Capítulo 66: Santuario de piedra (1/1)

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Yuki y Megumi estaban en casa de Sango preparando cena para cuatro. Yuki cortaba las verduras a un lado de la estancia que hacía de cocina mientras que Megumi hervía un poco de agua en un pequeño fuego.

- ¿Crees que Sango tardará mucho en volver?

- No lo sé. Dijo que iba a buscar un par de herramientas para arreglar su boomerang. Debe estar al caer.

- Eso espero - respondió Yuki y continuó troceando las verduras para echarlas en la olla.

La cortina que separaba la cocina del único dormitorio se abrió y salió un muchacho.

- Mmm... ¡Qué bien huele! - exclamó - ¿Qué estáis cocinando?

- Sopa de verduras - respondió Yuki mostrándole los trozos que estaba amontonando a un lado - Y Megumi hace pastel de carne.

Megumi evitó la mirada del joven y fue a echarle un vistazo al pastel.

Kohaku se sentó junto al fuego. Tenía la camisa abierta, de manera que se le podía ver el musculoso pecho parcialmente vendado, al igual que el brazo derecho. Llevaba el cabello revuelto y despeinado, cosa que le daba un aire más varonil.

- ¿No deberías peinarte un poco? - le dijo Megumi sin dignarse a mirarlo - Estás hecho un desastre - aunque en el fondo ella era la primera en pensar que estaba especialmente bien.

- Sí, supongo que tienes razón - y salió fuera a por un poco de agua para peinarse.

En cuanto el chico salió de la casa, Yuki se echó a reír sin disimular ni un pelo.

- ¿Y tú de qué te ríes? - le espetó Megumi, confundida.

- «¿No deberías peinarte un poco? Estás hecho un desastre». ¡Jajaja! - imitó.

- ¿Y qué pasa con eso? - Megumi empezó a ponerse colorada.

- Nada, sólo te faltaba añadir: «Por favor, péinate, porque si sigues así de sexy voy a acabar por abalanzarme sobre ti aunque Yuki nos esté mirando». ¡Jajaja!

- N... no es verdad - Megumi se puso colorada del todo - No estaba pensando eso.

- ¡Nooo, qué va! - y continuó riendo.

Megumi cogió un trozo de pimiento y se lo tiró a Yuki.

- ¡Pero serás! Jajaja - la rubia cogió un trozo de patata y se la tiró a la morena.

- Ey, ahora verás - y le lanzó un trozo de col.

- ¡Dios mío! ¿Qué está pasando?

Ambas dejaron de reír y se dieron la vuelta. Sango acababa de volver a casa. Unos segundos después entró Kohaku.

- Nada. No hacíamos nada - se apresuró a decir Megumi, quitándose un trozo de verdura del pelo - Sólo estábamos acabando de hacer la comida, ¿no, Yuki?

- Sí, sí. Claro.

Sango frunció los labios y las miró con recelo.

- Bueno, da igual. Si habéis acabado de tiraros la comida, será mejor que lo recojáis todo y os preparéis para salir. Fuera hace algo de frío.

- ¿Fuera? ¿A dónde vamos? - preguntó Kohaku.

- A casa de Kaede - le respondió su hermana - Miroku y Jaken ya están allí. Quieren contarnos algo.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Where stories live. Discover now