Capítulo 71: Puñalada de amor (1/2)

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Los chicos retrocedieron. De alguna forma casi imposible el monstruoso y gigantesco Nibori había conseguido sobrevivir al hundimiento de la cueva y había resurgido de entre los escombros. Echó las piedras a los lados con las manos y apareció en mitad de aquel montón de rocas y polvo. No se vio a ningún fantasma demonio ni a ninguna otra criatura demoníaca más. La misión de todos aquellos espíritus era preservar la cueva e impedir que nadie liberara al malvado monstruo. Pero ahora que habían fracasado, ya no tenían por qué permanecer más en el plano terrenal. En cierta forma, era un alivio. Por fin podían ser libres.

Pero ahora no era ese el problema de los chicos. Nibori estaba a unos metros de ellos. Su tamaño era tan grande que hubiera podido confundirse con el de un castillo. Tan sólo le quedaban huesos y algún que otro jirón de piel, pero todavía podía mantenerse en pie. Y ahora que estaba fuera del alcance de la tierra sagrada, no se descompondría con tanta rapidez. Al contrario, su fuerza iría en aumento hasta que su verdadero cuerpo no pudiera más y se deshiciera en pedazos.

Sesshomaru alzó a Rin en volandas y llamó a su caballo.

- ¡A-Un! ¡Ven aquí! ¡Ya!

El caballo de dos cabezas se acercó de inmediato y el albino depositó sobre su lomo a la joven convaleciente.

- ¡Llevadla al río! – le ordenó – Y no la dejéis sola.

- No, Sesshomaru – Rin apretaba con fuerza la mano de su demonio – Es a ti a quien quiere.

Sesshomaru negó con la cabeza.

- Yo estaré bien. Luego iré a buscarte – y le dio una palmada al caballo para que se marchara.

A-Un obedeció y empezó a volar en dirección a las aguas del río más cercano.

A-Un obedeció y empezó a volar en dirección a las aguas del río más cercano

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Kagome sacó una flecha de su carcaj y la colocó en el arco. Inuyasha desenvainó a Colmillo de Acero y Sesshomaru sacó sus garras venenosas mientras con la otra mano sostenía a Bakusaiga.

Shippo se acercó a Kirara y le dio una palmada en el lomo.

- Ves con Rin y A-Un. No sabemos si hay demonios rondando por la zona.

La gata demoníaca hizo un ligero signo de asentimiento y aumentó su tamaño para darse más prisa en alcanzar a la joven y a su montura.

Shippo se puso en posición.

Nibori avanzó un paso, acercándose más a sus oponentes. Aunque no tuviera rostro, los huesos de la mandíbula se le tensaron en lo que parecía ser una sonrisa. Una horrible sonrisa.

- No te acerques más o disparo – amenazó Kagome desde su posición.

El monstruo pareció aturdido al principio, pero pronto posó su atención en cada uno de sus oponentes y los estudió con la mirada.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Onde histórias criam vida. Descubra agora