un vestido, había optado por el aspecto más casual de unos vaqueros negros y un top azul con la palabra 'tease' impresa en negro. Después de todo, no eran los Premios de la Academia, igual podría estar cómoda.