Dulce Destino - Camren Fanfic

Capítulo 7

La cena empezó como un asunto agradable y relativamente tranquilo, aunque Camila podía sentir la soterrada tensión entre cada miembro de su familia. Hasta ahora, nadie había mencionado a Harry y Camila lo agradecía en secreto.

Se sirvió arroz en su plato y pasó el cuenco. Sinu miró a su hija silenciosamente un instante.

"Camila," empezó, "¿sólo vas a comer arroz blanco? Hice toda esta otra comida." Señaló los restantes platos de viandas en el centro de la mesa.

"Lo sé," contestó Camila. "Pero tienen carne. Y te he dicho que ya no como carne."

"No puedes no comer carne," insistió su madre. "Vas a enfermar. Una persona necesita comer carne." Se volvió a su marido. "Andrew, razona con ella."

"Tu madre tiene razón, Camila," concordó Andrew. "Incluso si sólo comes un poquito. Tienes que comer algo."

Camila miró al cielo, tomando un bocado de su arroz. No iba a transigir en este tema.

Rindiéndose, Sinu se volvió al novio de su hija. "Bueno, Wesley," dijo pasándole un cuenco de pollo y arroz, "¿cómo es entrar en Harvard?"

Wesley sonrió. "Estoy muy emocionado," res- pondió sirviéndose. "Mis padres también están orgullosos. Conseguí una buena beca, así que a papá le alegra no tener que gastar tanto dinero."

"Apuesto que va a ser difícil para los dos," replicó Sinu, mirando entre Wesley y Camila. "Estar separados todo ese tiempo tras crecer juntos."

Wesley asintió. "Nos arreglaremos de algún modo." Le guiñó a Camila. "Quién sabe, quizá si a Camila le va bien en la facultad, pueda trasferirse."

Camila miró agudamente a su novio. ¿Trasferirme?

Andrew habló. "Quizá puedas convencerla para estudiar algo que valga la pena," dijo. "Que baje la cabeza de las nubes."

"Bueno, con el debido respeto, señor, apoyo la decisión de Camila de ser artista," dijo Wesley para gran sorpresa de Camila. "Después que me licencie, ganaré suficiente dinero para que no tenga que preocuparse por trabajar. Puede quedarse en casa, hacer sus pinturitas y cuidar de nuestros hijos." Le sonrió brillantemente a Camila como si fuera la más estupenda de las ideas.

Camila se sintió repentinamente deprimida. No quería quedarse en casa y hacer "pinturitas" mientras cuidaba de los niños. Ni siquiera estaba segura de querer niños. Era demasiado joven para los niños. Era demasiado joven para el matrimonio. Y era más que demasiado joven para estar discutiendo tales materias con su iluso novio y su disfuncional familia. O más bien, para sentarse callada mientras discutían su futuro entre ellos.

Andrew les agitó el tenedor a los dos. "¿Ya habéis hablado de matrimonio?"

Camila abrió la boca para contestar, pero Wesley la cortó.

"Aún no," dijo. "Pero es ciertamente un tema a considerar antes de mi partida. Quiero asegurarme de dejarlo todo sentado."

Andrew asintió y volvió a su comida.

"Bueno, ¿dónde está Harry?" preguntó Wesley casualmente, llenándose la boca con el famoso arroz con pollo de la Sra. Serrano. "Quería mostrarle los nuevos juguetitos del coche."