Capítulo 26

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Cuando Lauren despertó a la siguiente mañana, fue al instante recompensada con reconfortantes sonidos de gemidos. Pestañeó con confusión, echando una mirada por la gran habitación del hotel. Escuchó atentamente.

“¡Ou, maldita sea!”

Lauren frunció el ceño, tiró los cobertores lejos de su cuerpo y rodó fuera de cama. Salió del cuarto y miró sobre la baranda al primer piso del ático, donde encontró a Keaton intentando hacer flexiones. Lauren miró al cielo y se dirigió al baño. ¿Por qué insiste en ejercitarse tanto?

¿Podría ponerse más corpulento? Terminó de cepillarse los dientes y descendió los escalones.

“¡Vamos, uno más, joder!” gruñó Keaton mientras se caía redondo sobre el pecho.

Lauren estaba junto a su mejor amigo, mirardo el despliegue con diversión. “¿Teniendo problemas?” preguntó inocentemente.

Keaton la miró desde su lugar en el suelo y suspiró. “Buenos días,” respondió. Gimió de nuevo mientras se sentaba y miraba al brazo.

“Maldita cosa.”

Lauren notó por primera vez el corte en su brazo y se arrodilló a su lado con preocupación. “¿Que diablos te pasó?” preguntó, inspeccionando la lesión.

“Me caí,” admitió, gimoteando levemente. Hizo un puchero. “¿Lo besas para que sane?”

“Ah, no, gracias,” Lauren contestó, dándole golpecitos en la cabeza. Se puso de pie y fue a la cocina para coger un refresco. “Es lo que consigues por patinar de noche. Te dije que no salieras.”

Keaton se unió a ella en la cocina un momento después y se apoyó contra la barra. “Sabes que tengo que hacer al menos una milla al día,” le dijo. “Y dado que tuvimos que coger ese vuelo temprano…” Dejó que el resto colgase en el aire. “Además, era una noche preciosa.”

“¿Para tropezar?” Lauren sonrió mientras abría una lata de Coca-cola y tomaba un muy necesitado sorbo. “Tienes suerte de que no te rompieses nada.”

“Había una piedra,” discutió Keaton. Lauren hizo un puchero y fue a pellizcarle la mejilla a Keaton. “Auu, ¿la pupita le hace dañito a Katy?” Le abofeteó levemente la cara y caminó hasta el sofá. “Bueno, ¿qué vas a hacer hoy?”

Keaton se frotó la mejilla y se dio la vuelta. “Bueno, voy a dar una carrera,” contestó. “Entonces espero volver a casa a ese agradable masaje que alguien me prometió.”

Lauren se volvió y apuntó hacia el teléfono. “Su número está allí. Sólo llámales y serán más que felices de venir aquí y toquetearte. Sólo asegúrate que no estoy en casa cuando lleguen aquí.” Fingió estremecerse.

Keaton apareció delante de ella un momento después. Una camiseta gris sin mangas y pantalones de correr negros eran su elección de vestimenta esta mañana. Es lo que generalmente llevaba por las mañanas yendo a hacer ejercicio.

Cómo le había tocado semejante lunático preocupado por la salud de mejor amigo, Lauren no estaba segura. Pero allí estaba, en toda su musculada gloria, contemplándola con una mirada de pura curiosidad. “¿Y qué haces tú hoy?” preguntó.

La lata fría estaba empezando a helarle los dedos, así que Lauren la dejó antes de mirar a su amigo. “Pensé en dar un paseo,” dijo. “Un poco de turismo. ¿Qué crees? ¿Hoy debería ser pelirroja, morena o rubia?”

“Creo que deberías afeitarte la cabeza.” Asintió solemnemente e hizo un sonido zumbante. “Entonces nadie te reconocerá, confía en mí.”

“Mmm,” respondió Lauren. “Lo consideraré.”

“Bien. Da igual, me largo. Diviértete haciendo… lo que sea.” La saludó y fue hacia la puerta.

Dulce Destino - Camren FanficWhere stories live. Discover now