Capítulo 10

2.2K 147 3
                                    

Cuando Alejandro llego a casa de sus padres ese domingo ya todo estaba listo para el almuerzo. Para alivio de este el fastidioso de su primo no estaba. Solo sus padres y Joel. Benito fue quien lo recibió cuando llego.

El empleado lo saludo y respondió cuando le preguntó donde estaba sus padres esta vez. Al llegar al patio, su madre y amigo fueron los primeros en darse cuenta de su presencia ya que su parte estaba ocupada en la parrilla. Pero cuando lo se voltio y lo vio, olvido lo que estaba haciendo y se acerco a ellos.

—Alejandro hijo, tarde como siempre —recalco lo obvio.

—Alfredo...—dice su esposa de forma conciliadora.

—Dejarlo mamá. Siento la tardanza pero tenía que arreglar algunos asuntos de la empresa —se excusa, sintiendo la mirada de Joel en el. Continuó.— ayer fue una noche movida. El desfile y los momentos después de estos fueron agotadores, la prensa estuvo mas preguntón que nunca —mencionó.

—Bueno pero ya dejemos ese tema y sentemonos a la mesa—propuso Enriqueta pretendiendo detener un futuro conflicto.— Cariño, la parrilla.

Alfredo gruño algo inaudible y volvió a lo que hacia.

Almorzaron en un aura tranquila, hablaban de todo y nada a la vez. Su padre intento en mas de una ocasión sacar a relucir el evento de ayer pero Enriqueta no se lo permitió. Llego un momento a mitad del almuerzo en que al señor Alcalá le entro una llamada y tuvo que retirarse. Al final tuvieron que terminar el almuerzo sin el, y cuando Enriqueta también se retiró fue cuando Alejandro aprovecho para entablar una conversación con el.

—Luca llamo esta mañana para invitarnos Acapulco este fin —le informo.

Joel fruncio su ceño.

—¿En verdad? Que raro... Ayer cuando nos vimos no me dijo nada —comento, extreñado.

—Seguramente no lo hizo enfrente de tu conquista — Alejando se encoje de hombros.— que aun yo no conozco —finaliza, pero su amigo noto cierta ironía y seriedad en sus palabras.

—Bueno amigo... —intentó explicar. Pero para un hombre tan temperamental como Joel tener que explicarle los motivos por los que no se animaba hablar de la persona que lo traía loco a su mejor amigo casi hermano era difícil. Sobretodo porque no quería que entre ellos hubieran tensiones. Conocía de antemano los gustos de Alejandro y aunque no estaba de acuerdo con la idea de éste sobre las mujeres, debía respetarlos.

—No, no te preocupes, ya se la mejor forma presentación—se apresuró a decir.— Llevala contigo el viernes...

—Alejandro... No vayas por hay —le advirtió.

—¿Qué? No me digas que aún tu y ella no pasan el nivel de amigos. ¡Pues mira! ¡hay esta la solución! Matas dos pájaros de un solo tiro —dice.— La conozco y yo te ayudó a conquistarla. Sabes que mis tácticas de conquistas son supremas y nunca fallan.

Joel lo miró con duda y pensó.

Alguna vez Adamaris le había comentado que quería conocer el mar y por boca de Alan se entero que su hermana tomaba clases de natación con el fin de que cuando cumpliera los quince la llevaran al mar como regalo. Pero que ese anhelo no se realizo por la muerte de sus padres, semanas antes de su cumpleaños. Estaba tentado, aunque... Joel miro con severidad a su amigo.

—Si se portan como unos cabrones... Se quedan sin descendencia —amenaza sin una pizca de gracia en su voz.

Alejandro ríe con fuerza, hechando incluso la cabeza hacia atrás.

—Nosotros somos unos san...

—Primo,Joel —les interrumpe Nelsón y Alejandro deja de reír mirándolo con odio. Puro y auténtico odio.

Simplemente con el era la única persona que no podía ocultar lo que sentía. Nelsón abrazo a su primo y le dio un apretón de manos, se sentó en la silla donde minutos antes estaba sentado su tía y los muro con fingida familiaridad.

—Tiempo sin verte Joel — comentó.— Por cierto, leí el periódico y dan muy buenas referencia del lugar... ¡Ah, y lo del desfile también! Felicidades primo.

—Gracias —dijo Alejandro, apretando las manos debajo de las mesa. Pero sin poder ocultar el brillo que adquiría sus ojos cada vez que lo miraba.

Y es que para nadie era un secreto que Nelsón y el a pesar de ser familia no tratarán de competir con todo y para todo. Desde niños incluso, Nelsón insistía en tener todo lo que el tenía hasta una vez intentó persuadir a su padre para que lo incluyera en el testamento. Nelsón era un desgraciado y el número de conquista abarca hasta prostitutas, pero eso solo lo sabían el y Nelsón. Ellos tenían un pasado, un pasado que los atormenta... O al menos a Alejandro. Por esas y otras razones (como ocupar el cargo de su hermano) era que le impedía verlo y tratarlo bien.

Joel se aclara la garganta, llamando su atención.

—¿Qué? —pregunto Alejandro, sorprendiéndose de sus divagues.

—Nelsón nos preguntaba sobre lo que hablábamos — dijo Joel.

—Ah...si hablábamos de salir este fin de semana.

—Oh que bien, suena interesante. ¿Puedo ir? — pregunto, retirándose unos mechones de cabello que le caían en la frente.

Alejandro miró a su amigo y viseberza.

—Bueno... Pues —hablaba Joel pero fueron interrumpidos por el sonido del móvil de Nelsón.

Apenas miro la pantalla, se levantó.

—Disculpen, tengo que atender —dijo y se marchó. Alejandro volvió a mirar a su amigo con alivio.

—Mejor entremos —sugirió.— no me gustaría que viniera y se pegara como chicle. Lo odio.

Joel se ríe de su amigo, pero ambos deciden regresar a la casa.

Mientras tanto Nelsón atendía la llamada.

¿Si?.

—¿Nelsón? Nelsón tienes que venir ya. E-es...urgente.

Esperate mujer que no te estoy entendiendo nada —trato de ser racionable.— ¿qué pasa? —pregunto impacible.

Esto no te lo puedo decir por teléfono tarado —la vos de la mujer era cada vez más suplicante, hasta demandante y autoritario.— ¡Ven, ahora!—y colgó.

—¡Maldita sea! —exclama conteniendo su ira y camina con apuro hacia la casa. Enciende su coche y sale a toda velocidad de la casa de sus tíos sin detenerse a pensar que para Alejandro y Joel quienes lo vieron le resulto sumamente sospechoso.

Los Cambios En El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora