Capítulo 25: Te regalo la Luna (1/1)

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- ¡Cógela así! – ordenó Inuyasha a la joven – ¡No, así no!... ¡Así! - dijo, haciendo una demostración. Estaba empezando a perder la paciencia.

- ¡Pero si la estoy cogiendo como tú dices!

- ¡No! ¡La coges mal! Es así – repitió - ¡Oh, Rin! ¡Así no vas a aprender jamás!

Rin se cruzó de brazos, francamente nerviosa.

- ¡Pfff! Pues no sé hacerlo mejor – se indignó.

Sentado en una roca frente a ellos se encontraba Shippo, contemplando la escena con una sonrisa bailando en sus labios. Se estaba divirtiendo. Junto a él, Megumi y Yuki observaban el entrenamiento de su amiga. Inuyasha tenía razón: cogía mal la espada.

- ¡Ánimo, Rin! – gritaron las dos chicas – Ya verás cómo te sale.

- No te distraigas – le espetó Inuyasha a la joven – Vamos, coge la espada de nuevo.

Había pasado algo más de una hora cuando por fin Rin consiguió empuñar correctamente una espada e hizo sus primeros movimientos defensivos, aunque estaba claro que no se le daba demasiado bien. Tal vez esa no fuera su arma correcta.

Miró el brillo reluciente del acero y reflexionó.

«Da igual» – pensó – «Aunque no se me dé bien, lo hago por una poderosa razón, y cuando se tiene un objetivo, es imposible fallar».

* * *

Jaken caminaba de un lado a otro a la orilla del río. Estaba algo nervioso, pues llevaban ya bastante tiempo buscando un objeto especial que Sesshomaru deseaba desesperadamente, pero les había sido imposible encontrarlo hasta la fecha.

- Señor Sesshomaru – llamó el pequeño demonio verde - ¿Está seguro de que hemos mirado en el lugar correcto?

El apuesto demonio levantó la vista y le lanzó una mirada hostil a su pequeño siervo.

- ¿No crees que si hubiéramos acertado el lugar, ya tendríamos la piedra?

- Em... supongo que tiene razón, señor.

Sesshomaru lanzó un suspiro de exasperación y continuó andando. Últimamente estaba de muy mal humor. Llevaba semanas buscando una valiosa piedra, pero no conseguía dar con ella de ninguna forma. Obtenía una pista, esa pista le llevaba a otra, pero al final, la información era falsa o llegaba simplemente a un callejón sin salida. Estaba empezando a impacientarse.

El joven se paró un momento y se asomó a la orilla del río, contemplando el hermoso rostro que reflejaban las aguas: sus cristalinos ojos amarillos, los dibujos de garras en las mejillas, la luna lila en la frente... Cualquier cosa que mirara le recordaba a su pequeña amiga, que ya no les acompañaba. Esa luna de su frente... todo en su persona parecía especial a través de los ojos de ella.

Flash back

- Aléjate del ahí, Rin. Vas a caerte – recordó haberle dicho uno de las primeras noches en que viajaron juntos – No debes acercarte al río, ¿entiendes? – le dijo, severo.

- No te preocupes – respondió ella con su habitual sonrisa – He pescado muchas veces en los ríos. Además, sé nadar.

Sesshomaru no le dijo nada más. Se quedó observando a la pequeña mientras ésta chapoteaba en el río a la luz de la luna. Jaken y A-Un dormían pacíficamente a un lado, iluminados tan sólo por el reflejo de las estrellas en el agua.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Where stories live. Discover now