Capítulo 32

4.5K 287 3
                                    

El timbre del teléfono arrancó a Camila de su última pintura. Miró el cuadro por un segundo antes de estirarse sobre el sofá para recuperar el receptor. “¿Hola?”

“¿Qué es esto?” gritó Andrew.

Camila respingó y apartó el teléfono de su oreja mientras el griterío continuaba. Andrew se tiró un par de minutos con algo. Hablaba tan rápido que Camila lo estaba pasando fatal siguiéndole. Aunque estaba empezando a captar la esencia. Maldito seas, Wesley.Suspiró.

“Explícame, Camila. Porque yo estaba bajo la impresión de que tú querías un futuro con él.”

Um. Cómo explicar esto. La verdad, Camila. Ve con la verdad. “No lo amo, papi” admitió. No creo que le haya realmente amado nunca.

El tono de Andrew se suavizó, como sabía que pasaría. Siempre que se refería a él como “Papi” se volvía de mantequilla. “¿Y por qué no lo dijiste antes?”

Camila consideró la pregunta. ¿Por qué no había dicho nada antes? ¿Miedo a estar sola? ¿Miedo a defraudar a sus padres? “No estoy segura,” le dijo.

Andrew suspiró. “Pasa por el apartamento después. Hablaremos de esto.”

“Vale,” acordó Camila, aunque no estaba particularmente emocionada ante el pensamiento de continuar la conversación cara a cara. “Pasaré mañana.”

“Bien. Cuídate. Hasta entonces.”

“Adiós.” Camila miró fijamente el receptor antes de tirarlo al lado. Se sentó atrás en el sofá, su mirada vagando por el lienzo sobre el caballete ante ella. Había decidido que Laur merecía mejor regalo que un estúpido bocetito. Así que había decidido pintarlo. Hasta ahora iba bien. No estaba completamente segura por qué sentia que era necesario hacer esto, pero… daba igual. No iba a entretenerse ahora con eso.

Camila se echó atrás unos mechones de claro cabello y soltó una larga expiración. Captó la visión del misterioso cheque sobre la mesa de café y un profundo ceño rozó sus facciones. Mordiéndose el labio, se inclinó adelante y asió el objeto, intentando desentrañar su origen.

No había nombre en él, aparte del suyo propio. Un número de cuenta escrito con tinta negra. Una firma enmarañada. Y 15.000 $ claramente impreso a la derecha.

No lo entiendo.

La joven a la que Camila había dado su pintura de repente entró en la conciencia de Camila. Tenía que ser de ella, pero…

“¿Quince mil?” Camila agitó la cabeza. “Ni siquiera llevaba quince dólares encima.”

Dinah siguió insistiendo en que lo cobraran o lo depositan o hicieran algo con él aparte de mirarlo con pasmo y confusión.

Una segunda opinión era preceptiva. Asintiendo, Camila se levantó y fue a la mesa de la cocina donde esperaba su portátil. Leyó el último correo de Laur y pulsó ‘responder’.

Querida Laur,

Ceremonia de premios? ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Felicitaciones! ¿Qué ganaste? ¿Qué es lo que haces exactamente? Hablas de colegas y premios y horas de trabajo locas…. Pero, estoy bastante despistada sobre los detalles. Ilumíname, por favor.

Pues, tengo un pedazo de… hmm… situación, supongo. Bueno, realmente no es eso. Más como una… cosa. Vale, verás. Recibí este extraño cheque por 15,000 $ de alguien a quien di una pintura. Quiero decir, estoy asumiendo es de esa persona. No sé qué debo hacer con él. Quiero decir, si es de verdad entonces es más que demasiado dinero. No podría quedármelo. No sé… ¿Qué harías tú?

Dulce Destino - Camren FanficWhere stories live. Discover now