Capítulo 9: Llévame contigo (2/3)

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- Sí, está cerca.

Al momento, notaron una suave brisa y el demonio de cabellos blancos apareció de entre los árboles. La niña abrió los ojos; ¡no había cambiado nada! Seguía teniendo la apariencia de un joven de veintiún años, aunque tenía más de cien. Sus cabellos eran algo más largos, pero siempre tan albinos como la luna. Y sus ojos amarillos, ojos casi felinos, la miraban con detenimiento y le atravesaban el alma.

Rin lanzó un suspiro. De repente, se sentía aliviada y... feliz. Corrió hacia su demonio y lo abrazó con fuerza.

El señor Sesshomaru se sorprendió ante la demostración de afecto de la chica, pero no se movió. Dejó que ésta le abrazara y se sintiera feliz. Al fin y al cabo, ella siempre había sido así, tan cálida, tan espontánea, tan diferente a como era él.

Había sentido la necesidad de abrazarle en cuanto le vio aparecer en el claro. Sabía que el demonio no era cariñoso, sino frío y distante, pero con ella siempre había sido diferente, y lo estaba demostrando ahora al no apartarla de un empujón. Rin necesitaba de la presencia del demonio. No se había dado cuenta hasta ahora de hasta qué punto lo necesitaba. Finalmente se apartó de él y lo miró a los ojos.

- ¿Por qué has tardado tanto en visitarme? – inquirió la chica y la pregunta sorprendió al demonio. Él se esperaba que dijera algo como "Pensé que ya no volverías" o algo similar, pero no fue así. Ella había hecho una pregunta totalmente distinta porque Rin siempre confió en que Sesshomaru volvería. Nunca tuvo la menor duda.

- ¿Qué te ha pasado? – inquirió él, eludiendo la pregunta y acercándose al agua del río.

Rin sonrió en silencio. Estaba acostumbrada a los cambios de tema de su señor. Era un guerrero fuerte con muy mal carácter y acostumbrado a que nadie le quisiera, así que cuando Rin le hacía una muestra de cariño, evitaba mirarla y se alejaba un poco.

- Me caí cuando venía. Es que estaba corriendo.

- No deberías correr con la herida que tienes. Podrías hacerte daño.

Ese era otro de los puntos del señor Sesshomaru. Puede que fuera distante, porque lo era y mucho, pero se preocupaba por ella... sólo por ella. Al ser un demonio cruel, nunca le había importado la vida de los humanos. Se dedicaba a ignorarlos y, si se cruzaban en su camino, los mataba. Pero desde que la conoció a ella había evitado matar a cualquier humano, pues no quería disgustarla. Algo en su interior cambió cuando salvó la vida de la pequeña al tener ella sólo siete años. Fue la primera en no temerle, en ver más allá de lo que él dejaba ver, en quererle como a un padre o a un hermano. Y Sesshomaru aprendió que lo más valioso que tenía en su vida era Rin. Por eso se preocupaba por ella. Hay quién podría decir que la abandonaba en la aldea por egoísmo, pero no era así. Lo hacía porque sabía que una vida con demonios era peligrosa para una simple humana. Lo hacía para protegerla. Y la idea había sido de la propia Kaede, que temía por la vida de la joven.

Sesshomaru se sentó junto al caballo de dos cabezas y dijo sin mirarla todavía:

- ¿Has visto ya los regalos?

- No. Quería verte primero a ti.

Se hizo un silencio algo incómodo porque el apuesto demonio sabía lo que la chica iba a pedirle a continuación y no sabía cómo evitarlo.

- Señor Sesshomaru – empezó.

- ¿Qué quieres?

- En realidad, quería pedirle algo que llevo deseando desde hace mucho tiempo – hizo una pausa. Tenía la esperanza de que esta vez todo saliera bien. Sonrió y dejó que ese pensamiento la envolviera y le diera fuerzas – Sesshomaru, quiero que me lleves contigo.

Él no dijo nada. Rin se acercó un poco y se quedó observándolo, expectante. Al final, Sesshomaru levantó el rostro y la taladró con la mirada.

- No, Rin. Lo siento.

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Este finde subo el siguiente capi. Saludos a todas <3

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Where stories live. Discover now