Capítulo 69: Cuando pierdes al amor de tu vida (1/1)

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Cuando Nibori se lo indicó, Rin guardó silencio. El fantasma pululaba arriba y abajo de la estancia, produciendo un extraño sonido similar al de un vestido al arrastrarse. La chica lo miró de reojo mientras trataba de oír cualquier cosa que sucediera fuera de esa estancia de musgo y piedra.

Nibori sonreía con frialdad mientras reía para sus adentros. Llevaba mucho tiempo sin ninguna compañía y esa situación le divertía. Su liberación estaba cerca y la emoción que sentía en ese instante no hacía más que aumentar mientras el dolor y la desesperación de Rin crecían.

- Yo no oigo nada – acabó por decirle la chica – Sesshomaru no está en medio de ningún combate. Me estás mintiendo.

El espectro se volvió hacia ella y sonrió de forma maliciosa.

- No puedes oírles porque te niegas a creer que sea cierto. Pero su muerte, al igual que la tuya, es inminente.

- ¡Maldito demonio!

Rin desenvainó el abanico y, sin siquiera sacar las cuchillas, se lo lanzó al fantasma. Pero, como era obvio, el arma lo traspasó y chocó contra la pared, cayendo luego al suelo.

Nibori la miró con odio y se abalanzó contra la joven.

Rin pensaba que él la atravesaría de la misma forma en que el abanico lo había traspasado a él, pero no fue así. Cuando el espectro estuvo frente a ella, Rin notó una especie de energía que la empujaba y la empotró contra la pared. El fantasma abrió los brazos y la sujetó así, frente a la gran puerta de piedra que les barraba el paso.

- ¡Suéltame!

- ¡Shh!

Nibori cerró los ojos y Rin empezó a notar que se le helaba el cuerpo. La temperatura del fantasma estaba a tantos grados menos que la suya que la chica apenas podía sentir los brazos y el pecho. Pronto, notó todo su cuerpo entumecido por el frío y no pudo moverse.

- Ahora que no estás en condiciones de pelear, escucha con atención.

Rin intentó debatirse, pero no hubo forma. Estaba atrapada por el incómodo abrazo sobrenatural del espectro. Sus palabras, sumadas al frío y al cansancio, tuvieron un efecto electrizante en la joven y decidió obedecer.

Al principio, no se escuchaban más que crujidos y algún ligero temblor, pero pronto las voces se hicieron más audibles y Rin pudo reconocer perfectamente los sonidos de un combate.

- ¡¡Grrrrrr!!

Los gruñidos de un animal retumbaban por toda la cueva, dándole un toque especialmente terrorífico.

- ¿Qué es eso? – inquirió Rin, asustada.

Nibori sonrió.

- El guardián del cruce.

- ¿El guardián del cruce?

Rin no entendía nada de lo que estaba sucediendo: ruidos, crujidos, sonidos guturales... ¿qué estaba ocurriendo?

- Antes de llegar a la puerta de esta estancia, tuviste que escoger entre tres caminos, ¿no es así?

La chica intentó hacer memoria. Había salido de la sala que se encogía y.... ¡sí! Había un cruce con tres caminos. El primero tenía una especie de sombra extraña en el suelo. Pero entre los otros dos había escogido el de en medio porque el gatito de luz la había guiado por allí.

¡Es cierto! ¿Qué habría pasado con el gato?

Nibori continuó sin esperar respuesta.

- Llegaste sana y salva por el camino correcto gracias a mí.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Where stories live. Discover now