Epílogo: 10 años después

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Antes de nada, me disculpo por la tardanza. La semana pasada me encontraba mal, y cuando ya me encontré bien, tuve que ponerme al día de muchas materias de clase. Siento haberos hecho esperar tanto, pero aquí está, el epílogo y, por tanto, último capítulo de esta dramática pero finalmente feliz historia de amor. Sin más preámbulos, disfrutad con la lectura:

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- Papá, papá – llamó el joven Akira de ocho años a su padre – Ya he acabado de comer. ¿Puedo irme ya?

Kohaku lo miró con extrañeza.

- ¿Por qué tienes tanta prisa?

- Yo, es que... quería ir...

- No pasa nada, Kohaku – dijo Megumi, poniéndole una mano en el hombro a su marido – Deja que el niño se vaya. Sólo quiere jugar un poco, ¿verdad? – y le guiñó un ojo a su hijo.

Akira asintió.

- Está bien – consintió Kohaku y Akira se levantó de la mesa con velocidad – ¡Pero no vuelvas tarde! – le gritó cuando el chico ya había salido por la puerta rápido como un rayo – ¿Adónde irá tan deprisa? – inquirió, cruzándose de brazos.

Megumi se rio.

- Va a ver a Suzu, la hija de Shippo y Yuki. No hay más que verlo para saber que le encanta esa niña – la mujer volvió a sonreír – Aunque creo que va a tener competencia.

- ¿Qué quieres decir? – Kohaku frunció el ceño – Nuestro hijo es muy resuelto. Si quiere estar con esa niña, lo conseguirá. Además, ¿quién más va detrás de ella?

Megumi se sentó a su lado y le puso una mano sobre la pierna, conciliadora.

- Cariño, tú nunca cambias, ¿eh? Jaja – rio dulcemente – Suzu es preciosa, y como comprenderás, cuando sea mayor, tendrá muchos pretendientes. Pero el mayor rival de Akira va a ser precisamente Hayato.

- ¿Eh? – Kohaku ladeó la cabeza en un gesto de incomprensión – ¿Quién es ese?

Megumi le dio una colleja y se levantó de la silla.

- ¡Serás tonto! Es el hijo de Sesshomaru y Rin. El mayor.

Kohaku frunció los labios en una mueca de desagrado.

- Sí, es igual que su padre... – comentó Kohaku, mirando el horizonte a través de la ventana – Parece que la historia vuelve a repetirse.

- Sí, eso parece. Y en el fondo tu hijo también es clavado a ti ¡Pero venga, no te distraigas! – Megumi le tendió un paquete con bolas de arroz recién hechas – Por si tienes hambre. Y ahora, venga, exterminador, que si te retrasas más, ese demonio arrasará la aldea del otro lado del valle.

* * *

Akira llegó corriendo a casa de Suzu y llamó a la puerta.

- Suzu, soy yo, Akira. ¿Vienes a jugar?

Suzu tenía sólo siete años; un año menos que Akira. Era menuda y delgada, pero tenía unos cabellos de una tonalidad tan extraña que la hacían sumamente atractiva. Su melena era un claro efecto de la mezcla entre el pelirrojo de Shippo y el rubio dorado de su madre. Y era tan dulce que casi parecía un pajarito. Muy callada y tímida, y siempre alegre.

Suzu estaba sentada a la mesa comiendo con sus padres. Yuki la tenía sentada sobre su regazo mientras Shippo le hacía tonterías desde el otro lado de la mesa para que la pequeña se riera.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Where stories live. Discover now