Capítulo 28

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“¿Qué diablos fue eso?” exigió Dinah, limpiándose ketchup de la comisura de la boca. Se quedó mirando a Camila con obvia mirada de desaprobación.

Camila la miró con confusión. “¿Qué?”

Dinah usó el resto de su perrito caliente para apuntar en dirección de la primera y única “cliente” del día. “Acabas de regalarle tu pintura a una completa desconocida,” dijo. “¿Sinceramente crees que va a mandarte el dinero?”

“No importa,” contestó Camila, su mirada inconscientemente regresando a la desconocida a unos metros. “Le gustó mi pintura.”

Dinah agitó la cabeza. “Te tiraste lo más grande con esa pieza. ¿Por qué la regalaste? ¿Y quince dólares? ¡Creí que ibas a venderla por treinta!”

Camila se rió, abriendo la bolsa de galletitas que le había comprado a un vendedor. Como si la diferencias de quince dólares hiciera gran impacto en su estándar de vida. Además, el arte no iba de ganar dinero. Iba de autoexpresión y hacer sentir a otra gente… algo… lo que fuera. Además, la joven parecía… simpática.

Era un día tan hermoso. La gente había salido, el clima era cálido sin ser desagradablemente caluroso. Una buena brisa movía el aire. La gente era feliz e iba a lo suyo.

“¿Por qué estás sonriendo?” preguntó Dinah con suspicacia.

Camila sólo se encogió de hombros y le ofreció una galletita a su amiga. Eran buenas. Crujientes y saciantes. “Es que es un día precioso. Quizá regale todas mis pinturas.” Rápidamente miró el boceto del Angel of Waters y fue a por él.

“Excepto éste.” Metió la hoja con cuidado en su mochila.

“Ésa es otra cosa,” dijo Dinah, señalándolo con la lata de Pepsi de su mano. “¿Qué pasa con ese dibujo? ¿Qué fue esa mirada que me diste antes?”

“Se supone que es un regalo,” contestó Camila pacientemente.

“¿Para…?”

¿Por qué tenía Dinah que ser tan inquisitiva? Camila miró a su mejor amiga y se mordió con indecisión el labio inferior. Va a creer que es estúpido. “Laur.”

Dinah dejó de masticar por un momento mientras sus ojos castaños claros volaban a los de Camila. Tragó. “Laur,” repitió. “¿Online Laur?”

Camila se apresuró en explicarse. “Verás, su alias es PoetayAngel, así que me figuré que probablemente le gustan los ángeles. Nunca dijo que sí, pero puedo asumirlo. De todas formas, pensaba mandarle el boceto del ángel. Quizá le guste.”

Dinah asintió despacio. “¿No crees que te estás poniendo un poco demasiado amistosa con esa lesbiana?” preguntó. “Podría empezar a hacerse una idea equivocada. Quiero decir, conversaciones online de toda la noche, regalos no solicitados…” Hizo una pausa. “A menos que se esté haciendo la idea correcta.” Le dio un codazo a Camila y le guiñó.

Camila miró al cielo. “No es eso para nada. No la conoces.”

“Tampoco tú,” señaló Dinah, terminando su perrito caliente. “Podría ser como… enorme, horrible… tío viejo. Con parche en el ojo y barriga cervecera. Y que le guste eructar el alfabeto en público y pasearse desnudo por su apartamento.”

Camila se rió. No podía imaginarse a Laura haciendo ninguna de esas cosas. “Es una chica. Y tiene veintitrés años. Y es poeta y actriz.”

“Eso dice,” discutió Dinah. “No sabes seguro ninguna de esas cosas. ¿Te ha enviado ya una foto de ella?”

Camila se lo pensó. “Bueno, no. Pero yo tampoco le he mandado una de mí. No tiene idea de mi aspecto. Por lo que sabe, yo podría ser el gordo del parche.”

Dulce Destino - Camren FanficWhere stories live. Discover now