Capítulo 41

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“Buenos días,” Camila saludó a su compañera de piso al entrar en la cocina.

Dinah no levantó la vista mientras murmuraba un distraído, “Buenas.”

Camila notó que Dinah estaba ocupada garabateando en un cuaderno espiral. “¿Interrumpo tu momento de ‘Querido diario’?”

Dinah murmuró algo que Camila no entendió del todo.

Los ojos castaños se alzaron del papel. “Estoy haciendo

una lista de opciones de carrera en caso que lo de actuar no resulte,” explicó, mirando hacia abajo tristemente. “Quiero decir que debo ser realista sobre eso.”

Insegura de cómo responder, Camila devolvió su atención a la máquina de café. Dinah pasaba, de vez en cuando, por fases de duda y autocuestionamiento. Camila entendía los sentimientos muy bien, pero también entendía el empuje, por eso no estaba nada preocupada por que Dinah perdiese su motivación y abandonase para siempre. Taza de café en mano, se sentó a la mesa. “¿Qué tienes hasta ahora?”

Dinah se enderezó y aclaró la garganta. “Número uno: trabajar a Starbucks el resto de mi vida,” leyó en voz alta, entonces suspiró y levantó la vista. “Es todo.”

“¿Qué es el resto de cosas de ahí?” Camila cuestionó, indicando la lista en el cuaderno.

“Comestibles,” Dinah contestó, sentándose atrás como derrotada. “Me distraje.”

Camila sonrió pero lo cubrió con la jarra en los labios. “Entonces quizá no debieras renunciar a actuar,” sugirió.

“Necesito agente,” dijo Dinah de repente. “Eso realmente me ayudaría.”

Camila asintió.

Dinah se quedó callada unos instantes, mirando la mesa de la cocina pensativamente. Finalmente, alzó la mirada y vacilantemente preguntó,

“Tu amiga trabaja en Hollywood, ¿verdad?”

“¿El video club?”

“Miami,” Dinah explicó, algo inútilmente, según creía. “La lesbiana,” agregó como medida de seguridad.

Camila se quedó mirando sobre la mesa a su mejor amiga, insegura de a dónde se dirigía el asunto. “Sí…” confirmó despacio. “¿Por qué?”

Los ojos de Dinah se iluminaron esperanzadamente. “Quizá sabe cómo puedo conseguir un buen agente,” dijo. “Como que pueda sugerir a alguien.”

“No sé si—”

“Por favor,” interrumpió Dinah. “Sólo pregúntale. Lo peor que puede pasar es que diga que no conoce a nadie y me quede como estoy ahora.” Sus ojos castaños buscaron los de Camila. “Por favor.”

Camila frunció el ceño, dividida entre querer ayudar a Dinah y temer que Laur pensara que estaba usándola. Una mirada a la cara esperanzada de Dinah inclinó la balanza. “Vale. Se lo preguntaré la próxima vez que hable con ella,” confirmó. “Pero no puedo prometer nada,” agregó rápidamente.

Dinah se apresuró a abrazar a Camila. “¡Gracias, gracias, gracias! No sabes cuánto significa para mí.”

“No puedo prometer nada,” dijo Camila de nuevo, pero se permitió una sonrisa mientras correspondía al abrazó de Dinah. El entusiasmo de su amiga era contagioso. Supongo que llamaré luego a Laura.

                                                ~~~~~

Lauren no estaba acostumbrada a recibir paquetes que no estuvieran marcados con el nombre del estudio. Tampoco estaba acostumbrada a recibir paquetes dirigidos a nombre de 'Laura’. Por estas razones era obviamente el que Camila habia mencionado. Se sentó mirando la caja sin abrir con una mezcla de excitación y temor que la abrumaba en una forma que nunca antes había logrado una caja.

“Sólo ábrelo,” dijo en alto. Los ojos verdes se fruncieron en concentración mientras contemplaba la marrón cuadritud del objeto. “No es como si fuera a estallarte.” Se inclinó adelante en el sofá y bajó la caja de la mesa de café a la alfombra. El nombre de Camila Cabello la miraba rotulado en negro y Lauren se encontró llevando un dedo a lo largo del contorno de las cartas.

Sus dedos empezaron a arrancar el precinto, pero el timbrazo del teléfono interrumpió sus acciones rápidamente. Agarró al receptor de la mesa al lado del sofá. “Jauregui,” musitó con impaciencia.

“Um, hola, ¿está…. uh, Laur?”

Lauren se paralizó ante el sonido de la voz de Camila. Mierda. “¡Hola! Lo siento, esperaba a mi… uh, mi…” Miró por la sala buscando una mentira rápida. No encontrando ninguna, dijo lo primero que le vino a la mente. “… limpiapiscinas, Jauregui. Iba a llamarme sobre… productos clorados.” Se hundió en el sofá y cerró los ojos, agitando la cabeza ante su propia estupidez.

“¿Cómo estás?”

“Bien,” contestó Camila. “¿Y tú?”

Mortificada más allá de toda redención. “Bien,” contestó en cambio.

“Si estás ocupada esperando una llamada…”

“¡No!” dijo Lauren rápidamente. “Para eso está la llamada en espera. Um, ¿qué puedo hacer por ti?”

“No sabía que tenías piscina,” dijo Camila en lugar de contestar.

Yo tampoco. Supongo que pondré construir piscina en mi lista de cosas pendientes. “Es una de esas pequeñas de plástico,” se encontró diciendo, dándose cuenta demasiado tarde que, cada vez que abría la boca delante de Camila, su CI bajaba cien puntos.

“¿Y necesitas cloro para eso?”

“No se puede ser demasiado cuidadosa,” contestó Lauren, porque aún no parecía lo bastante retrasada mental. “Agua estancada y todo eso, puede atraer bichos.”

Camila se rió. “Es gracioso.”

Lauren también se rió. Cree que bromeo, ja, ja…Socorro.“Bueno, ¿a qué debo el placer de esta llamada?” preguntó, intentando cambiar de tema.

Camila hizo una pausa y Lauren esperó pacientemente una respuesta. Finalmente, Camila respondió con, “En realidad, te llamaba para pedirte un favor…”

Interesada, Lauren se enderezó. “¿Un favor?”

“Sí,” contestó Camila, pareciendo profundamente avergonzada. “Me siento realmente abochornada pidiendo esto.”

“Adelante,” le animó Lauren suavemente. No podía imaginar que podría Camila querer de ella, pero estaba segura que lo que fuese sería concedido de inmediato.

Camila tomó una profunda inspiración. “Bueno, en realidad es un favor para Dinah,” empezó y se detuvo de nuevo. “Siéntete libre de pararme y decir no en cualquier momento…”

“Sigue.”

“Bueno, como sabes es actriz y está intentando muy intensamente encontrar una oportunidad, pero cree que sería mucho más fácil con la ayuda de un agente y sé que trabajas en Hollywood, así que pensé que quizá conocías gente. N-no quiero decir que le busques agente ni nada, sólo si conocías a alguien al que pudiera llamar, quizá. O, ya sabes, si tienes consejos para conseguir uno o… algo.”

Lauren se quedó callada un momento. No porque se sintiese ofendida por la proposición, sino porque estaba ponderando la mejor manera de ofrecer ayuda sin desvelarse. “Te diré algo, veré lo que puedo hacer y te cuento.”

“Por favor, no te esfuerces,” dijo Camila rápidamente. “Realmente no quiero ponerte en un compromiso y probablemente fue muy desconsiderado llamarte y pedirte—”

“Camila,” interrumpió Lauren, riéndose ligeramente. “Está bien. En realidad no es problema en absoluto. Te volveré a llamar esta noche y te haré saber lo que pude encontrar. ¿Vale?”

“Vale,” contestó Camila, sonando un poco más relajada. “Muchísimas gracias.”

“De nada,” contestó Lauren. “¿Hablamos esta noche?”

“Hablamos,” concordó Camila. “Adiós.”

“Adiós.” Lauren pulsó el botón de 'off’ del receptor y lo miró pensativamente. Encogiéndose de hombros, pulsó el apropiado código de llamada rápida y esperó. “¿Liam? Soy Lauren. Necesito un favor.”

Dulce Destino - Camren FanficWhere stories live. Discover now