Capítulo 6: No eres tan fuerte (1/2)

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La mañana del sábado había un gran alboroto en la plaza. La gente de la aldea se preparaba para hacer una importante celebración: acababa de morir en el pueblo vecino un anciano monje muy popular y famoso en toda la región. Era costumbre que, al morir ese tipo de eminencias, se hiciera una gran hoguera en el centro de los poblados y le hicieran una especie de ritual de despedida. Se reunían todos los aldeanos con sus familias y, después de despedir al monje, comían, bebían y bailaban. Más bien era como una oportunidad para que la comunidad se divirtiera en tiempos como aquellos; un último adiós al difunto para que se llevara toda la alegría y lo bueno de este mundo.

Rin y Shippo estaban bastante ilusionados por esa fiesta. No es que a la pequeña le interesara mucho la gente que había allí, pero sabía que las veces que la había visitado el señor Sesshomaru, lo hacía en noches de fiesta, donde nadie notara su presencia.

Por otra parte, su amigo Shippo no encontraba a ninguna chica demonio-zorro desde hacía mucho tiempo, y llevaba bastante tiempo deseando tener novia. En realidad, durante los viajes con sus amigos Inuyasha, Kagome, Sango y Miroku, siempre había sido muy popular entre las nenas pequeñas (las que tenían su edad cuando él era pequeño), pero ahora sabía que debía hacer lo mismo que los pretendientes de Rin: pensar en una chica y presentarle su solicitud.

Los chicos corrieron a ayudarla.

Esa noche, todos estaban sentados en la plaza. La hoguera era tan alta como una cabaña y el fuego ardía con velocidad. Después de que la anciana Kaede despidiera al monje muerto – puesto que ella era la sacerdotisa – dio comienzo la fiesta. Los hombres quemaban carne y se la ofrecían a sus mujeres, mientras ellas daban de mamar a sus pequeños bebés. Los niños jugaban a la pelota y los adolescentes formaban corrillos para bailar.

Rin observó cómo un muchacho de unos veinte años le ofrecía unas flores a una chica de dieciséis. La chica era verdaderamente bonita, con los ojos verdes y el pelo castaño muy claro, casi rubio. Podía compararse perfectamente con la belleza de Rin.

La morena se percató de que Shippo se había tensado cuando vio a aquel chico tenderle las flores a la pequeña. Rin sonrió.

- Guapa, ¿verdad?

El zorro se sonrojó al instante.

- Sí, bueno... no sé de quién me hablas – intentó disimilar.

Rin lo miró, comprensiva.

- Se llama Yuki – confesó – Es muy simpática. También está en edad casadera y le rondan muchos muchachos. Ella acepta todos los regalos, pero todavía se está decidiendo.

- Ah – respondió Shippo, fingiendo desinterés, aunque en realidad se había quedado contemplando a la joven. Era realmente hermosa. Al ver su cabello castaño casi rubio y los ojos verdes, le había recordado a las chicas-zorro de su especie, aunque Yuki, por supuesto, era humana – Quizá debería decirle algo – ladeó la cabeza, dubitativo – ¿Tú qué opinas?

- Mmm... conozco un lugar donde hay unas rosas preciosas. Seguro que le gustan más que las margaritas mustias que le ha dado el otro chico.

Se dedicaron una mirada cómplice y sonrieron. No había nada más que hablar. Se alejaron corriendo hacia la parte más profunda del bosque, donde crecían esas rosas tan adorables y salvajes.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant