Capítulo 37

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“¿Simplemente te lo dio?” Harry preguntó incrédulamente, mirando fijamente el cheque en su mano.

Camila asintió desde su sitio en el sofá. Había decidido conseguir una tercera opinión, mientras intentaba no fijarse en el hecho de que parecía incapaz de tomar decisiones por su cuenta. Probablemente deba trabajar en eso. Fijó atribulados ojos en los de su hermano.

“¿Qué debo hacer?”

“¿Bromeas?” preguntó Harry. “¡Quédatelo! ¿Sabes qué podrías hacer con todo este dinero?”

Varias cosas cruzaron la mente de Camila. “No sé, Harry. Todos siguen diciéndome que tome el dinero, pero… me parece raro.”

Harry se sentó en el sofá al lado de su hermana y le devolvió el cheque. “Escucha, Camila, son negocios. Te compró algo. Dijiste quince, te dio quince. Hay necesidad de sentirse culpable. No habría pagado esta cantidad de dinero si no creyese que lo valía.”

Camila se mordisqueó nerviosamente el labio. Tenía sentido. Aún así, parecía… tan extraño.

“Supongo que puedo abrir una cuenta en el banco,” concedió. “Guardarlo allí para emergencias. O, sabes, regalarlo a caridad. Es lo que debería hacer, ¿verdad? ¿Regalarlo? Me parece tan mal quedármelo.”

“No vas a llegar a ninguna parte con esa actitud,” la reprendió juguetonamente Harry .

“No en Nueva York.” Se detuvo a pensarlo. “Dijiste que Dinah iba a buscarse un segundo trabajo porque no podía pagar la renta. Quizá puedas emplear el dinero en ayudarla para que pueda concentrarse en su carrera de actriz, en lugar de pasar todo el tiempo haciendo café.”

Camila se animó por la sugerencia. ¿Por qué no pensé en eso? “Harry, ¡es brillante!” Abrazó a su hermano. “Puedo pagar la renta de medio año y entonces podrá ir a todas las audiciones que quiera y no tener que preocuparse de nada.”

Harry sonrió. “Y puedes conseguir materiales artísticos,” agregó. “Y ahora no tienes que buscarte un trabajo de verano. Sinu y papá no tendrán que preocuparse por un tiempo de tu renta.” Se detuvo mientras miraba abajo. “Debes decírselo, Camila. Estarán tan orgullosos de ti.”

Camila frunció el ceño por el súbito cambio de humor de su hermano y su corazón se rompió ante el pensamiento de Harry dolido. “¿Has hablado con ellos?”

“Intenté llamar,” contestó tristemente. “Siempre cuelgan.”

Camila suspiró y descansó la cabeza en su ancho hombro. “Desearía poder convencerles.”

Harry la abrazó. “Gracias, Camila,” dijo cálidamente. “No sabes cuánto significa para mí tener tu apoyo.”

Camila sonrió. “Y siempre lo tendrás,” prometió. Se enderezó y miró el cheque. “¿Quieres venir al banco conmigo?”

“Será un honor.” Harry se puso de pie y le ofreció su mano a Camila para ayudarla a incorporarse.

“Eh, quizá podemos salir de compras,” Camila sugirió emocionadamente. No podía recordar la última vez que había ido de veras de tiendas. La extravaganza de traje de graduación no contaba. Ésa era pura tortura disfrazada como compra para atraer inocentes.

“¿Dijo alguien ir de compras?” Louis entró en la cocina, pareciendo un niño el Día de Navidad.

Camila le sonrió al novio de su hermano. Era demasiado tierno para expresarlo. Interpretaba el papel de machote realmente bien hasta alguien decía palabras clave como comprar o Madonna, entonces se transformaba en Jack McFarland.

“¿Interesado?” preguntó casualmente.

Louis fue y puso un brazo sobre el hombro de Camila. “¿Mencioné cuánto adoro ir de compras?” preguntó. “Porque adoro completamente ir de compras. ¿Qué necesitas? Seguro que conozco el sitio. ¡Hey! ¡Podíamos ir a todos!”

Camila miró a Harry, que se encogió de hombros. “Bueno, tengo a-alguien…” Tuvo la perturbadora sensación de que iba a empezar a balbucear. “Y estoy planeando enviar este paquete con… cosas. Y deseaba conseguir más… uh, cosas. Para el paquete.” Cerró la boca para detener el ataque de bobería que, indudablemente, iba a salir de sus labios si seguía hablando.

Harry y Louis intercambiaron miradas. “¿Y este ‘alguien’ tiene nombre?” Louis inquirió.

“¿Es guapo?” Le guiñó a Harry. “No es que me importe.”

Camila se rió. “Es una chica. Su nombre es Laura.”

Miró a Harry. “Es la que me envió ese correo sobre mi pintura.”

Harry arqueó un frente. “¿Y qué tipo de 'cosas’ quieres conseguirle?”

“No lo sé,” dijo Camila, de repente avergonzada. Esto salió de la nada. No esperaba sugerir ir de compras. ¿Y de qué 'cosas’ estoy hablando?

Louis se encogió de hombros y agarró la mano de Camila, liderando a la puerta delantera. “Déjamelo todo. Le encontraré a tu amiga montones de cosas.”

Camila sonrió. Será divertido.

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De algún modo pasó por las primeras partes de la escena. No había habido más incidentes con el beso. Ahora venía lo difícil de veras. Ante todo, Emma no sería lo bastante 'inocente’ para meterse en la cama con un tipo a los dos segundos de volverse humana. Una ángel debiera saberlo mejor. Y segundo, todo este ángulo ángel-vuelta humana no estaba funcionando para Lauren. Quizá gane un Golden Globe o algo parecido por mi acertado retrato de una ángel ardiente.

“¡A sus puestos!” gritó Cece.

Lauren entró en personaje mientras estaba al pie de la cama de atrezzo. Drew le había estado lanzando irritantes miradas desde el incidente del gemido y Lauren iba a tener que patearle el culo si la seguía mirando así de lascivamente.

Por suerte, cuando Cece gritó, “Acción,” era Cody el que estaba delante de ella.

“¿Estás segura que quieres hacer esto?” preguntó Cody, vacilación y deseo batallando en su mente. “Podemos esperar…”

Emma se desabotonó la camisa lentamente. “Hemos esperado,” dijo despacio. “Demasiado.”

Cody deglutió y eliminó la distancia entre ellos, tomando el trabajo de quitar la camisa. Sus labios reclamaron los de Emma en un beso abrasador.

Lauren intentó desconectar de todo. Intentó pensar en flores bonitas, o estrofas de poesía, o bellos ocasos. Lo que fuera para apartar su mente del hecho que estaba progresivamente más desnuda a cada momento y que había más que demasiados ojos enfocados en su dirección. Por no mencionar cámaras.

Esperó hasta que estaban en la cama para alcanzar la camisa de Cody. Y una vez estaban bajo los cobertores, Lauren se relajó ligeramente. Ahora no se sentía tan expuesta. Vale, esto casi ha terminado. Gemir mucho. Fingir orgasmo. Sin problema. Pensaré en Camila, funcionó fenomenalmente la última vez.

Los labios de Drew pellizcaban su garganta mientras se ponía encima de ella. “Se supone que has de decir mi nombre,” le susurró en la oreja.

Oh, cierto. “Oh, Camil..” gimió. Entonces se paralizó. Como hizo Drew. ¡¡Joder!!

“¡Corten!”

Drew se quitó de encima y ambos se volvieron a la director que se acercaba.

“Lauren, el nombre del personaje es Cody, no 'Camil’,” le recordó Cece.

“Oh, cierto,” se disculpó Lauren, preguntándose si había un agujero al que pudiera arrastrarse y esconderse hasta que pasara todo este bochorno.

Drew sonrió afectadamente. “Bueno, ¿quién es este Camil..? ¿Camilo?” la molestó, poniéndose de nuevo encima de ella. “¿Novio?”

Lauren gruñó y cerró los ojos. Decidió que pensar en Camila y actuar no iban juntos para nada.

Dulce Destino - Camren FanficWhere stories live. Discover now